TRATAMIENTO Y BIENESTAR CORPORAL Y EMOCIONAL
Terapia de Visualización - Técnicas
Visualización autodirigida
En la versión autodirigida, el individuo entra en un profundo estado de relajación en el que emplea la técnica que conozca o que mejor se adapte a él. Entonces se pueden utilizan algunas de las imágenes más comunes, o bien concentrarse en los temas, como por ejemplo, las zonas enfermas o problemáticas, para permitir que la imaginación vague libremente hasta que encuentre una imagen curativa apropiada.
Es posible que eso no suceda inmediatamente, y en ocasiones pueden transcurrir muchas sesiones antes de que aparezca una imagen útil. Quizá valga la pena utilizar entonces una imagen estándar, que haya sido sugerida por el profesional o sobre la que el individuo haya leído algo, mientras espera a que surjan las imágenes espontáneas. Una vez que esto sucede, el individuo puede cambiarla por la imagen anterior. Naturalmente, también se pueden emplear ambas imágenes conjuntamente, si eso fuera apropiado.
Una de las imágenes estándar más comunes es la de imaginar los leucocitos, responsables de la defensa del cuerpo, como tiburones que vagan por el cuerpo y devoran todas las células infeccionas o cancerosas. Aunque este método de formación de imágenes mentales resulta útil para personas con infecciones y cáncer, puede ser contraproducente e incluso peligrosa en otras enfermedades. Un ejemplo concreto de ello es la infección por el VIH y el sida. Puesto que la infección se encuentra en una de las fracciones de leucocitos responsables del sistema inmunológico (CD4), si se utilizara el mismo sistema para formar imágenes mentales, se podría provocar la destrucción y la peligrosa disminución de estas células.
En un caso documentado, en que una afección ocular original conducía inevitablemente a la ceguera, el problema principal era la destrucción de la retina (la capa del fondo del ojo, sensible a la visión). Esto dejaba cicatrices negras que interferían en la visión. El paciente tuvo muchas imágenes espontáneas que le ayudaron a recuperarse a lo largo de los años, pero una de las más útiles y gozosas fue la de imaginar que las cicatrices negras burbujeaban alejándose de la retina y eran absorbidas en el fluido del ojo, para que posteriormente las retiraran los vasos sanguíneos. El efecto del burbujeo era un poco como el de las burbujas de champán, que surgen del fondo de la copa y luego desaparecen una vez que llegan a lo alto.
ESTUDIO DE UN CASO
Durante una sesión de relajación en entrenamiento autógeno, un paciente con esclerosis múltiple tuvo la imagen espontánea de un decorador que recorría su sistema nervioso e iba rellenando los huecos cerebrales formados por los aspectos destructivos de la enfermedad, que luego se encargaba de pintar con un pincel para que los nervios se suavizaran de nuevo. Descubrió que esa imagen tenía un tremendo valor para él.
Al utilizar la visualización para probar una actividad o acontecimiento concreto, el individuo entra en un estado de profunda relajación y a continuación visualiza con gran detalle la actividad o el resultado que desea alcanzar, exactamente como si lo estuviese haciendo realmente. Eso es algo que debería repetir varias veces para alcanzar los máximos beneficios, del mismo modo que cualquier otra forma de visualización o trabajo de configuración de imágenes mentales.
CORTAR LOS LAZOS
Además de la autocuración, la visualización autodirigida también es muy útil para liberarse, desprenderse y tratar con otras personas, situaciones o recuerdos, presentes o pasados, que estén causando problemas en el individuo y le impidan, por tanto, seguir adelante, cambiar y curar. A esta técnica se le llama «cortar lazos utilizando la visualización». Existen muchas formas de llevarlo a cabo.
- Entra en un estado de relajación profunda, utilizando para ello el método de preferencia. Imagina una figura de un ocho que puede ser de luz, color o cualquier otro material ligero de peso y que acuda a tu mente con facilidad.
- A continuación, imagínate a ti mismo en una sección, y a la persona, recuerdo o situación ofensiva en la otra. Cúbrete por completo con luz rosada o de cualquier otro color que se te ocurra con facilidad. A continuación, cubre lo que haya en la otra mitad de la figura del ocho con la misma luz, pero por separado.
