DESPERTAR CON PELÍCULAS - "Las Vidas posibles de Mr. Nobody"
David Hoffmeister

 

Libera Tu Ser - Artículos Un Curso de Milagros - Despertar con Películas: "LAS VIDAS POSIBLES DE MR. NOBODY


Del Libro de David Hoffmeister "El perdón cuántico: Física, te presento a Jesús".

 

Un mundo de asuntos hipotéticos

De niño y de adolescente me encantaban los deportes. Me sentaba frente a la tele y, no importa qué deporte estuviese viendo, acababa sudando de tanto apoyar a un equipo o al otro. Armaba mucho jaleo con los errores de los árbitros y le gritaba al televisor: “¡muy mal! ¡Habrían marcado si tú no hubieses pitado esa falta!”.

Mi abuelo, Heinrich Herman Hoffmeister, estaba sentado por allí con ojos brillantes y una gran sonrisa en la cara mientras yo daba vueltas por el salón. Se reía sin parar de mis muchas frases con “si”: si el central no hubiese perdido esa pelota los habríamos borrado del campo, si el árbitro hubiese pitado bien habríamos ganado. Cuando el partido terminaba, levantaba un dedo y decía con una gran sonrisa: “¡si es la palabra más poderosa del diccionario!” Yo no me daba cuenta entonces, pero mi abuelo fue mi primer maestro de Un curso de milagros. Me enseñó sobre los asuntos hipotéticos aprovechando mi afición a los deportes.

El diccionario define hipotético como algo que no es real, que está imaginado como un ejemplo. También se puede describir como lo que solo existe como una posibilidad. Mi abuelo decía que era una pérdida de tiempo preocuparse o disgustarse por cosas que “podrían” o “deberían” haber ocurrido, es decir: ¡reaccionar a lo que solo existía en mi imaginación! Le encontraba sentido a eso, pero al final empecé a pensar en términos aún más profundos. Cuando comencé a estudiar el Curso, me di cuenta de que el mundo de las formas se basa en la premisa de que podríamos separarnos de Dios. Puesto que la premisa es falsa, el mundo entero es solo una proyección de la mente del ego. Todo lo que vemos no es nada más que imágenes ilusorias e inventadas. El cosmos entero es el resultado de la creencia en que estamos separados de Dios.

¡Esto significa que todo lo que hay en el cosmos son asuntos hipotéticos! Todo está solo “imaginado como un ejemplo”.

¿Cómo es posible esto? ¿A qué se parece? ¿Qué significa en términos del despertar? El Curso nos da una buena pista con la frase: “la historia no existiría si los mismos errores no siguiesen repitiéndose en el presente” (T-4.II.1:3). ¡Vaya frase! Es una invitación muy interesante para que miremos más profundamente el mundo que creemos conocer.

Para considerar la idea de que todo lo espacio-temporal es hipotético es necesaria una disposición enorme. Hace falta bajar por la madriguera del conejo [de Alicia en el país de la maravillas] y aún más. Pero el regalo que nos espera cuando empezamos a alinearnos con la Verdad es más satisfactorio que cualquier cosa que podamos imaginar. Las vidas posibles de Mr. Nobody nos conduce a un bello viaje de desmantelamiento del mundo de las formas, de las causas y los efectos, y nos muestra lo que ocurre cuando soltamos nuestro deseo de permanecer distraídos por un mundo inventado.

Temas clave

●  Opciones hipotéticas
●  Relaciones de causa-efecto
●  El tiempo lineal como lo opuesto a la simultaneidad

Sinopsis de la película

Las vidas posibles de Mr. Nobody es un relato sobre las decisiones. Nemo, un muchacho de nueve años, se ve empujado a una situación en la que tiene que tomar una decisión imposible: elegir entre su madre y su padre. En esos segundos que preceden al resto de su vida se pregunta dónde lo puede llevar cada una de las alternativas. Ciento nueve años después, Nemo le está contando la historia de su vida a un periodista. Parece estar en un estado de gran confusión. El relato de su vida tiene tres focos principales: cuando sus padres se divorciaron y él tenía nueve años, cuando se enamoró a los quince y un momento de su vida adulta a los treinta y cuatro. Los tres se despliegan en muchos resultados posibles. ¿Fue real alguna de esas vidas? ¿Fueron solo producto de su imaginación?

Introducción

Las vidas posibles de Mr. Nobody examina el núcleo de la creencia en que, si tomamos las decisiones correctas, podremos alcanzar la felicidad en esta vida. No se puede: es imposible. Pero el ego atesora la creencia en que tenemos alternativas reales que pueden aportarnos lo que queremos, y lo hace porque esa creencia nos mantiene atascados en una búsqueda inacabable de la felicidad donde no se la puede encontrar. Las vidas posibles de Mr. Nobody demuestra que todas las decisiones de este mundo se toman porque nos hemos olvidado de Dios y, por lo tanto, creemos en un mundo de dualidad ilusorio. Ninguna de nuestras elecciones es real, porque son elecciones entre imágenes de un mundo inventado, es decir, elecciones entre ilusiones. No son nada más que asuntos hipotéticos que producen distracciones sin sentido.

En la película, Nemo Nobody es el mortal más viejo del mundo, que cuenta su historia por medio de escenas retrospectivas de lo que recuerda de su vida. Las experiencias de Nemo parecen suponer varias vidas distintas. Por ejemplo, Nemo tiene que elegir entre vivir con su padre o con su madre cuando es un niño. La película muestra cómo se representa cada una de estas opciones en diversas situaciones y con diferentes parejas, pero ninguna de ellas funciona para hacerlo feliz. Sin embargo, ¡esta noticia es buena! Darse cuenta de que nada de lo que intentemos va a funcionar nunca, y de que elegir entre formas no tiene sentido, merece celebrarse. Las alternativas solo pueden existir en la dualidad, en la Unicidad no hay alternativas. Pero la mente dormida ha olvidado su Unicidad, se ha olvidado del Cielo. Existe en un ámbito en el que parece haber muchas alternativas que, en realidad, son pseudo-alternativas. Son pequeños recortes que reflejan la fragmentación de nuestros deseos y anhelos.

Nuestra certeza en que tenemos verdaderas alternativas se basa en la creencia en las relaciones de causa-efecto. La física newtoniana enseña que causa y efecto están separados, que primero viene la causa y luego el efecto. Sostiene que existe una reacción para cada acción. El Curso, sin embargo, nos enseña que causa y efecto son simultáneos. Cuando empezamos a comprender esto de verdad, vemos que nada de lo que hemos creído en este mundo tiene ninguna validez ni realidad, vemos que todo lo que nos han enseñado es falso. Todos los aparentes efectos del mundo tienen una causa falsa: la creencia en que nos hemos separado de nuestra Fuente. Pero las ideas no pueden abandonar su fuente y, por tanto, causa y efecto no pueden estar separados.

