MODIFICAR PATRONES DE COMPORTAMIENTO
Hipnoterapia

 

Terapias Alternativas - Modificar Patrones de Comportamiento: "Hipnoterapia"

 

Pocas terapias son tan mal comprendidas o tan mal interpretadas como la hipnoterapia. Tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos se ha usado durante muchos años para mejorar la salud física y mental a todos los niveles. Pacientes con enfermedades terminales pueden hallar alivio al dolor y la ansiedad, y se utiliza con pacientes de cáncer para aliviar las náuseas causadas por la quimioterapia. Los dentistas utilizan la técnica para eliminar la respuesta al dolor de los pacientes durante el tratamiento, y los hipnoterapeutas están ayudando a la gente a hallar alivio a la incomodidad de la gastritis y el dolor de la migraña. A nivel cotidiano mucha gente utiliza técnicas de autohipnosis para el control del estrés o alivio del dolor.

El uso terapéutico de la hipnosis se remonta a los tiempos primitivos, cuando los curanderos utilizaban trances para implantar sugestiones que podían estimular la autocura en las mentes de los enfermos. Sin embargo, la impresión general que tiene la gente del hipnotismo corresponde a la variedad escenario, destinada exclusivamente a sorprender y divertir al público. Ambos usos de la técnica deben mucho al famoso hipnotizador Anton Mesmer. Pese a su ostentación y sus controvertidas técnicas, Mesmer trató con éxito a mucha gente con su forma de “mesmerismo” antes de ser desacreditado por el gobierno francés, que creía que sus curas eran el resultado de la imaginación de sus pacientes. La reputación de Mesmer y de la hipnosis en general nunca se recuperó por completo, pese al hecho de que esta terapia ha sido usada con éxito durante generaciones y hoy es una de las terapias complementarias más científicamente validadas.

¿QUÉ ES LA HIPNOTERAPIA?

No existe ninguna definición única aceptada para la hipnoterapia. Pero puede describirse como una forma de psicoterapia que actúa sobre el subconsciente para cambiar los esquemas de pensamiento y comportamiento. La palabra hipnosis se refiere a un estado parecido al trance, en algún lugar entre la vigilia y el sueño, al que uno entra cuando está hipnotizado, y la hipnoterapia es la práctica de suscitar la curación o facilitar el cambio mientras uno se halla bajo hipnosis. Originalmente, los hipnotizadores creían que la hipnosis era una forma de sueño, y confiaban en inducir un trance profundo en sus pacientes usando técnicas autoritarias, en las que el terapeuta “ordena” al paciente que efectúe el cambio.

Los terapeutas modernos establecen una relación con sus pacientes que les permite “sugerir” los cambios. También se cree hoy en día que los hipnoterapeutas utilizan técnicas sencillas para inducir un trance ligero que puede tener los resultados más sorprendentes. Mientras se halla en trance, el paciente es mucho más sugestionable y dócil que en su estado normal, y su mente está más dispuesta a aceptar nueva información, pero sólo lo que el paciente desea oír.

En consecuencia, el terapeuta puede hacer sugestiones que el paciente almacenará en su mente, programándole a todos los efectos para aceptar o rechazar ciertas creencias o esquemas de comportamiento. Si el paciente tiene miedo a las arañas, por ejemplo, el terapeuta puede sugerirle que ya no teme a las arañas. Si el paciente está dispuesto a superar su fobia, su ansiosa mente absorberá la sugerencia y reemplazará el antiguo miedo con la nueva falta de miedo. Lo mismo puede ocurrir con el dolor. El dolor puede ser una sensación física, pero se registra en el cerebro. Si, bajo hipnosis, la mente acepta que no se siente el dolor, entonces no lo sentirá.

La mente es increíblemente poderosa, y se halla inextricablemente ligada al cuerpo. Estos se demuestra durante el trance hipnótico, cuando la respiración, el ritmo cardíaco y el metabolismo en general pueden frenarse, las reacciones alérgicas detenerse y el dolor reducirse. Cada pensamiento o sensación experimentada por la mente se muestra como un cambio físico en el cuerpo, y cada cambio físico tendrá asociaciones mentales y emocionales. Así, un problema emocional, como un pesar prolongado o inexplorado, puede causar una enfermedad física, y un miembro dañado puede dejar cicatrices mentales. Los hipnoterapeutas creen que la mente tiene el poder de crear cualquier enfermedad y también el poder de curarla activando el mecanismo curador y reparador que está controlado por el subconsciente.