- Consciente y deliberadamente, corta la cintura o estrechamiento de la figura del ocho e imagina que la sección que no te contiene a ti se aleja hacia el cielo hasta que termina por desaparecer.
- Mientras está sucediendo todo esto, repítete una frase como: “Me libero y me desprendo de… (la persona, cosa, situación…). Es importante nombrar aquello con lo que estamos trabajando, sobre todo cuando se trata de personas. A menudo es suficiente con realizar este ejercicio una sola vez, en otras ocasiones, quizá tengas que repetir el ejercicio varias veces antes de que funcione, sobre todo si el daño causado o la vinculación con esa persona son muy profundos.
Visualización dirigida por un profesional
Existen diversas formas, según sean las necesidades del paciente. A continuación se indican tres de las que suelen ser más habituales:
1. El profesional hace pasar al paciente por una sencilla pero potente técnica de relajación y a continuación le formula una serie de preguntas para intentar elucidar la percepción individual de su enfermedad. Las preguntas dependerán hasta cierto punto de la enfermedad misma y del conocimiento que el profesional tenga de esa persona. Los siguientes son algunos ejemplos: ¿qué aspecto tiene y de qué color es?, ¿cómo se siente, es algo duro o blando? ¿es sólido o no?, ¿cómo huele?, ¿cómo suena?, ¿qué sabor tiene?
Una vez que el paciente ha contestado las preguntas, algunos profesionales piden que dibuje la enfermedad como la ha descrito. Esto, sin embargo, no es esencial.
Al paciente se le relaja una vez más y a continuación se le pregunta, paso a paso, cómo se pueden alterar las diversas propiedades de la enfermedad que se han elucidado de ese modo, para que ésta desaparezca y el tejido dañado vuelva a la normalidad. El profesional anota las respuestas del paciente y, una vez concluida la visualización, analiza las preguntas y respuestas con el paciente, por si acaso este último quisiera añadir algún comentario adicional. A continuación se le pide al paciente que elabore la visualización cada día, utilizando la enfermedad ya visualizada y las respuestas para tratar de desembarazarse de ella y lograr de ese modo que los tejidos dañados recuperen la normalidad. Esta técnica resulta particularmente útil en pacientes con cáncer.
2. El siguiente es una variación del ejercicio anterior. Se hace pasar al paciente por un proceso de relajación. A continuación se le pide que imagine que está tumbado a los pies de un árbol. Luego que imagine cómo otra parte de él, citada a menudo como «el yo superior», trepa por el árbol y se contempla a sí mismo debajo de éste. Mientras mira hacia abajo, se pide al paciente que observe dónde está la enfermedad y se le formulan una variedad de preguntas similares a las del primer método. Una vez obtenidas las respuestas, se le pregunta al paciente qué herramientas se necesitan para eliminar la enfermedad o discapacidad. Cuando esto se ha establecido, el «yo superior» desciende del árbol y entra de nuevo en el cuerpo. Al terminar esta visualización se le dan al paciente las herramientas necesarias con las que puede trabajar y se le pide que siga trabajando durante algún tiempo con ellas en casa por medio de la visualización diaria.
3. La visualización dirigida con afirmaciones positivas se puede preparar y utilizar individualmente, aunque la mayoría de profesionales suelen utilizar este método para sesiones de grupo, durante las cuales se lleva a los pacientes a un viaje imaginario de fantasía después de haberles inducido un estado de relajación. Durante el viaje se incorporan afirmaciones e imágenes positivas, que se absorben directamente en el inconsciente y que ayudan a liberar los condicionamientos negativos de los pacientes, al tiempo que refuerzan sus atributos positivos y curativos. Lo ideal sería que al final de la visualización dirigida, una vez que los pacientes han regresado a la realidad, analicen sus propias experiencias por parejas o pequeños grupos, dependiendo del tiempo de que se disponga.
CURACIÓN EN GRUPO
La verdadera visualización puede ser extremadamente variada, ya que depende por completo de la vívida imaginación del profesional o del material que se utilice. Algunos también incorporan una suave y relajante música de fondo al proceso de visualización, además de quemar incienso o velas perfumadas para tratar de estimular así tantos sentidos como sea posible.