Jesús dice en el Curso: “Las enseñanzas del ego producen resultados inmediatos porque aceptas sus decisiones inmediatamente como tu elección. Y esa aceptación significa que estás dispuesto a juzgarte a ti mismo de igual modo. Causa y efecto están claramente definidos en el sistema de pensamiento del ego, pues todo tu aprendizaje ha estado encauzado a establecer la relación que hay entre ellos. ¿Y cómo no ibas a tener fe en lo que tan diligentemente te enseñaste a creer? Recuerda, no obstante, cuánto cuidado has ejercido al elegir sus testigos, y cuánto al evitar los que hablan en favor de la causa de la verdad y de sus efectos” (T-16.III.2).

Todo el mundo de la forma se basa en la falsa creencia en que causa y efecto están separados, el tiempo lineal solo se sostiene por la insistencia del ego en que existe causación en el mundo. Hemos aprendido cuidadosamente este mundo y le hemos dado crédito a su manera de pensar, atrasada y al revés, en la que causa y efecto están invertidos. El ego ha hecho el enorme esfuerzo de presentarlo así para que no veamos la Verdad. Por ejemplo, cuando tenemos experiencias traumáticas creemos que esos acontecimientos van a tener efectos duraderos sobre la mente. No vemos que la mente ya cree que es culpable y sencillamente busca pruebas —en la forma de experiencias dolorosas o aterradoras— que refuercen esa culpabilidad. A través de la lente del ego, esos acontecimientos se ven como causativos, en lugar de como reflejos de la culpabilidad y del miedo que ya estaban presentes.

Las vidas posibles de Mr. Nobody pone al descubierto la falsedad de esas creencias. Con muchos ejemplos de aparentes situaciones de causa y efecto a las que es imposible encontrarles sentido, nos ayuda a desenchufarnos de la mentalidad de que hay algún tipo de causación en la forma. El desmantelamiento de las relaciones de causa-efecto desorienta en extremo a la mente-ego, que exige saber: “¿qué pasa aquí?”. Las vidas posibles de Mr. Nobody da una hermosa respuesta a esta pregunta: aquí no pasa nada. No podemos entender ni descifrar el mundo. Ver esto con la ayuda del Espíritu es un gran salto adelante para la consciencia.

Las vidas posibles de Mr. Nobody contiene muchas escenas e informaciones que la mente va a intentar organizar en términos de tiempo lineal. La película lo hace muy difícil. Por ejemplo, Nemo parece envejecer durante la película desde el estado prenatal hasta los ciento dieciocho años. Pero las escenas de su vida están montadas de una manera que deshace la perspectiva lineal. Los dos escenarios diferentes que resultan de la decisión de Nemo de vivir con su madre o con su padre se representan hacia adelante y hacia atrás. Las escenas de la relación de Nemo con tres mujeres distintas están barajadas de una manera que confunde. Estos montajes están organizados magistralmente para ayudar a que la mente-ego empiece a aflojar con la creencia en lo espacio-temporal. Ilustran con gran belleza la manipulación por el ego de las imágenes de la mente dormida y que el tiempo lineal es solo un montaje que oculta la simultaneidad.

Las enseñanzas más profundas de Un curso de milagros tratan de la creencia en el tiempo lineal. El ego inventó el tiempo lineal para que podamos evitar alinear nuestra mente con el Espíritu Santo, es decir, aceptar la Expiación. La Expiación es el plan corrector del Espíritu Santo para deshacer el ego y curar la creencia en la separación: su principio es que la separación nunca ocurrió.

El ego, sin embargo, va a hacer lo que sea con tal de convencernos de que la separación es real, porque una vez que aceptemos la Expiación el ego se termina. Una buena pregunta que plantear ante cualquier situación es: ¿reforzará o disminuirá esto mi creencia en el tiempo lineal? Un curso de milagros enseña que el tiempo se transciende en el instante santo, que es el momento en que elegimos al Espíritu Santo en lugar del ego. Conforme deshacemos la creencia en el tiempo lineal y nuestro apego a lo concreto, nos elevamos a la perspectiva del soñador del sueño. Esta es la única experiencia que puede traernos libertad y felicidad verdaderas.

Comentarios de la película por David

Escena: La escena-prólogo muestra una paloma en una jaula de adiestramiento. Una voz explica lo que está pasando: como la mayoría de los seres vivos, la paloma asocia rápidamente presionar una palanca con obtener un premio. Pero cuando un temporizador suelta el grano automáticamente cada veinte segundos, la paloma se pregunta: “¿qué he hecho yo para merecer esto?”. Si estaba agitando las alas cuando ocurrió, va a seguir agitándolas, convencida de que sus actos tienen una influencia decisiva sobre lo que ocurre.

Esta escena muestra lo que es la conducta aprendida. Como la paloma estaba agitando las alas justo en el momento en que recibió el premio aleatorio, ha hecho la asociación de que agitar las alas hace aparecer el premio. Entonces repite esa conducta una vez tras otra para obtener la misma respuesta. Esta escena es un arranque perfecto de la película, porque la paloma, como todos nosotros, ha aprendido a creer en causas y efectos. Creemos que algo que hemos hecho produce una reacción. Nos preguntamos: “¿qué acción he llevado a cabo en la forma que ha hecho que suceda esto?”. Es decir: “¿qué he hecho yo para merecer esto?”.

Escena: Se ve el cadáver de Nemo, luego se le ve ahogándose en su coche y luego recibiendo disparos.

La primera escena muestra el cadáver de Nemo en la morgue. Inmediatamente después se le ve bajo el agua en un coche y luego recibiendo disparos en una bañera. Y la voz de Nemo pregunta: “¿qué he hecho yo para merecer esto?”.

El ego empieza inmediatamente a buscar qué es lo que produjo la muerte de Nemo, igual que hace cuando ve un programa de noticias sobre un asesinato. Esto es porque el ego siempre necesita saber qué ha pasado; de hecho, el mundo gira alrededor del intento de encontrar causación en la forma. Por ejemplo, el que tiene síntomas de una enfermedad va al médico a conseguir un diagnóstico y encontrar una solución. Quien es abandonado por su compañero o compañera probablemente le dará muchas vueltas en su mente a la relación, para intentar comprender lo que ha pasado. Cuando un avión se estrella los investigadores pasan meses, e incluso años, intentando determinar por qué cayó.

Toda la utilidad del tiempo y el espacio para el ego es poder encontrar relaciones causa-efecto basadas en lo lineal, o en las formas. De eso es de lo que tratan todas las preguntas del mundo. Incluso cuando se trata del despertar espiritual, sigue habiendo muchas preguntas que se refieren a la forma. También pueden surgir preguntas prácticas como: “¿qué paso tengo que dar a continuación?”. Pero incluso estas preguntas indican una búsqueda de orientación en la forma. Si le preguntásemos a Jesús cuál es el paso siguiente, él nos diría que es el instante santo. Pero si nuestra mente no comprende lo que eso significa, es que no estamos listos para él; y por tanto, el Espíritu Santo ha de entrar en nuestra consciencia por medio de símbolos.