La hipnoterapia puede usarse junto con otras terapias como la osteopatía o la acupuntura para reforzar sus beneficios. Su éxito depende de que el sujeto coopere con el terapeuta, pero la mayor parte de la gente que acude a hipnoterapia está dispuesta a cambiar voluntariamente.

¿CÓMO ACTÚA?

No existe un acuerdo completo acerca de cómo actúa la hipnosis, pero la teoría comúnmente aceptada es que la mente tiene dos partes: la consciente y la subconsciente. Tenemos constancia de la mente consciente, porque la usamos para tomas nuestras decisiones cotidianas. Pero la mente consciente está gobernada por los deseos del mucho mayor subconsciente, como lo son todas las funciones mentales y físicas desde regular la presión sanguínea hasta almacenar los recuerdos. Un deseo subconsciente es tan fuerte que siempre triunfará sobre un deseo consciente. Por ejemplo, puedes tomar una decisión consciente de dejar de fumar, pero si tu subconsciente no lo desea, entonces no lo hará.

Los hipnoterapeutas creen que la mente subconsciente es la fuente de la energía y el poder humano y el hogar del auténtico yo. Si no aprendemos a comprender nuestro subconsciente, nunca nos comprenderemos a nosotros mismos, y si no aprendemos a usar nuestro subconsciente, nunca nos daremos cuenta de nuestro auténtico potencial.

Otro punto importante sobre el subconsciente es que creerá cualquier cosa que nosotros le digamos. El hipnotismo explota nuestra sumisión mental poniendo a dormir temporalmente la mente consciente para alcanzar el subconsciente, donde podemos reemplazar creencias negativas con otras positivas e introducir emociones constructivas en lugar de las destructivas. Esta reprogramación se efectúa por sugestión, lo cual significa que el terapeuta sugiere al paciente objetivos o creencias dirigidos a contrarrestar el problema. Por ejemplo, si tú deseas dejar de fumar, puede que te diga que nunca desearás querer fumar de nuevo. Esto incorpora una creencia en tu subconsciente, la cual si es reforzada regularmente, será al fin aceptada. Cada vez que desees un cigarrillo, tu subconsciente te recordará que debes actuar de acuerdo con tu nueva creencia. Los hipnoterapeutas alcanzan el subconsciente induciendo un trance en el sujeto. El trance puede ser ligero, medio o profundo, según las necesidades y la conveniencia. Los trances profundos raras veces son inducidos, en parte porque se cree que menos de un 10% de las personas son susceptibles a ellos, y en parte porque a menudo son innecesarios.

Los terapeutas empiezan la hipnosis animando al paciente a relajarse. Hay varias formas de lograr esto, la más común es a través del uso de nuestra imaginación. Los métodos alternativos incluyen los brazos pesados y el método del semáforo.

Imaginación

El terapeuta habla de una forma relajante y controlada, que alienta a concentrarse en su voz. Pide al paciente que se enfoque sobre un punto, como una mancha real o imaginaria en el techo o un objeto frente a él. Esto sirve para retener la concentración visual. Puede que le pida que inspire profundamente varias veces, sugiriendo que por cada aliento exhalado se sentirá más relajado y somnoliento. En la última exhalación se le pedirá que cierre los ojos. El terapeuta pedirá luego que imagine una escena en particular, como un hermoso jardín bañado por la luz del sol, y le hablará de tal modo que lo vea y se sienta allí, alentándolo a usar todos los sentidos para asegurarse de que oye los pájaros, huele las flores y ve los hermosos colores a su alrededor.

Puede que le haga descender algunos escalones, contándolos al revés, de diez a uno. En este punto puede que sondee la profundidad del trance dándole instrucciones para que realice alguna acción sencilla, como levantar el brazo derecho. Durante todo este tiempo el terapeuta alentará al paciente a que abandone el mundo consciente, empujándolo hacia aquel imaginario. En los sujetos no acostumbrados puede tomar hasta 20 minutos, a veces más, alcanzar un nivel donde el paciente se halle abierto a las sugestiones. Tras varias sesiones puede inducirse un trance en segundos, a menudo con sólo un gesto de la mano del terapeuta.

