PARA EXPERIMENTAR NUESTRA NATURALEZA ESPIRITUAL E INMORTAL
Ho'oponopono
Perdóname, lo siento, gracias, te amo.
Soy consciente de las limitaciones de la vida terrenal.
Lo siento, te amo.
Soy consciente del enorme poder de mi mente.
Gracias, te amo.
Soy consciente de los obstáculos provocados por mis recuerdos.
Perdóname, lo siento.
Soy completamente responsable de los obstáculos presentes en mi vida.
Lo siento, perdóname, te amo.
Soy consciente de la oportunidad de crecimiento determinada por mis recuerdos.
Perdóname, lo siento, gracias, te amo.
… Y así es!
Borra los recuerdos con el HO-OPONOPOO.
Siempre estamos a la espera de resolver nuestros problemas cambiando las cosas fuera de nosotros mismos, pero la única manera que tenemos de encontrar la paz es indagar en nuestro interior.
Y cuando la busquemos en el único sitio en donde podremos encontrarla, se extenderá a todo lo que nos rodea. Todo y todos son sólo nuestros recuerdos.
A veces tenemos experiencias turbulentas, miedos, ansiedades. Podemos deshacernos de todos ellos. Podemos dejarlos ir, sabiendo que son sólo recuerdos. Jugando. Encontraremos la paz en nosotros cuando nos responsabilicemos de todo al cien por cien. Amarse a sí mismo es la mejor manera de mejorarse y al mismo tiempo de mejorar el mundo.
HO-OPONOPONO significa “poner las cosas en el sitio justo”. Toda la existencia nace del interior y no del exterior. La existencia es un don de la Divina Inteligencia. Y este don se nos ha concedido con el único objetivo de saber quiénes somos, de restablecer nuestra identidad del Yo, la misma apariencia del Divino Amor que ha creado el vacío y el infinito. Somos Uno con todo cuanto existe. Somos simplemente extensiones de la fuente de energía, que es la misma sustancia con la que se ha forjado todo el Universo.
Somos creadores de nuestra existencia y de lo que nos rodea. Todo lo que ves, escuchas, sientes, hueles, tocas, piensas, recuerdas o te provoca una reacción emocional, son creaciones tuyas, tanto lo bueno como lo malo. Cada una de esas cosas existen porque tú permites que existan, y esto nos conduce al HO-OPONOPONO.
¡Qué maravilloso poder tenemos en nuestras manos!
Cuando verdaderamente consigas entender que estás creando cada pedacito de tu existencia, desde la más diminuta molécula hasta el rascacielos más alto, desde el amor más maravilloso al odio más intenso, te darás cuenta de que puedes cambiarlos, ya que tú eres el responsable de que existan. Lo puedes hacer simplemente mostrando gratitud por todas aquellas cosas de tu vida que te hacen feliz y que quieres que se incrementen. Y pidiendo perdón por todas aquéllas que te gustaría borrar o disminuir. Todo el bien, todo el mal y todo lo que está en medio es una creación tuya. Puedes aprender a comprender tu gratitud y tu capacidad de perdonar con el HO-OPONOPONO. Cuando hagas limpieza estarás en disposición de apreciar la vida de un modo diferente.
INTRODUCCIÓN
¿Cuál es la actitud más justa, correcta y productiva para ser útil y contribuir a la paz del planeta y de sus habitantes? La respuesta correcta es, sin lugar a dudas: ¡La paz comienza en ti!
La convicción de poder ayudar al prójimo centrando nuestra atención y la de los otros sobre sus desgracias, es decididamente una convicción autodestructiva. Paradójicamente, esta es una de las razones principales por las que la tan deseada “paz mundial” aparece siempre como una lejana utopía.
Creemos que hacemos el bien escribiendo en el muro de Facebook o mandando correos electrónicos para concienciar o informar a nuestros amigos y conocidos de los derroches del gobierno, de los altísimos sueldos de los políticos, del maltrato o de cualquier otra cosa… ¡Pero, en realidad, lo que hacemos es contribuir a aumentar el malestar y el resentimiento en nosotros mismos y en los que nos escuchan o nos leen! Y este aumento, ¿qué otra cosa nos reportará sino experimentar aún mayor cantidad de malestar y resentimiento?
Mientras continuemos convencidos de que los instrumentos para arreglar nuestros problemas son externos a nosotros, seguiremos combatiendo por la justicia y por la paz, contra los derroches y los robos legalizados, la corrupción y la inmoralidad, e incrementaremos así su energía y su alcance.
¡La paz comienza en ti! Sólo en ti, en tu interior más profundo, en tu verdadera esencia. Debes saber que actuar sobre lo externo no sirve, e incluso la mayoría de las veces es perjudicial. “La energía fluye donde se concentra la atención”, dice el principio MAKIA de la filosofía Huna, y esta es una ley que no necesita ninguna explicación. El Secreto, aunque sea de forma discutible, ha difundido este conocimiento en todo el mundo. Y ciertamente deberíamos estar agradecidos por ello. Es así como funcionan las cosas y el único modo de entrar felizmente en el flujo de ser consciente de ello.