Escena: Nemo, ya anciano, está con un psicoterapeuta. No tiene ni idea de quién es ni de dónde está en el tiempo ni en el espacio. Parece recordar escenarios de su vida simultáneos.

El psicoterapeuta, como el ego, plantea preguntas sobre la forma. Cuando le pregunta a Nemo por su edad, Nemo dice que tiene treinta y cuatro años. El terapeuta le pide que se mire las manos y se vea en el espejo porque la respuesta de Nemo no cuadra con las pruebas físicas. Nemo se queda confundido y horrorizado cuando mira al espejo y ve a un viejo. Cuando el terapeuta le dice que tiene 117 años, él dice muy enfático: “¡tengo que despertarme! ¡Tengo que despertarme!”.

Esta desesperación por entender lo que somos y lo que está pasando es lo que subyace a los constantes intentos del ego de descifrar las cosas. Es lo que subyace al intento científico de comprender los componentes elementales del universo. Es lo que está detrás de cada pregunta que se plantea en las relaciones interpersonales. El ego, a causa de su total inseguridad, intenta desesperadamente encontrarle sentido a todo lo que percibe. Su concepto de sí mismo es muy inestable. Esta película muestra que el motivo de nuestra desesperación no tiene nada que ver con lo que ocurre en el mundo de las formas, sino que viene de nuestra creencia en causas y efectos. Para que podamos experimentar nuestra herencia natural, que es la paz y la tranquilidad, se tiene que deshacer esta creencia falsa.

Escena: Un presentador de televisión está haciendo un programa en directo sobre Nemo. Se llama “Los últimos mortales”. El presentador anuncia que Nemo va a ser el último humano que muera de viejo.

Esta escena muestra un escenario futurista relacionado con los medios de comunicación. Nos enteramos de que la gente ya no muere porque pueden conseguir células madre de los cerdos. Descubrimos también que Nemo Nobody es el último mortal vivo. Nemo, que está en el hospital y no tiene idea de quién es, permite al psicoterapeuta probar una “vieja” técnica —la hipnosis— para intentar recuperar sus recuerdos.

Escena: Nemo recuerda un estado prenatal en el que los ángeles del olvido borran los recuerdos de los niños por medio de un toque en el labio superior que les deja una marca. Se olvidan de tocar a Nemo.

Esta escena muestra que todo se conoce antes del nacimiento. El filósofo alemán Immanuel Kant llamó a esto conocimiento a priori, queriendo decir que sabemos intuitivamente todas las respuestas con independencia de nuestras experiencias particulares. Pero si, al haber sido tocados por los ángeles del olvido, al nacer lo olvidamos todo, nuestra Fuente —Dios— también se nos olvida.

En el mundo de la forma el ego es el agente del olvido. De hecho, el ego hizo el mundo para que de manera específica fuese un escondite en el que pudiésemos olvidar la Verdad de lo que somos. En este mundo inventado creemos tener alternativas, y muchos encuentran esto interesante, pero solo nos ofrece alternativas sin sentido, elecciones sin causa. Shakespeare describió esto como “mucho ruido y pocas nueces”. En el Curso, Jesús dice que todos los caminos del mundo “conducen a la muerte” (T-31.IV.2). Lo que sostiene nuestra creencia en el mundo son esas elecciones falsas.

El Curso nos señala una dirección distinta. Nos dice que, en cualquier situación, preguntemos: “¿para qué es esto? ¿Cuál es su propósito?”. No podemos encontrar respuesta en el mundo. Igual que Nemo, tenemos que despertar.

Escena: Nemo, de adulto, da una charla sobre el tiempo.

Nemo dice: “¿qué había antes del big bang? No había nada antes, porque antes del big bang el tiempo no existía. El tiempo es el resultado de la expansión del universo pero, ¿qué va a pasar cuando el universo termine de expandirse y comience a contraerse? ¿Cómo distinguimos ilusión de realidad?”.

Esta película saca a relucir la idea de la física cuántica de que el tiempo puede ir hacia atrás tan fácilmente como hacia delante. Esto puede ser un punto de apoyo útil para la mente, pero en la Unicidad no hay tiempo ni espacio. Hablando en términos prácticos, el tiempo y el espacio duraron lo que pareció ser un instante y fueron corregidos por el Espíritu Santo de forma simultánea. Este instante irreal parece repetirse una vez tras otra solo a causa del ego. La conocida frase del Curso “el guión ya está escrito” hace énfasis en que el sueño del mundo terminó hace mucho. Hablando en términos prácticos, el tiempo acabó, desapareció; y, en Realidad, nunca ocurrió.

No hay ninguna alternativa en el Cielo, en la Unicidad no hay nada entre lo que elegir. De manera que la idea de elegir entre ilusiones en la forma tiene que basarse en el concepto de tiempo lineal como opuesto al tiempo simultáneo.

La escena retrocede en el tiempo a Nemo de niño, que contempla su comida y dice: “si mezclas el puré de patatas con la salsa, luego no se pueden separar, es para siempre”. Mira a su padre fumar y dice: “el humo sale del cigarrillo de papá pero nunca vuelve a entrar en él: no se puede volver atrás”. A esto le sigue otro retroceso en el tiempo en el que el niño Nemo está frente a un mostrador con postres y se oye su voz decir: “por eso es difícil elegir, hay que elegir bien: todo es posible mientras no se elige”.

Nemo habla aquí de la importancia de elegir bien pero, ¿sobre qué base determinamos lo que es una buena elección? Intentamos elegir de manera que mejoren nuestra vida, nuestra salud o nuestra situación financiera, la lista es inacabable. Pero, ¿y si todo es una farsa que nos mantiene en un bucle sin fin de elegir entre lo que no es real? Puesto que el sueño del mundo ya terminó, cuando intentamos tomar decisiones en la forma estamos intentando elegir entre el pasado y el pasado. Aunque creamos elegir algo nuevo, distinto y mejor, siempre estamos eligiendo el pasado. ¿Cómo va eso a mejorar nada? Ese es el acertijo sin solución.

Escena: Nemo ve a tres chicas jóvenes —Anna, Elise y Jean— sentadas en un banco.

