UNA META UNIVERSAL
Del Libro de David Hoffmeister "Unwind Your Mind - Back to God" - Capítulo IV
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.
David: Siempre me enseñaron que es bueno estar orientado a metas. Para cuando finalmente encontré el Curso estaba pensando: estar orientado a metas... eso es un manojo de tonterías. Todas esas metas eran concretas y estaban todas basadas en el concepto del yo. De ahí brotan todas las metas. Se puede pensar en ello como un acuario con esa pequeña bomba en el fondo que hace burbujas. Las burbujas que parecen subir, flotar y explotar en la superficie son todas las metas concretas. Gana más dinero, consigue esto, hazte con eso, desarrolla estas habilidades, haz esto y eso otro. Eso es el pop, pop, pop; esas son todas la burbujas. ¡Lo importante es cuestionar la cosita que genera las burbujas! Al final llegó un punto de mi vida en el que pensé: Finalmente voy a ir ahí abajo al generador a cuestionar el mecanismo del que parecen salir las burbujas.
Participante: Entonces ¿todas las cosas concretas vienen de un concepto del yo?
David: Sí. Las lecciones 24 [No percibo lo que más me conviene] y 25 [No sé cuál es el propósito de nada] del Curso abordan esto de una manera muy directa. ¿Significa eso que no deberíamos tener ninguna meta? No, no, el Curso no propugna eso, el Curso propugna que deberías tener una meta y sólo una meta. Y esa meta es abstracta, es universal y no tiene referencias concretas. ¿Qué significa eso? No es cuantificable; no es medible. Es una meta de propósito. No es una meta concreta. No es una meta con una cantidad x de dólares, ni un empleo mejor, ni mejor salud física, ni un clima más cálido, ni una pareja que tenga mejor aspecto, ni ninguna de las metas concretas que siguen subiendo aquí arriba a la superficie. Esta meta universal se ha de aprender muy cuidadosamente, porque la mente sólo sabe pensar en términos concretos. Eso es por lo que reza sin parar. Su oración es su deseo. Siempre está rezando por resultados concretos. Incluso cuando tienes el pensamiento Huy, tengo hambre, viene a la mente algo concreto que parecería satisfacer el hambre. Cuando parece que tienes que ir al aseo, salta a la mente donde está el aseo. Y parece que vas y orinas y ello parece satisfacer esa necesidad temporal del momento. Todo eso son respuestas a oraciones. Ir al cuarto de baño es una respuesta a una oración. Comerse un Dorito es una respuesta a una oración. Tener sexo con alguien es una respuesta a una oración. Salir de paseo un día soleado es una respuesta a una oración. Todo lo que hay en la pantalla son respuestas a oraciones. Es sólo traer testimonios de lo que la mente quiere, y también de lo que la mente cree que responde a esa carencia y satisface ese deseo. Esto es lo que sale a la superficie.
La clave es ver que todos esos deseos fragmentados forman parte del concepto del yo que está burbujeando ahí abajo. Es lo que está enviando arriba todas esas burbujas. La única salida es tener una sola meta unificada, llevar las cosas al punto en que mi deseo es único, ¡quiero sólo a Dios y nada más! Si piensas en el centro de la mente como si fuera un altar, es como decir: quiero quitar todo del altar excepto Dios. Dios no puede estar en un altar profanado. No puede estar sobre algo que se ha hecho impuro. No se puede poner a la Fuente pura en un altar sucio, un altar dividido
Todo lo que hace el Espíritu es esperar. El Espíritu no va a entrar a intentar tomar posesión de la mente de nuevo. La mente tiene que vaciar su altar voluntariamente. El Espíritu Santo no va a intentar arrancarle este mundo a la mente. Aunque las creencias sean irreales, el Espíritu Santo las respeta y las honra en un sentido, porque el Hijo de Dios, la mente que se quedó dormida, las hizo. Y Él tiene que honrar esa mente a causa de lo que esa mente es verdaderamente.
Participante: Entonces ¿honra a la fuente de la mente?
David: Sí. Honra a su fuente, Él honra el verdadero poder de esa mente. Él es un suave recordatorio para que esa mente lleve voluntariamente esas creencias ante la luz, o al menos las cuestione. No hay coerción, no se obliga.
El sistema de creencias del ego en tu mente puede decirte: Si sigues esto hasta el final, si de verdad sigues lo que Él te está diciendo, puedes acabar pasando verdaderos apuros porque estás retirando todos tus apoyos aparentes en el mundo, lo que antes estaba considerado como tu sistema de apoyo; estás cortando con tu sistema de apoyo. Esa es la interpretación que hace el ego de seguir a Jesús; estás cortando con tu sistema de apoyo. Todo ese aprendizaje del que hablamos, el currículo, el aprendizaje, y todas las cosas que parecen ser símbolos de apoyo que has trabajado tanto para construir. Constrúyelo, perfecciónalo, constrúyelo, perfecciónalo, constrúyelo... como si eso fuera tu apoyo. Cuando empiezas a seguir esto de verdad, dices: Espera un poco, esta es la dirección opuesta por completo. Esto es una media vuelta de 180 grados. Aquí es donde entra la confianza, donde creíste que se te pedía algo, que sacrificases algo. En el Manual para el Maestro, Jesús dice: "[el maestro de Dios] encuentra en su lugar una feliz despreocupación" M-4.I.A.5.
El mundo no puede hacer que aprendas estas imágenes de ti mismo a no ser que tú desees aprenderlas. Llegará un momento en que todas desaparecerán, y te darás cuenta de que no sabes lo que eres. A esta mente abierta y receptiva es a la que la verdad retorna, sin impedimentos ni limitaciones. Allí donde todos los conceptos del yo han sido abandonados, la verdad se revela tal como es. Cuando todo concepto haya sido cuestionado y puesto en tela de juicio, y se haya reconocido que está basado en suposiciones que se desvanecerían ante la luz, la verdad quedará entonces libre para entrar a su santuario, limpio y despejado ahora de toda culpa. No hay afirmación que el mundo tema oír más que ésta: No sé lo que soy, por lo tanto, no sé lo que estoy haciendo, dónde me encuentro, ni cómo considerar al mundo o a mí mismo. Sin embargo, con esta lección nace la salvación. Y lo que tú eres te hablará de Sí Mismo. T-31.V.17
Unirse a los Mensajeros de la Paz es como un testimonio o un símbolo de darle permiso a tu mente para soltar todo lo que cree, sabiendo que va a estar segura, aunque a veces parezca desorientarse... como, ¿qué estoy haciendo? ¿Dónde estoy? Metafóricamente estamos cogidos de la manos diciendo sí, eso es lo que va a parecer a veces. Seguimos recordándonos unos a otros: Bueno, bueno, no estás chiflado, no hace falta encerrarte en un manicomio. ¡Esto es buena señal! Cuanto más profundo te metes más parece, a veces, que no eres funcional. No sabes funcionar en el mundo, ¡bien! Es otra buena señal.
TE GUSTARÁ VISITAR...