Algunas sesiones son cortas y sencillas, mientras que otras son más prolongadas o complejas, dependiendo del tiempo que se disponga y también de los propósitos para los que se emprende el viaje de fantasía. En el mercado podemos encontrar numerosas cintas de visualización fáciles de adquirir en librerías y tiendas de música especializadas.
A los miembros del grupo se les puede ofrecer una curación continua a través de la duración de la visualización. En consecuencia, el poder y los efectos beneficiosos para cada uno de los miembros del grupo son mucho más profundos.
¿A DÓNDE IR?
No existen centros especializados que se limiten a utilizar la visualización. Esta técnica la suelen emplear la mayoría de profesionales de la relajación, sobre todo los que trabajan con pacientes que sufren enfermedades graves, incluido el cáncer y el sida, como parte de su reserva general de herramientas curativas. Algunos profesionales organizan regularmente talleres sobre control del estrés y curación, en los que se hace un amplio uso de la visualización dirigida.
EJERCICIO DE VISUALIZACIÓN
A continuación se detalla un sencillo ejercicio que se puede realizar sentado o acostado. Imagínate en un lugar exterior, en un día hermosamente soleado y cálido. Puede ser un lugar imaginario o real, en un jardín o en un prado, por ejemplo:
- Una vez elegido el lugar, concéntrate unos momentos para fijar bien la escena en tu mente. Cuando hayas hecho esto, mira lentamente y deliberadamente a tu alrededor. ¿Hay plantas, árboles, arbustos, flores? Fíjate en los colores y en las texturas. Si lo deseas, toca las plantas o cualquier otra cosa que encuentres en las cercanías. ¿Hay olores, sonidos? ¿Tal vez el sonido del canto de los pájaros o del fluir del agua, o el suave susurro de las hojas mecidas por el viento? ¿Hay algún otro sonido?
- Puedes percibir el calor del sol sobre tu cuerpo y esto hace que te sientas más y más relajado, satisfecho, feliz. Deja que los rayos del sol te penetren, y a medida que esto suceda, siete cómo todo temor, ansiedad o recelo que puedas haber experimentado, se quema bajo el calor y el brillo de los rayos de sol.
- Ahora te sientes extremadamente relajado y cómodo, sereno y seguro de ti mismo.
- Mientras caminas por el jardín o el prado, te encuentras con un pequeño estanque con una fuente en el centro. Es increíblemente hermosa. El estanque está lleno del agua curativa más pura y limpia. Toma con la mano y bebe un sorbo de esta agua curativa celestial.
- Siente cómo el agua se introduce profundamente en ti, dirigiéndose sobre todo hacia esas zonas de tu ser que mayor necesidad de curación tienen. Tómate todo el tiempo que quieras y experimenta cómo la energía curativa te beneficia y cura tu enfermedad o discapacidad.
- Ahora, aléjate des estanque y encuentra un lugar cómodo donde sentarte.
- Mientras te sientas, experimenta la energía curativa que se difunde por lo más profundo de tu ser y llena todo tu cuerpo, mente, emociones y espíritu. Imagina esa energía convertida en luz e irradiando desde ti, formando un círculo de luz frente a ti. Imagina que dentro de ese círculo de luz se encuentra cualquier otra persona o personas, animales, plantas o situaciones que tengas la sensación de que necesitan curación. Concéntrate en ellos durante todo el tiempo que puedas. Se beneficiarán tanto como tú de esa distante energía curativa dirigida hacia ellos.
- Cuando estés preparado, permite suavemente que tu círculo de luz se vacíe. Incorpórate y regresa a la parte del jardín o prado donde iniciaste el viaje.
- Tras llegar al final de este breve viaje imaginario, dirige la atención hacia el presente y toma conciencia de dónde estás sentado, de tu presencia en la habitación donde iniciaste la visualización.
- Aprieta los puños con fuerza. Estira los brazos. Respira profundamente y abre los ojos. Ahora has llegado al final de este corto viaje.
- Es importante que pienses en cualquier otra imagen que hayas tenido durante la visualización, ya que pueden ser símbolos o guías que te conduzcan a otras cosas que quizá necesites hacer para completar tu proceso de curación.