Porque nunca debes olvidar este pensamiento: “La única persona que puede hacer algo verdaderamente por la paz soy YO, empezando por donde se origina la paz: en mí mismo y en ningún otro sitio. ¿Y qué paz debo buscar concretamente? ¡La mía y no otra! El resto no es asunto mío. ¡No me concierne!”. Ocupémonos de nuestra paz interior y haremos muchísimo por toda la humanidad y por todo nuestro planeta.
Ser feliz es el mejor atajo para conseguir el objetivo, así como el estado de ánimo que acelera cualquier proceso consciente de atracción.
LOS SIETE PRINCIPIOS HUNA
En la base del pensamiento Huna existen siete principios, pero las modalidades con las que estos principios se manifiestan en la realidad son innumerables (incluso infinitas). Siete se representa en hawaiano con la palabra HIKU: Hi, que significa “fluir”, indica el principio femenino, y Ku, que quiere decir “quedarse inmóvil”, alude al principio masculino. Los siete principios fundamentales de los chamanes Huna de las islas Hawái constituyen una especie de visión del mundo, un interesantísimo paradigma y al mismo tiempo una referencia pragmática para quien quiera comprometerse con el arte del chamanismo en un contexto moderno y urbano.
Huna significa “secreto”, pero no es un secreto en el sentido de que tiene que quedarse oculto, sino simplemente porque ha sido olvidado por la mayoría de nosotros.
Estos son los siete principios:
1. Ike: el mundo es aquello que piensas que es
Todo es ilusión, los sistemas son subjetivos
En la base de Huna está la convicción de que todos estamos formados por tres yoes: KU (el subconsciente), LONO (el yo consciente) y AUMAKUA (el Yo Superior). Cada uno de nosotros crea su realidad personal a través de sus ideas, sus pensamientos, sus hábitos, sus convicciones y sobre todo, sus sentimientos y sus propias emociones. Somos poderosos cocreadores de la realidad, y Huna no hace más que enseñarnos a ser conscientes de ello. Nosotros somos los responsables de todo lo que nos sucede y de darle un determinado valor a través de nuestras percepciones y reacciones, a través de nuestros juicios y calificaciones de las situaciones y de las circunstancias.
2. Kala: todo es posible
Todo está conectado, la separación es una ilusión, no existen límites
No existen verdaderos confines entre el yo interior y mi cuerpo, entre tú y yo, entre nosotros y los demás, entre las personas y los objetos, ni siquiera entre el hombre y Dios. Todo es Uno y la variedad depende sólo de nuestra percepción de la realidad, de nuestro juicio. En la concepción Huna todo aquello que es, que ha sido o será es lo mismo. Las separaciones son sólo convenciones funcionales humanas. Por eso no existen límites para las conexiones que cada uno de nosotros puede obtener. Se puede tomar contacto con más cosas o situaciones tanto en el tiempo como en el espacio. Es suficiente con estar abiertos a las posibilidades. Estamos inmersos en un universo holográfico.
3. Makia: la energía va allí donde se dirige la atención
… y la atención va adonde fluye la energía
Por eso es muy importante ser siempre conscientes de las emociones que se experimentan y saber qué las ha provocado. Nuestras emociones son aquellas que orientan nuestro camino, aquellas que definen nuestra vida. Si aprendemos a administrar el flujo de energía (mana) determinado por nuestras emociones, controlándolas (controlarlas no significa inhibirlas, sino simplemente ser conscientes de ellas), desarrollamos también nuestro poder creativo. La manera más sencilla de aumentar el mana consiste en ejercitarnos para transformar las actitudes negativas (que nos causan sensaciones de malestar) en actitudes positivas (que nos aportan emociones agradables). En esencia, el “truco” es ser conscientes y aceptar con entusiasmo todos los pensamientos y las sensaciones negativas sin luchar contra ellos cuando se presentan, para así transformarlos de forma consciente en emociones positivas, presuponiendo que su negatividad está determinada únicamente por nuestro juicio.
La atención del ego depende de nuestra voluntad (es una elección nuestra); la del subconsciente, de las costumbres (el subconsciente está regulado por los hábitos y es instintivo, por lo que cuanto más nos acostumbramos a una determinada situación, más verdadera será para él), y la del Yo Superior, de la concordancia entre los dos primeros (el Yo Superior siempre está orientado a lo que mejor nos convenga).
En el intento de alcanzar nuestra felicidad, no tenemos que entregarnos a ninguna divinidad superior más o menos definida, ya que nosotros mismos hemos sido creados a imagen y semejanza de la Divinidad, que como todo es Uno, forma parte de nosotros y se identifica con nuestro Yo Superior.