Estas tres chicas son las tres futuras esposas de Nemo, ¡y sin poligamia! Las tres mujeres con las que Nemo termina casándose pertenecen cada una a una situación diferente de su vida que se representa de forma simultánea con las otras dos. Cada una de ellas tiene algo que lo atrae, pero hay un asunto mucho más profundo representándose también. Nemo se siente incompleto e intenta resolver esto en la forma. Cada una de las relaciones parece el resultado de una decisión o elección hecha por Nemo y se representan en la forma como escenarios diferentes. Pero todas son pensamientos nada más. Son solo recuerdos de la mente, basados en las preferencias y en el intento de encontrar el amor en la forma.

Nemo se enamora de Anna cuando ambos son niños. Tienen una intensa historia de amor en la adolescencia, pero las circunstancias los separan. Nemo busca a Anna a lo largo de toda la película pero, cuando por fin la encuentra, pierde su número de teléfono y otra vez están separados.

Nemo conoce a Elise en un baile de la escuela secundaria en el que ella está devastada porque el objeto de sus afectos —Stefano— no la quiere. En el escenario de Elise, Nemo representa el papel del rescatador. Tienen tres hijos de los que ella es incapaz de cuidar debidamente, a causa de una depresión profunda. Pasa mucho tiempo en la cama llorando. Sin embargo, en otra versión de este escenario, Elise muere por la explosión de un camión de gas que iba justo delante de ellos el día de su boda.

Antes de llegar al baile donde conoce a Elise, Nemo decide casarse con la primera chica que quiera bailar con él, que resulta ser Jean. Nemo no la quería, solo se la encontró cuando Elise lo ignoraba. Nemo y Jean tienen una vida aparentemente perfecta: mucho dinero, una casa grande con piscina y dos hijos. Estos tres escenarios de relaciones van y vienen a lo largo de la película de una manera que parece aleatoria, contradictoria e incluso imposible.

Sin embargo, la película muestra todos los patrones de relación desde una perspectiva mucho más amplia. Empezamos a ver que todas las imágenes que fluctúan en las situaciones de la vida de Nemo son distracciones que mantienen a su mente centrada en detalles irrelevantes. Al final del proceso, los recuerdos fragmentados lo van a ayudar a ver una imagen mucho más amplia, más allá de los conflictos, las elecciones y el continuo transigir.

Escena: Nemo, de niño, dice: “papá dice que se puede predecir exactamente cuándo va a estar Marte en el cielo, incluso dentro de cien años, pero lo raro es que papá no sabe lo que va a pasar dentro de dos minutos”. [En algunas versiones dobladas al español esta escena ha desaparecido]

Nemo tiene una visión de un accidente que está a punto de ocurrir. Corre fuera de la casa para advertir a su padre, pero es demasiado tarde. Su padre, que tiene un trozo de cáscara de huevo pegado al paladar, está de pie junto al coche, sin darse cuenta de que se ha olvidado de poner el freno de mano. El coche rueda cuesta abajo, atropella a una madre y un bebé y los mata. El padre de Nemo se queda traumatizado.

Lo que parece el padre causando una muerte, aparenta ser una secuencia de causa y efecto. Pero en realidad es una interpretación, en la que alguien causó algo malo que ha tenido efectos negativos con los que es muy difícil lidiar. Las vidas posibles de Mr. Nobody da un repaso a lo que Jesús llama relaciones de causa-efecto espurias, que no tienen ningún significado en la verdad, mostrando que todas son asuntos hipotéticos. Ninguno de los escenarios puede ser nada diferente de como es. Todos son exactamente tal como los pidió la mente: situaciones imposibles de dualidad y multiplicidad.

La mente está hipnotizada por la creencia en que hay causas y efectos en el mundo, y los ejemplos que parecen apoyar esta creencia son casi interminables. Si no pagamos la factura de la luz, nos la cortan. Si no le echamos comida al cuerpo, parece que se pone hambriento. Si, como Gandhi, pasamos un período largo sin echarle comida al cuerpo, parece que se pone flaco. Pero cada uno de esos ejemplos se basa en la creencia en causas y efectos. No son más que pensamientos de la mente. No nos damos cuenta de que todo lo que parece ocurrir viene de la consciencia y, además, ni siquiera es real. Lo que vemos son trocitos de imágenes, colores, formas y sonidos organizados de una manera que parece tener significado; pero no lo tiene.

Esta película cuestiona las relaciones causa-efecto y las decisiones que creemos que son tan importantes. Invertimos mucho tiempo y esfuerzos en intentar enterarnos de las cosas, analizarlas y descifrarlas, pero no tenemos ni idea de lo que pasa en realidad.

Escena: El joven Nemo ve a Anna, una de sus futuras esposas, en la piscina. Suena una canción de amor.

Éste es el escenario de la situación hipotética “el compañero del alma”. Cuando vinimos al mundo de la forma se nos olvidó todo. Pero la mente sabe que, en algún nivel, le falta algo. Ese algo es el Amor, ese algo es Dios. Como no podemos arrojar al amor completamente fuera de la consciencia, todo el que parece venir a este mundo lo busca. Pero nunca se puede encontrar al amor en las formas externas. Nemo, viendo a Anna en la piscina, es la quintaesencia del romance. Ve a su “compañera del alma” por primera vez: es el amor a primera vista. Sin embargo, lo que Nemo intenta encontrar en esta compañera amorosa es lo que él cree que le falta dentro de sí mismo.

Se nos enseña a todos que tenemos que buscar nuestra compleción fuera de nosotros mismos. El ego quiere que creamos que lo que buscamos —el “compañero del alma”, o cualquier otra “pieza que falta”— está fuera de nosotros, en el mundo. Pero el mantra del ego es “busca pero no encuentres”, y esto es lo que nos mantiene en una búsqueda interminable y fútil. La única salida es identificar y soltar, en la mente, la creencia errónea en que la felicidad se puede encontrar en una fuente externa.

Escena: El joven Nemo está en el andén de la estación de tren, cogido de la mano de su madre y de su padre. La estación se llama “Chance” [oportunidad/posibilidad]. Su madre le pregunta: “¿has tomado una decisión? ¿Quieres venir conmigo o quedarte con tu padre?” Llega el tren, la madre se sube y mira anhelante a Nemo. Él echa a correr tras el tren mientras el padre lo llama. Alcanza al tren, su madre tira de él y sube. Pero inmediatamente se vuelve a representar la escena; y, la segunda vez, Nemo no puede alcanzar al tren y se queda con su padre.

Ésta es la escena de la película en torno a la que todo gira. Parece que Nemo tiene una elección en el mundo de la forma: irse con su madre o quedarse con su padre. Es un dilema curioso, porque en el Cielo tenemos solo un Progenitor: nuestro Creador. La creencia en que procedemos de dos debería servirnos de pista para darnos cuenta de que aquí está pasando algo muy raro. Somos la creación de una sola Fuente, y no de dos, no de contrarios. Intentar elegir entre imágenes imaginarias y opciones imaginarias produce frustración, ansiedad y desesperación. Queremos elegir bien, pero ninguna elección es buena en la forma.

