TERAPIAS PARA EL DESARROLLO PERSONAL
Taller de Sueños
Cuando dormimos no estamos conscientes, pero el inconsciente trabaja. Imágenes, sensaciones de miedo o de alegría crean un rico y detallado paisaje interior. Los sueños han sido el vehículo de visiones, revelaciones, profecías e inspiración para las personas, por lo que no resulta extraño que hayan sido motivo de fascinación desde los primeros tiempos de la humanidad, ni que los científicos los hayan contemplado como una de las claves para comprender la mente humana. Lo que diferencia el taller de sueños de otras terapias, es que aquel contempla al hombre soñando como un ser más real que el hombre en estado de vigilia. Las profesionales que trabajan con los sueños, pretenden conseguir la “plenitud del ser”, la reintegración de las partes del ego que están en conflicto, a partir de los mensajes implícitos contenidos en los sueños.
La práctica totalidad de las formas de trabajo con los sueños están basadas en las teorías del psicólogo suizo Carl Gustav Jung, el fundador de la psicología analítica. Jung creía que los sueños no eran simplemente un reflejo del inconsciente individual, sino que éstos tenían su fundamento en el pasado común de la humanidad, es decir, en el “inconsciente colectivo”, el cual alberga los deseos y aspiraciones de los seres humanos. Para Jung, la motivación primordial de las personas es el deseo de alcanzar la “plenitud” y la integridad, en un proceso llamado “individuación”. El problema surge cuando la mente consciente, condicionada por la educación –el pasado- y por muchas otras experiencias, trabaja en direcciones distintas al objetivo “primordial”. Así pues, la mente consciente domina al inconsciente a costa de perturbaciones mentales como las neurosis o las fobias. La teoría junguiana postula que estos conflictos quedan reflejados en nuestros sueños, por lo que su análisis puede ayudarnos a identificar y eliminar las causas del conflicto.
Las ideas de Jung quedaron integradas en el movimiento conocido como la terapia Gestalt, que floreció, sobre todo en California, en la década de 1960. El taller de sueños se desarrolló principalmente bajo el impulso de Frederick Perls, como un producto de la Gestalt, incidiendo de forma especial en la terapia de grupo. Con el paso del tiempo, la popularidad de la técnica creció paulatinamente y en la actualidad existen numerosos grupos que trabajan con los sueños, en especial en la costa oeste de Estados Unidos, pero también en muchos otros lugares.
El taller de sueños ha tardado en difundirse por Europa, sin embargo, en la actualidad el número de sus seguidores no para de aumentar notablemente.
¿QUÉ ES EL TALLER DE SUEÑOS?
Las técnicas utilizadas por los diferentes grupos varían, pero en general, todas ellas coinciden en los mismos conceptos básicos:
- Los sueños constituyen el intento de la mente por absorber y asimilar las experiencias recientes del ser humano para poderlas reconciliar con las experiencias anteriores y con los “arquetipos” presentes en el inconsciente.
- El centro de integración es donde se generan nuestros sueños y puede identificarse como el “yo”. Es éste, más que el ego consciente propiamente dicho, el que representa en verdad al individuo, sólo si permitimos que pueda expresarse al verdadero “yo” podremos alcanzar la plenitud y la realización de nuestro potencial (individuación).
- La función de los sueños no es resolver conflictos que aparecen en el ego consciente, ya que éste se limita a servir al sueño y a la fuente en la cual se origina.
- No debemos seguir una tipificación rígida del simbolismo de nuestros sueños, tenemos que interrogarlos para de este modo poder aprender de ellos.
- No debemos permitir que otros interpreten nuestros sueños. Al interpretar los sueños de otra persona, somos responsables de proyectar en el otro nuestra propia personalidad inconsciente.
- Cada sueño es visto como un “todo”, y cada parte de la imagen del sueño puede ser interpretada de un modo u otro como una proyección de nosotros mismos. Esto se aplica tanto a un acantilado, un árbol, un perro o una sensación de ansiedad, como al ego onírico que está observando la escena.
- El “yo” está compuesto de elementos opuestos, positivos y negativos, masculinos y femeninos, no debemos intentar excluir o suprimir aquellos que consideremos malos, sino reconocerlos y tenerlos en cuenta.
¿CÓMO TRABAJAR CON LOS SUEÑOS?
El primer requisito para toda forma de trabajo con los sueños es recordarlos. Los sueños se desvanecen rápidamente a la luz del día, por lo que debes tener papel y lápiz en tu mesita de noche, y registrar por escrito sus contenidos inmediatamente después de despertarte. A partir de ahí, serás capaz de trabajar constructivamente con los sueños.
Las técnicas empleadas son diversas, tanto para las sesiones en grupo como para las individuales. La más básica es un listado de preguntas que puedes hacerte tú mismo sobre cualquier sueño. Éstas pueden incluir, por ejemplo:
- ¿Qué estoy haciendo en el sueño y qué sensaciones asocio a cada acción?
- ¿Qué similitudes y diferencias existen entre los diferentes acontecimientos y objetos del sueño?
- ¿Cómo relaciono este sueño con los sucesos de mi vida real?
- ¿Qué cambiaría del sueño?
- ¿Qué es lo que ha quedado sin resolver o inacabado en este sueño?
- ¿Qué es lo que más me fascina, atemoriza o preocupa de este sueño?
A continuación podrás analizar el sueño con más detalle, quizás realizando un examen más pormenorizado de tu ego onírico. ¿Qué haces y qué no haces, el ego onírico, en el sueño? ¿Por qué? ¿Cuál es tu actitud? ¿Cuáles son tus motivos? ¿Cuáles tus emociones? ¿De qué otros modos podrías comportarte en el sueño?
Después reescribe el sueño describiendo cómo te hubiera gustado que actuara tu ego onírico y revisa el resultado final. ¿Soluciona ello algunas cuestiones no resueltas? ¿Es el sueño modificado realmente mejor que el original? Y si lo es, ¿por qué?
Una forma útil y entretenida de analizar un sueño es interpretándolo a la manera de un actor que representa un “monodrama”. Imagina que eres uno de los elementos del sueño, animado o inanimado, y ponte en su lugar. Describe lo que sientes y cuál es tu papel en la escena. Interpreta el papel si te es posible. Para hacerlo, entabla un diálogo, utilizando dos sillas que irás ocupando alternativamente, entre los dos elementos distintos, explorando la relación que existe entre ellos y el ego onírico. Si surgen conflictos, coloca una tercera silla y ocúpala con la “cuestión no resuelta”, que también participará en el debate.
En situaciones de grupo, o en manos de un terapeuta con experiencia, existen otros métodos de exploración onírica. El primero es el “volver a entrar en el sueño”, experimentando el sueño de nuevo mientras te encuentras en un estado de meditación y pudiendo modificar de ese modo la reacción de tu ego onírico hasta lograr un final que te satisfaga.
La segunda técnica, “tetralización del sueño”, implica la participación de otros miembros del grupo, los cuales representan distintos papeles en la obra de teatro en la que previamente se habrá convertido tu sueño. Ambos métodos constituyen herramientas de trabajo con los sueños muy eficaces y poderosas.
PRECAUCIONES
Las técnicas de taller de sueños pueden ser muy reveladoras, de hecho, quizá demasiado reveladoras para quienes sufren problemas psicológicos. Si tienes antecedentes de trastornos psicológicos o sospechas que puedas padecerlos, ya sea por tu historial familiar o por el personal, consulta a tu médico antes de emplear cualquiera de las técnicas de trabajo con los sueños. Aunque no te incluyas entre los supuestos mencionados, procede con cautela cuando te sometas a esta terapia.