TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO
Kinesiología
Las terapias de diagnóstico son aquéllas utilizadas principalmente para analizar las causas de la enfermedad antes que para diagnosticar y nombrar enfermedades específicas. Todas las terapias implican elementos de diagnóstico o análisis, pero algunas están orientadas específicamente a leer el estado de salud de partes del cuerpo, como los ojos, los músculos o incluso la calidad de la energía.
¿QUÉ ES LA KINESIOLOGÍA?
Kinesiología procede de la palabra griega “kinesis”, que significa movimiento, y es conocida como el estudio del movimiento. Ciertos aspectos del sistema han sido utilizados durante años por los médicos y fisioterapeutas convencionales para comprobar el alcance de los movimientos, la fuerza y la habilidad de pacientes con músculos dañados. Pero tan sólo ha sido usada como herramienta de diagnóstico desde 1964, cuando el Dr. George J. Goodherat, un quiropráctico norteamericano, descubrió que podía determinar más sobre la salud del paciente probando sus músculos que a través de cualquier otro tipo de diagnóstico.
Desarrolló algunos test musculares que le permitían averiguar la salud de todo el cuerpo. Este sistema conocido más exactamente como kinesiología aplicada, se utiliza para detectar y rectificar desequilibrios funcionales antes de que se desarrollen en una enfermedad. El sistema es utilizado por los kinesiólogos y por los especialistas de otras terapias como los quiroprácticos.
¿CÓMO ACTÚA?
La kinesiología es una combinación de tecnología occidental y principios orientales sobre el fluir de la energía. Cada uno de los órganos y sistemas mayores del cuerpo es alimentado por un canal invisible de energía llamado meridiano. Estos canales actúan juntos para formar una red energética que proporciona su energía a la mente, todas las funciones principales, órganos y músculos del cuerpo.
Cuando estamos sanos, la energía fluye libremente por esos canales, pero un bloqueo de la energía puede conducir a una debilidad en el órgano correspondiente y se registrará en el músculo que se relaciona con ese órgano. Por ejemplo, los cuádriceps en la parte delantera del muslo están unidos por la energía al intestino delgado, y los tendones de las corvas (articulaciones de las piernas, detrás de la rodilla) están unidos de una forma similar al intestino grueso. De modo que si somos sensibles al trigo y comemos un trozo de pan, la intolerancia se registrará primero en los intestinos y a continuación en los músculos correspondientes de las piernas. Un kinesiólogo comprobará la fuerza del músculo relevante y retrocederá desde allí para hallar la causa del problema. Este sistema funciona para problemas físicos, mentales y emocionales.
¿QUÉ OCURRE EN UNA CONSULTA?
Una primera visita dura normalmente una hora, aunque las visitas posteriores son más cortas. La sesión empieza con una consulta detallada. El kinesiólogo hace preguntas acerca de la salud y el estilo de vida. Esa información le permite construirse un cuadro del paciente y las posibles causas de su problema. Luego le pedirá si desea continuar, puesto que se considera que ha de ser el paciente un participante voluntario en su propio tratamiento, si se desea que funcione.
El diagnóstico y el tratamiento variarán según el especialista. Sin embargo, típicamente, se le pedirá que se siente o tienda en la mesa de tratamiento o bien totalmente vestido o desvestido hasta quedar en ropa interior. Las pruebas son indoloras, una de las más comunes implica el que el especialista sostenga el brazo del paciente o la pierna para aislar el músculo que desea probar. Luego tocará un punto del cuerpo del paciente que está unido por un meridiano a ese músculo en particular, al tiempo que hace presión rápida y suavemente en el miembro. El paciente deberá resistirse a esta presión. Si puede hacerlo es señal de que la parte correspondiente del cuerpo está sana, pero si el miembro se debilita bajo la presión, muestra un desequilibrio de la energía en la parte corporal relacionada.
Otra prueba, que se utiliza especialmente para sensibilidades a los alimentos, consiste en situar una pequeña porción del alimento sospechoso bajo la lengua del paciente mientras se prueba el músculo correspondiente de la misma forma.
El kinesiólogo notará todas las debilidades y desequilibrios revelados por las pruebas en orden de prioridad. Para conseguir una mejora duradera deben corregirse primero los problemas más importantes, y luego los demás por orden descendente de importancia.
Cuando los problemas específicos han sido diagnosticados, entonces el kinesiólogo deberá comprobar también los desequilibrios posibles en los sistemas inmunológico, endocrino, urinario, digestivo y evaluar su condición nutricional. Una vez completado el diagnóstico, proporcionará o recomendará el tratamiento. Lo que implique esto dependerá en gran medida de las necesidades del paciente y del entrenamiento adicional del kinesiólogo. Normalmente los kinesiólogos poseen entrenamiento en algunas otras terapias como el quiromasaje, la osteopatía, la quiropraxia, la terapia nutricional, la hidroterapia de colon, la acupuntura y los remedios de las flores de Bach.
¿CUÁNTAS SESIONES NECESITO?
Mucha gente se siente mejor después de la primera sesión, pero la mayoría tienden a necesitar varios tratamientos. Sin embargo, si el paciente no siente ninguna mejoría después de 3-6 visitas, es poco probable que esta terapia le vaya a funcionar.
¿EN QUÉ PROBLEMAS PUEDE AYUDAR?
La kinesiología no es una “cura” para cualquier problema. Se preocupa por hallar y corregir los problemas menores antes de que se conviertan en dolencias importantes…, lo que los médicos llaman problemas “subclínicos”. Se ocupa de muchos pequeños pero royentes problemas de salud que no pueden ser diagnosticados o identificados porque sólo son precursores de la enfermedad. Sensibilidad a algunos alimentos, problemas digestivos, cualquier rigidez en las articulaciones, la mayoría de dolores, cefaleas, de espalda y fobias, pueden ser aliviados por la kinesiología.
¿ES SEGURA?
La kinesiología es una terapia suave no invasora y sin efectos secundarios. Es perfectamente segura para las personas de todas las edades y estados de salud, incluso bebés y mujeres embarazadas.