¿Cómo podríamos “elegir entre” amores? ¿Cómo iba eso a ser siquiera posible? Es una decisión de locos. Y eso es lo que hay por debajo de este mundo dualista, en el que todo el significado se proyecta sobre imágenes de elecciones en la forma que son absolutamente imposibles. El amor no elige. El amor sencillamente es. La mente dormida, sin embargo, cree que tiene que elegir.

Nemo quiere tanto a su madre como a su padre y se le pide que tome una decisión imposible. Nemo cree que cualquiera de las alternativas terminará causando dolor, y a lo largo de la película se representan los aparentes resultados de elegir a su madre y de elegir a su padre. Dentro de cada una de esas alternativas aparentes se representan también otras múltiples situaciones. Tenemos que llegar a darnos cuenta de que, como todas las situaciones son pensamientos de la mente, todo está ocurriendo de manera simultánea. Tiene que haber una salida de esta mala situación, de este extraño mundo ilusorio. Al final, Las vidas posibles de Mr. Nobody nos va a mostrar cuál es.

Escena: Nemo, de adolescente, está sentado en la playa, mirando a la gente jugar en el agua. Viene Anna, se sienta a su lado y lo invita a nadar con ella y sus amigas. Nemo responde: “yo no nado con idiotas”.

¡La situación de los compañeros del alma parece que se esfuma como una voluta de humo con esa frase rápida! Anna responde: “eres un imbécil” y lo deja sentado a solas en la playa. Cuando, años más tarde, Nemo se tropieza con Anna, ella está con sus hijos. Cuando se vuelve a representar la misma situación de la playa, parece que el resultado es distinto. Esta vez, cuando Anna invita a Nemo a ir a nadar, él dice: “no sé nadar”. Anna se siente atraída por la franqueza de Nemo y dice: “te haré compañía”. Luego se les muestra en edad adolescente teniendo una relación sexual.

Aunque en cada situación parece que hay causas y efectos en juego, no es así: todas las situaciones que se ven en la película ocurren de manera simultánea. Solo porque creemos en un mundo de causación parecen representarse como causas y efectos. Incluso cuando está dormida, la mente es poderosa: puede generar escenarios completos, vidas completas con un solo pensamiento errático. Pero nada de lo que genera es real, son solo imágenes de situaciones hipotéticas. Por eso nada tiene nunca ningún sentido desde la perspectiva lineal, y por eso es inútil intentar seguir el hilo de las aparentes relaciones de causa-efecto.

El tiempo lineal no es más que el intento del ego de mantener causa y efecto separados una del otro. El Curso nos enseña que el tiempo lineal es imposible puesto que las ideas nunca abandonan su fuente. Otra manera de decir esto es que la mente consigue justo lo que quiere. Y cuando solo quiere paz, no puede percibir más que un mundo pacífico. Pero mientras no esté segura de lo que quiere, parecerá que existe una brecha entre causa y efecto. Incluso cuando parece que Nemo consigue todo lo que quiere, sigue sin ser feliz, sigue representando situaciones hipotéticas en su intento de encontrar satisfacción en la forma.

Escena: Nemo ha sido rechazado por Elise y baila con Jean. Mientras vuelven a casa en su motocicleta La voz de Nemo niño narra y dice: “aquel día iba a tomar un montón de decisiones tontas”.

Nemo decide seis cosas mientras conduce la moto de vuelta del baile a casa, con Jean: “nunca volveré a dejar nada al azar. Me voy a casar con la chica que va en la moto. Voy a ser rico. Vamos a tener una casa grande con jardín, pintada de amarillo y dos niños: Paul y Michael. Voy a tener un descapotable rojo y una piscina. Aprenderé a nadar. No voy a parar hasta que tenga éxito”.

Ahí está el loco sistema de pensamiento del ego expresado en pocas palabras: “no voy a parar hasta que tenga éxito”. Estamos convencidos de que si pudiéramos encontrar las circunstancias perfectas en la forma, seríamos felices. Sin embargo, cuando parece que conseguimos lo que queremos, enseguida nos damos cuenta de que no nos trae felicidad duradera. Así que buscamos otra vez. Y otra, y otra y otra. Seguimos inventando situación hipotética tras situación hipotética, vida tras vida, con la esperanza de que al final una de ellas nos salga bien. Mientras tengamos la creencia: “yo no soy tal como Dios me creó”, vamos a intentar demostrarla una vez tras otra. Vamos a intentar todo lo que se nos ocurra, durante los millones de años que queramos dedicarle a eso. ¡Y la gente cree que es bueno tener alternativas! Elegir es el gran engaño de este mundo. Mientras estemos eligiendo en la forma, estaremos eligiendo ser pequeñas criaturas limitadas por el tiempo, encadenadas al nacimiento y la muerte, que van a enfermar, sufrir y morir.

Puede ser útil pensar en todas las decisiones que tomamos durante el curso de nuestras vidas —con quién nos juntamos, qué comemos, cómo nos ganamos la vida— como un “lote de ídolos”.

Dice Jesús en el Curso: “¿Qué es un ídolo? ¿Crees saberlo? Un ídolo es un deseo hecho tangible al que se le ha dado forma, que se percibe entonces como real y se ve como algo externo a la mente. No obstante, sigue siendo un pensamiento y no puede abandonar la mente de la que procede. ¿Cuál es, entonces, el propósito de los ídolos? ¿Cuál es su finalidad?… Todo idólatra abriga la esperanza de que sus deidades especiales le han de dar más de lo que otras personas poseen. No importa realmente de qué se trate: más belleza, más inteligencia, más riqueza o incluso más aflicción o dolor. Y cuando uno falla otro viene a ocupar su lugar, y tú esperas que te pueda conseguir más de otra cosa. No te dejes engañar por las formas en que esa "otra cosa" se manifiesta. Un ídolo es un medio para obtener más de algo” (T-29.VIII.8).

Decidimos que no somos dignos de conocer a Dios y, en su lugar, elegimos un lote de ídolos. Mirar nuestras elecciones como un lote empieza a elevar nuestra mente de la idea de tiempo y situaciones lineales hacia la superposición, lo cuántico y las potencialidades, donde empezamos a ver que todo estaba decidido antes de venir a este mundo. Todo eran elecciones, elegimos un lote de ídolos. En el lote de ídolos no hay, sin embargo, ninguna secuencia real de causa-efecto. Y en cierto momento, empezamos a ver que nunca nos ha traído lo que pensábamos. Nemo consiguió todo lo que dijo que iba a tener, ¡y acabó yaciendo boca abajo en la piscina!

Escena: Los padres de Nemo se han divorciado y la madre de Nemo ha estado viviendo con el padre de Anna. Ahora se separan, y Anna y su padre se mudan a Nueva York, dejando a Nemo en una profunda desesperación.