Brazos pesados

Mientras permanece sentado en una silla, se le pedirá al paciente que relaje los brazos y los deje colgar sueltos. Se le dirá que se concentre en sus manos y observe cómo se vuelven más y más pesadas hasta que son tan pesadas que no puede levantarlas. Si es incapaz de alzarlas, esto indica que el subconsciente está abierto a las sugestiones. El terapeuta puede pedirle entonces que levante los brazos y se relaje antes de continuar con una técnica de profundización.

El método del semáforo

Funciona con el terapeuta pidiendo al paciente que cierre los ojos y visualice que tiene un globo atado a la muñeca derecha, tirando de él hacia arriba, mientras su brazo izquierdo está siendo arrastrado hacia abajo por un enorme peso. El terapeuta la guiará de un lado para otro entre los dos brazos, el uno flotando hacia arriba y el otro arrastrado hacia abajo antes de pedirle que abra los ojos y se relaje. Si el brazo derecho del paciente está ligeramente más alto que el izquierdo, se hallará en un estado sugestionable. Cuando el paciente esté relajado, el terapeuta puede utilizar cualquier número de técnicas terapéuticas, como las siguientes:

1. Terapia de sugestión autodirecta.

Cuando el paciente se halla en trance, el terapeuta le proporciona sugestiones directas, que son siempre específicas, positivas y en tiempo presente. Su mente acepta estas sugestiones porque el estado de trance hace que el factor crítico de la mente se cierre. Estar en trance hace que el paciente se sienta ansioso por seguir adelante con las sugestiones del terapeuta, siempre que no entren en conflicto con sus propios principios. Esta terapia es excelente para calmar los nervios ante un examen y para detener hábitos nerviosos como morderse las uñas. Puede ayudar a dejar de fumar, puesto que creerá fácilmente al terapeuta que le diga que nunca deseará fumarse otro cigarrillo.

La primera sesión es normalmente la más difícil. Algunos terapeutas graban la sesión y le dan al paciente una cinta para que la ponga en su casa para reforzar el tratamiento. Puede que se necesiten varias sesiones de autogestión, durante las cuales el terapeuta cambiará las sugestiones a medida que los cambios empiezan a hacer efecto en el paciente.

2. Regresión.

El terapeuta utiliza esta técnica para llevar al paciente hacia atrás en el tiempo a fin de descubrir cómo sus actuales problemas pueden ser resultado de incidentes pasados. Eso le permite ver acontecimientos de su infancia desde una perspectiva de adulto. Le ayuda a situar el acontecimiento en su contexto y permite al terapeuta ver cómo se fijaron algunas ideas en su mente. En muchos casos el acontecimiento en sí carece de significado, pero como niño puede que el paciente le adjudicara algún significado. La interpretación de los acontecimientos es lo que mantiene una presa tan férrea sobre su mente y ejerce control sobre su comportamiento. Mucha gente teme esa regresión; un buen terapeuta explicará al paciente que volver a revivir una situación dolorosa no significa pasar otra vez por ella.

3. Terapia por partes.

Esta terapia se enfoca al holismo. Muchos de nuestros problemas  son causados por factores que no son inmediatamente obvios, y esos problemas que a primera vista parecen estar desconectados, pueden brotar realmente de la misma fuente. Por ejemplo, tener exceso de peso, ser agresivo y poco amigable puede proceder todo ello de la necesidad de protegerse contra ser lastimado. A través de la regresión, el terapeuta busca descubrir la relación entre todas las partes afectadas a fin de intentar unirlas y enfrentarse a la auténtica raíz del problema.

4. Hipnocuración.

Se orienta a curar una enfermedad patológica. El terapeuta ayuda al paciente a descubrir la causa de su enfermedad, y a través de la visualización le alienta a liberarla. La terapia se basa en la creencia de que cada pensamiento tiene una respuesta física en el cuerpo y que nada es más positivo que el pensamiento. El terapeuta muestra al paciente cómo pensar, imaginar y sentir que enfermedades como el asma, la angina de pecho, el cáncer y los cálculos renales son erradicadas de su cuerpo. Le alienta a ver sus células sanas como la fuerza más poderosa de su cuerpo, regenerándose y creciendo en fuerza para derrotar a las células enfermas y despejar el camino para las nuevas células sanas.

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