4. Manawa: ahora es el momento del poder
“Ahora” está relacionado con la atención, y el poder aumenta, enfocando la atención
En el “aquí y ahora” tenemos la posibilidad de cambiar el antes y el después, o mejor dicho, podemos modificar la influencia del pasado (revisando esas creencias que nos condicionan) para manifestar lo que queremos en el futuro.
Es fundamental centrarse en los estados de ánimo que se quieran alcanzar, más que en los medios que creemos que puedan causarnos determinadas sensaciones. Podría ser que nuestro ego se esté equivocando (algo muy probable) y, una vez hayamos obtenido los medios, no sean en realidad los que nos hacen falta para alcanzar la paz interior.
5. Aloha: amar es ser felices juntos
El amor aumenta a medida que disminuye la crítica. Todo está vivo, y es consciente y sensible
El significado profundo del término hawaiano aloha es “compartir (alo) con alegría (oha) la energía vital (ha) ahora (alo). El secreto reside en hacer caso siempre a nuestras emociones e ir hacia donde nos indique nuestro corazón. Es importante dejarnos llevar por los sentimientos y tener confianza en nosotros mismos, es decir, en nuestro Yo Superior, que se comunica con los otros dos yoes a través de las emociones y de los sentimientos. Cada acción que emprendemos implica unas emociones: si aprendemos a evaluarlas, ya no nos equivocaremos cuando actuemos.
El mayor enemigo de la serenidad y de la alineación son el juicio y la crítica. Aceptación y tolerancia son las palabras clave.
6. Por dentro igual que por fuera. Mana: todo el poder viene del interior
Todo está impregnado de poder. El poder viene de la autoridad.
El nombre original de esta filosofía era Ho-omana, que significa crear mana, la fuerza vital. Cuando entendamos cómo aumentar la fuerza vital, aprenderemos a incrementar nuestro potencial creativo.
Fuera de nosotros no existe ningún poder, porque es el poder del universo el que actúa a través de nosotros, pasando por nuestro interior, y no por el exterior. Pertenecemos al universo, y él es parte de nosotros: somos Uno. Nosotros somos el medio a través del cual se activa el poder del universo y nuestras opciones emocionales le dan una consistencia y una dirección. Nadie tiene poder sobre nosotros a menos que se lo otorguemos, del mismo modo que no tenemos poder sobre los demás.
7. Pono: la eficacia es la medida de la verdad
Siempre hay otra manera de hacer lo mismo
No existe una verdad absoluta, sino la verdad eficaz subjetiva que depende del punto de vista de la persona. No existe un camino establecido para seguir, porque lo que puede valer para mí no es seguro que valga para ti. El juicio es el que determina la calidad de los acontecimientos. Cada situación tiene múltiples puntos de vista y múltiples caminos que llevan a la mejor solución, ya se trate de asuntos espirituales, mentales o físicos. Huna es una teoría que se basa exclusivamente en la práctica. Cualquier sistema de conocimiento se considera conveniente si resulta útil. Así que no existe nunca un único modo de conseguir un objetivo.
EL SER HUMANO
En la tradición hawaiana se piensa que el ser humano está formado por una serie de elementos:
- El cuerpo físico
- La energía vital
- La mente
En la cultura occidental existe la costumbre de identificar la mente con el cerebro, pero si por mente nos referimos a nuestro yo pensante, capaz de sentir emociones y estados de ánimo, de tener un sentido de la identidad, de conciencia, etc., científicamente nunca ha sido demostrado que esta mente se corresponda con el cerebro humano.
Los chamanes hawaianos (los kahunas) creen que la mente es algo etéreo e inmaterial que utiliza al cerebro como medio físico para actuar, directamente conectado con esa esencia etérea universal que en occidente identificamos con la conciencia colectiva. Esa “mente”, según la antigua tradición Huna, está formada por tres elementos, que en realidad no son distintos, pero cada uno de los cuales tiene una función diferente y que conviene distinguir:
- LONO, el yo consciente (ego). La mente consciente es aquella que se sitúa entre el subconsciente y el Yo Superior y es el timonel de la nave, la que toma las decisiones.
- KU, el subconsciente (Unihipili o niño interior). Controla las funciones involuntarias de nuestro cuerpo, además de hacer nacer las emociones y los sentimientos de manera automática, como respuestas a los estímulos del exterior. Graba todas las experiencias y las cataloga en su archivo personal, al que sólo él tiene acceso.
- AUMAKUA, el Yo Superior (la divinidad que hay en mí). Se identifica con la conciencia espiritual del hombre, aquella parte del yo que parece observarnos desde otra dimensión, que parece saber siempre cuál es el buen camino y nos lo sugiere, no siempre de manera inmediatamente comprensible.