Los adolescentes Nemo y Anna están enamorados, y tienen relaciones físicas durante meses en la casa en la que viven con la madre de Nemo y el padre de Anna. Cuando Anna es obligada a mudarse a Nueva York, Nemo se siente transido de dolor. Pero, tal como el Curso nos recuerda, nunca estamos disgustados por la razón que creemos. A todos los disgustos se les puede seguir el rastro hasta la creencia en habernos separado de Dios. La sensación de pérdida ya estaba en la mente de Nemo antes de que se representase en la forma.

Esta escena también muestra cómo se proyecta la culpabilidad sobre cuerpos y comportamientos. La idea de que dos se separen, o de que una persona abandone a otra, se ve como algo malo. Y en cuanto se juzga algo como malo, viene el echar la culpa, el ego quiere saber quién va a pagar el precio, quién tiene la culpa. Eso es completamente distinto de las enseñanzas de Jesús: “Que todas las cosas sean exactamente como son” E-268, y “Todas las cosas obran conjuntamente para el bien” T-4.V.1. Estas enseñanzas son holísticas. Todo está perfecto tal como está, todo está ocurriendo tal como tiene que hacerlo. Esto no se refiere a la ilusión de acontecimientos sucesivos en una vida de dirección única, se refiere a la simultaneidad, en la que no hay quien tenga la culpa y nada es bueno ni malo. Es un dicho corriente que “hay que tomar la parte mala con la parte buena”. Pero la verdad es que no tenemos que tomar ninguna de las dos, porque ambas son juicios del ego, ambas son interpretaciones falsas.

Si tenemos pareja, seguir o abandonar parece una gran decisión. Pero todas las decisiones son la misma ilusión: son elegir la nada. Si el ego le tiene apego a la persona, va a querer la ilusión de “seguir”, si le tiene aversión a la persona, va a querer la ilusión de abandonar. Siguiendo la Guía, sin embargo, podemos llegar a un punto de desapego en el que se puede decir: “te amo tanto si te quedas como si te vas”; porque el Verdadero Amor no tiene apegos, ni interés en los resultados.

Para el ego eso es absurdo, él exige metas tangibles. Pero, ¿qué tal la tranquilidad de espíritu como meta? ¿Por qué no tener como meta un estado mental en lugar de una meta basada en formas? La tranquilidad de espíritu es perfectamente alcanzable, pero ningún resultado en la forma va a ser nunca verdaderamente satisfactorio. De hecho, el Curso dice que nuestra voluntad es universal y no puede contentarse con ninguna clase de forma.

Escena: Después de buscar a Anna durante años, Nemo se tropieza con ella en una estación de tren. Vuelven a unirse y Anna le dice que siempre lo ha amado. Escribe su número de teléfono en una tira de papel y le dice que la llame dentro de dos días. Cae la lluvia sobre la tira de papel con el número y ya no se puede leer. Nemo espera en el paseo a la orilla del agua todos los días, pero Anna no aparece.

Jesús dice en el Curso: “Cuando decides qué forma debe tener lo que quieres, dejas de entender su propósito” T-30.III.2. Esto se representa en la película en términos de la relación entre Nemo y Anna. Esperar todos los días a Anna en el paseo a la orilla del agua es un ejemplo extremo de apego a un resultado concreto en la forma. Nemo ha decidido que estar con Anna es lo único que lo va a hacer feliz. La letra de la canción “Mr. Sandman”, que se oye a lo largo de la película, describe de manera perfecta cómo pedimos cosas concretas con la esperanza de que nos hagan felices.

Mister Sandman, tráeme un sueño
que sea el más lindo que nunca he visto.
Ponle dos labios como rosas y trébol
y luego dile que sus noches solitarias han terminado.
Sandman, estoy tan solo
que no tengo a nadie que sea mío.
Enciende por favor tu rayo mágico,
Mister Sandman, tráeme un sueño.
The Chordettes, “Mister Sandman”

Cuando le pedimos a Mister Sandman —el ego— que nos traiga un sueño, ¡estamos pidiendo vernos en dificultades! Y es porque debajo de cada petición de resultados en la forma hay una sensación de carencia e incompleción. La felicidad de la forma nunca nos va a satisfacer. Solo puede satisfacernos el contenido. La lección 101 del Libro de ejercicios dice: “La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad”. Pero cuando decidimos qué forma es la mejor —la forma de Anna, por ejemplo, o incluso la forma genérica del “más lindo que nunca he visto”— ya no estamos en contacto con nuestra voluntad universal, ya no sabemos que nuestra voluntad y la Voluntad de Dios son lo mismo.

Escena: Un periodista que se ha colado en la habitación de Nemo en el hospital, intenta encontrar pies y cabeza a la vida de Nemo. Le pregunta: “¿te fuiste con tu madre o con tu padre? ¿Con cuál de las chicas te casaste?”.

Nemo, que es muy viejo, está contemplando las situaciones pasadas de su vida. Pero está muy confundido porque hay muchas y parecen formar parte de vidas distintas. El periodista, que quiere respuestas que Nemo no puede ofrecer, no comprende que todas las situaciones son puramente hipotéticas. En un momento de la película le dice a Nemo: “¿murió o no murió Elise? ¡No se puede tener y no tener hijos!”.

Pero la película muestra las muchas posibilidades que parecen ser la vida en este mundo. Nemo eligió la situación hipotética de vivir con su madre y también eligió la situación hipotética de quedarse con su padre. Tuvo tres escenarios de matrimonio en la misma iglesia. No hubo ningún argumento en particular ni ningún elemento lineal que conectase la vida de Nemo. Pero nada ocurre al azar. El Curso dice: “Soy responsable de lo que veo. Elijo los sentimientos que experimento y decido el objetivo que quiero alcanzar. Y todo lo que parece sucederme yo mismo lo he pedido, y se me concede tal como lo pedí” (T-21.II.2). También dice el Curso: “Es imposible que me pase algo sin yo mismo haberlo pedido. Aun en este mundo, soy yo el que rige mi destino. Lo que sucede es lo que deseo. Lo que no ocurre es lo que no deseo que suceda” (E-253). Cuando unimos estos dos pasajes, no dejan ningún sitio para la culpa, el maltrato ni el abuso. Todas las situaciones de la vida de Nemo le trajeron algo que él quería, incluso cuando la experiencia aparente fue muy dolorosa o espeluznante.

El ego quiere que creamos que nuestros miedos se basan en las formas, como el miedo a ahogarse o a perder a la persona amada. Sin embargo, el miedo que se representa en nuestras vidas es en realidad el miedo al Amor, el miedo a Dios. Proyectamos ese miedo sobre el mundo porque es intolerable para la mente. Pero las situaciones temibles, como todas las demás situaciones, son irreales.

Algunos cuestionan la validez del libro La desaparición del universo de Gary Renard, en el que sostiene que dos seres, Arten y Pursah lo habían visitado en su sofá en Maine. Se han planteado preguntas similares sobre el libro Las voces del desierto de Marlo Morgan, en el que ella fue de viaje a pie con los aborígenes australianos y describe experiencias telepáticas. Surgió la controversia: ¿ocurrió de verdad? Y luego Jimmy Twyman escribió un libro, Emissaries of Light, en el que describía una silenciosa hermandad en Kosovo. De nuevo brotó la controversia sobre si su experiencia había ocurrido o no en realidad.

Cuando Gary y yo hablamos de si Arten y Pursah eran reales o ficticios, yo le dije que el mundo entero es ficticio. Intentamos hacer distinciones entre lo que ocurrió en realidad y lo que es una fantasía inventada, pero la verdad es que todo es inventado. No tiene sentido intentar trazar una línea que separe lo que ocurrió realmente de lo que no. Todas las imágenes y todos los recuerdos son ficciones porque son inventos del ego, todas son igualmente falsas. La única manera de ser feliz es reconocer esto. En Las vidas posibles de Mr. Nobody, la pregunta de qué situaciones ocurren en realidad y cuáles no, no tiene respuesta; porque todas ellas están en la imaginación de Nemo.

Escena: Nemo ha grabado “yes” [sí] en una cara de una moneda y “no” en la otra cara.

Nemo ha decidido tomar todas sus decisiones lanzando una moneda. Pero lo que hacemos procede de lo que pensamos, y cuando nuestro pensamiento es confuso no sabemos quiénes somos. Entonces no importa si creemos que elegimos conscientemente y las circunstancias se representan, o creemos que lo dejamos al azar y las circunstancias se representan. Es lo mismo. El mundo representa lo que pensamos y creemos. No existe el azar, no existen los accidentes. Todo es el resultado de una decisión de la mente. “Una decisión es una conclusión basada en todo lo que crees” (T-24.In.2).

Esta escena de la película muestra lo inútil que es intentar encontrarle sentido a las decisiones. Muestra la futilidad de dedicar tanta energía a asuntos hipotéticos. La mente-ego cree que puede distinguir decisiones buenas de decisiones malas, avance de retroceso, pérdida de ganancia. Pero esta película muestra que todas las decisiones son lo mismo. Nemo toma muchas decisiones en las diferentes situaciones de su vida, y todas terminan con un Nemo desgraciado, que piensa en suicidarse o está muerto. Eso es porque todas las elecciones que dicta el ego nos mantienen identificados con la dualidad y la multiplicidad.

Tenemos que llegar a darnos cuenta de que solo hay una decisión que tomar: la de elegir al Espíritu Santo en lugar de al ego. Aunque esto aún parece una decisión, lo es de un orden superior y es la única que va a sacarnos de la ilusión. Un curso de milagros enseña que solo las decisiones que tomamos con el Espíritu Santo nos van a desenredar del laberinto de la multiplicidad y la dualidad. A esta decisión podemos llamarle expiación, corrección, salvación, redención o como queramos. Es la única decisión real, porque no supone elegir entre las imágenes del mundo. En lugar de eso, es elegir alinear nuestra mente con el Espíritu Santo para así poder aceptarnos a nosotros mismos tal como Dios nos creó.

Tenemos que estar dispuestos a que nuestras mentes regresen al pensamiento holístico. No podemos encontrar la verdad en las partes porque las partes no contienen al todo: el todo transciende a las partes. El pensamiento holístico es pensamiento alineado con Dios. Intentar pensar en términos de hilos, piezas y cosas concretas, es intentar pensar contra Dios.

¡Es muy sencillo! Todo lo que tenemos que hacer es tomar una decisión. ¡Una decisión! Si pudiésemos captar, aunque fuera de manera borrosa, la paz, el descanso y la alegría que resultan de la única decisión que tenemos que tomar, no esperaríamos ni un minuto más para tomarla.

Escena: Nemo empieza a recibir Guía clara en el mundo de la forma, por medio de palabras en un espejo, instrucciones concretas con su nombre en el periódico y un número de teléfono enorme en una colina.

Nemo, que siempre ha tomado sus propias decisiones o las ha dejado “al azar”, está empezando a ver otro camino. Su Guía se vuelve muy clara y, en lugar de tomar decisiones por su cuenta, Nemo sigue al Espíritu sin cuestionarlo.

La guía que recibe lo lleva a una casa en ruinas, llena de polvo y de gatos. Para la mente lógica, no parece que tenga sentido que la Guía conduzca a Nemo a semejante sitio. Pero, cuando entra en la casa, encuentra un televisor grande. Cuando lo enciende se ve a sí mismo con ciento diecisiete años. En esa conversación con su yo futuro, el viejo Nemo le dice al Nemo adulto que tiene que seguir vivo hasta el 12 de febrero de 2092 a la 5:50 de la mañana.

Escena: El viejo Nemo está de nuevo en la cama del hospital hablando con el periodista.

El periodista le dice a Nemo: “todo lo que dices es contradictorio. No puedes haber estado en dos sitios a la vez”. Nemo replica: “tú quieres decir que tenemos que elegir”. El periodista dice: “de todas esas vidas, ¿cuál es la verdadera?”. Nemo responde: “cada una de esas vidas es la verdadera. Todo podría haber sido de cualquier otra manera y habría tenido exactamente el mismo sentido”.

El periodista insiste: “no puedes estar muerto y estar aquí todavía. No puedes no existir. ¿Hay vida después de la muerte?”. Nemo se carcajea de la pregunta. Le dice al periodista: “¡después de la muerte! ¿Cómo puedes estar tan seguro de que existes siquiera? Tú no existes. Ni yo tampoco. Vivimos solo en la imaginación de un chiquillo de nueve años enfrentado a una decisión imposible”.

Este es el momento de la película en el que Nemo comprende que nunca ha estropeado nada. Se da cuenta por fin de que ninguno de los escenarios de su vida era real, que solo existieron en la imaginación de un muchacho de nueve años confundido que buscaba el amor en una miríada de situaciones hipotéticas: situaciones hipotéticas con su madre, su padre, Anna, Elise, Jean y todos los otros escenarios de su vida. A la vez, iba buscando la solución de la adivinanza de cómo podía tener que decidir entre sus padres. No podía entenderlo porque no se puede entender. ¿Cómo nos va a pedir el Amor que elijamos? Si el Amor es Unicidad, entonces no tiene partes. Está íntegro, es completo, es el todo. ¿Cómo iba el todo a obligarnos a elegir entre cosas? No tiene ningún sentido.

La última libertad que nos queda como prisioneros de este mundo es nuestro poder de elegir al Espíritu Santo en lugar de al ego. Todo lo que hace falta por nuestra parte es estar listos y dispuestos a que se hagan milagros a través de nosotros, y Jesús nos organizará el tiempo y el espacio. El tiempo está, literalmente, en las manos del obrador de milagros.

Escena: Nemo juega al ajedrez en el hospital. Dice que a veces el único movimiento viable es no mover ninguna pieza.

Nemo lleva al periodista a la ventana a ver cómo los edificios de la ciudad se derrumban y caen. Nemo dice: “el niño lo está tirando todo abajo. Ya no lo necesita. Antes era incapaz de tomar ninguna decisión porque no sabía lo que iba a pasar. Ahora que sabe lo que va a pasar, tampoco es capaz de tomar una decisión”.

Mientras habla, hay un retroceso en el tiempo a la estación de tren donde el niño Nemo tuvo que tomar la decisión imposible. Esta vez, sin embargo, Nemo abandona los raíles y se encamina a un bello sendero que conduce al bosque. Recoge una hoja y la hace volar soplándole; la hoja viaja por el bosque y al final revolotea sobre un círculo dibujado con tiza sobre el paseo a la orilla del agua. Justo cuando la hoja cruza el círculo, Anna entra en él. Nemo, que está tendido en un banco cercano, abre los ojos y la ve.

Esto es lo que pasa cuando por fin nos damos cuenta de que no tenemos que elegir, cuando dejamos que el Espíritu elija en lugar nuestro: aparece un símbolo del amor. Cuando Nemo decidió no mover ninguna pieza —esto es, cuando decidió no tomar ninguna decisión en la forma en la estación de tren y en lugar de ello se marchó— se volvió a unir con Anna, que simboliza al Amor Verdadero.

Esto recuerda a la sección del Curso “No tengo que hacer nada”, en la que Jesús dice: “Ahora solo tienes que recordar que no tienes que hacer nada. Sería mucho más efectivo ahora que te concentrases únicamente en esto, que reflexionar sobre lo que debes hacer” (T-18.VII.5:5-6). Y sigue diciendo: “Ahorra tiempo valiéndote únicamente de los medios que aquí se ofrecen, y no hagas nada más. ‘No tengo que hacer nada’ es una declaración de fidelidad y de una lealtad verdaderamente inquebrantable. Créelo aunque solo sea por un instante, y lograrás más que con un siglo de contemplación o de lucha contra la tentación” (T-18.7.6:6-8).

Esto quiere decir que podemos limitarnos a revisar lo que ya ha pasado sin hacer ningún intento de cambiar, arreglar ni reorganizar las imágenes del guión. Ya no tenemos que buscar la manera de cambiar el sueño, sino solo cambiar de ideas sobre el sueño. Es muy relajante recordar que aunque no podemos hacer nada por nuestra cuenta, con el Espíritu Santo lo podemos todo.

Escena: Nemo, el viejo, está muriendo en el hospital. Una cámara robot lo graba todo y retransmite sus últimos momentos a pantallas enormes en las fachadas de los edificios de la ciudad futurista.

Aunque Nemo se está muriendo, su cara tiene una sonrisa llena de paz y felicidad. Es un símbolo de la libertad que experimentamos cuando por fin soltamos las decisiones del mundo. Las últimas palabras de Nemo son: “este es el día más hermoso de mi vida, Anna”.

Esta escena me recuerda algo que cuenta Ken Wapnick en su libro Ausencia de la felicidad. Jesús le preguntó a Helen Schucman: “¿qué se hace cuando uno está en un desierto?”. Ella dudaba y él volvió a preguntar. Y como ella no encontraba una respuesta, él se la dio: “irse”. En la lección 128 del Libro de ejercicios, “El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee”, Jesús llama a la mente a esa tranquilidad en la que abandonamos las elecciones del mundo.

No elegir en la forma nos libera para soltar todas las decisiones de la mentalidad errónea del mundo y aceptar la mentalidad recta en su lugar. Todos los conflictos se eliminan cuando dejamos que decida por nosotros el Espíritu Santo. Ya no tenemos que intentar cambiar ni controlar las imágenes del mundo ilusorio, porque reconocemos que lo que estamos observando ya ha ocurrido. Cuando ya no planeamos, ni tramamos, ni nos esforzamos en intentar que las cosas funcionen de la manera que queremos, llega una sensación de facilidad y ausencia de esfuerzo. Ya no hay necesidad de mirar atrás para decir: “esto debería haber sido de otra manera”.

Escena: Mientras Nemo yace muerto en la cama del hospital, el reloj cambia a las 5:50. Es el 12 de febrero de 2092.

Justo en el instante siguiente, el reloj cambia a las 05:49, y parece que el tiempo empieza a retroceder. Las hojas vuelven a volar en el aire, la lluvia cae hacia arriba, hacia el cielo, y el humo entra en el cigarrillo del padre de Nemo. Esta ilustración de lo que parece el tiempo yendo hacia atrás es un símbolo del regreso de la mente al instante en que creyó que la separación de Dios era posible, para invertir esa decisión. Con una boqueada, Nemo vuelve a la vida; es decir, acepta la Expiación. Se pone a reír sin parar, mostrando la promesa que Jesús nos hace en el Curso: “El mundo acabará entre risas”.

Lo que somos es Amor. El Amor es Uno. El Amor no está compuesto de piezas, es uno. Está completo. Es todo. Tal como Nemo aprende en Las vidas posibles de Mr. Nobody, no tiene sentido que el Amor pida tomar una decisión entre dos cosas. Cuando parece que hay alternativas a tomar, nos interesa pedir Guía, preguntar: “¿para qué es esto?, ¿qué es lo más útil en esta aparente situación?”. Escuchando y siguiendo esa Guía podemos ir en una dirección nueva. Nuestra oración al Espíritu Santo puede ser: “cuando haya decisiones que tomar, quiero que Tú las tomes. Quiero que tus decisiones me desenreden del tiempo y del espacio”. Es un proceso suave y gradual.

Muchos conocen la Oración de la serenidad: “Que Dios me conceda serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que sí puedo y sabiduría para saber distinguirlos”. Otra manera de decir lo mismo es: “No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él” (T-21.In.1).

Ambas frases nos dicen que no tenemos que intentar arreglar nada en la forma. Como dice la Biblia, en la epístola a los corintios, vemos por medio de un espejo oscuro. Solo hace falta limpiar nuestro filtro de juicios e interpretaciones. La mente despejada y transparente es el portal de regreso a la eternidad.

Una enseñanza muy valiosa de esta película es que ya no tenemos que perder el tiempo con asuntos hipotéticos, ni con elecciones sin sentido. Ya no tenemos que condescender con la mentalidad del “podría-debería-habría”. ¡Qué alivio y qué liberación es ver la futilidad de todo eso! ¡Qué regalo saber que no tenemos que intentar descifrar nada! Por fin nos podemos relajar.

 

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