LA RELACIÓN ESPECIAL CEDE EL PASO AL AMOR REAL
Del Libro de David Hoffmeister "Sosiega la Mente - De Regreso a Dios" (Unwind Your Mind - Back to God) - LIBRO II - Capítulo I
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.
Hola David,
Hace tiempo que tengo una pregunta en la mente y he pensado que sería buena idea sacarla aquí en lugar de darle vueltas y más vueltas en la cabeza. Es una pregunta sobre relaciones especiales. El Curso dice que no hay grados de dificultad en los milagros, pero yo no he sido capaz de perdonar al compañero de mi última relación especial (o a mí misma en relación con él) más que por breves períodos de tiempo cada vez. He hecho los ejercicios muchas veces, y siento que me voy acercando al perdón, pero no es verdadero perdón hasta que es total, ¿verdad? Sé que lo que hay entre nosotros es amor en verdad, pero mi ego se sulfura con la idea de que él dejó de creer que yo era la persona más especial del universo, ¡y con que últimamente ha encontrado a una persona nueva de la que parece haberse encaprichado como "la nueva persona más especial del universo mejorada"!
Se podría pensar que con mi sentido del humor y mi comprensión de lo absurdo que es el ego, me sentiría mejor sobre este asunto. He intentado, sencillamente, reconocer lo que siento por debajo de todas las capas, y soltar la ira y el hacer juicios. Amar duele menos que odiar, pero el amor que siento tiene que ser de la clase equivocada porque aún duele.
¿Debería estar agradecida por esta experiencia? A lo mejor ahora que estoy compartiendo contigo estos aparentes "pensamientos privados", todo se va a abrir más a la luz.
Oí que William Thetford dijo algo así como: El Curso sugiere la idea de que nos olvidamos de reírnos en el primer momento en que comenzamos a creer que las ilusiones eran reales. ¡Me encanta eso!
Amada,
Gracias por desahogar tu corazón y poner al descubierto tus pensamientos privados. Tal como dices, confesarlo y expresarlo todo le quita el poder al ego y lo disuelve inmediatamente. Hablas de perdón parcial, de sentirte como si los pensamientos volviesen una vez tras otra, y de que el perdón tiene que ser total para que esto se termine de una vez. Esto se parece mucho a observar las burbujas que suben hasta la superficie de una pecera: puedes observar las burbujas (los pensamientos), perdonarlas y soltarlas, pero salvo que vayas al fondo de la pecera y desmanteles la bomba ¡esas burbujas no van a parar!
Es bueno aclararse de verdad sobre la diferencia entre que "haya algo que le viene a uno" y lo que no es más que "estar en la mente errónea/escuchar al ego".
Cuando uno encuentra a su mente recalentando el pasado, repitiendo un parloteo inútil y sin sentido que no va a ninguna parte, uno puede ponerse firme y darle una rápida patada al ego. El Espíritu Santo me dio un lema estupendo: "Para, Déjate caer al suelo y Rueda", como dicen los bomberos que hay que hacer cuando estás en un incendio, rodeado de humo y sin ver claro. ¡Perfecto! para al ego. Déjate caer desde el remolino mental en el que estás, al suelo de tu corazón –a tu mente recta–, y rueda con el Espíritu Santo. Siente la paz y pide ser guiada. Ayúdame Espíritu Santo, ¿hay algo que quieres que diga o que haga?
Esto es diferente de la sensación de emociones profundas que necesitan subir para ser puestas en evidencia. El ego intentará meterse dentro de un salto y conseguir que actúes desde esas emociones, que actúes desde la duda, el dolor o la tristeza, y esto sencillamente te alejaría aún más de la verdad. Te lo repito, ve al Espíritu Santo, reconoce tus sentimientos, reconoce que no sabes por qué te sientes así y que estás dispuesta a ser guiada sobre qué hacer o qué decir ahora mismo. Cuando dispongas de un rato tranquilo a solas, llévale de nuevo al Espíritu Santo esos sentimientos y pregúntale por ellos.
Leer la primera frase de cada párrafo y unos cuantos párrafos aquí y allá del Capítulo 24, proporciona una buena visión de conjunto de lo que es el deseo de ser especial. Es retorcido. No es lo que creemos que es. No es amor. Si el Amor es un estado constante y tu experiencia del amor ha implicado inconsistencia, dolor, un poco de tristeza aquí y allá, entonces eso no es Amor real. Este mundo es una tapadera hecha para ocultar el miedo. Las relaciones de pseudo-amor en las que nos embarcamos, no son Amor Real. Incluso con el amor que sientes por tu familia, por tu ex-novio; ahora mismo, cuando piensas en ellos, estás pensando en el pasado. Son pensamientos de la mente. Los momentos de alegría, de amor, de felicidad experimentados juntos, son experiencias del momento presente, un reflejo directo del Amor de Dios. Cuando vinculas estos momentos con personajes del sueño, estás deseando tener más momentos de estos con una persona en particular. Cuando parece que una relación llega a su final o no estás físicamente cerca de ellos, hay una sensación de pérdida, de desear que las cosas fuesen de manera diferente, porque estás haciéndolos especiales y vinculándolos a tus recuerdos del momento presente.
Las relaciones especiales y el amor especial son obstáculos al Amor, a la conciencia del Amor de Dios. Creemos que estamos buscando el amor aferrándonos al pasado e intentando hacerlo funcionar. Nos aferramos a ilusiones y obstaculizamos nuestra conciencia del momento presente, el único lugar y tiempo en el que somos libres para experimentar el amor, la felicidad y la alegría.
El miedo a envejecer, a la muerte y a la soledad, se ocultan debajo de la tapadera de la relación especial. Creer que estamos separados de Dios –que somos cuerpos, que envejeceremos y moriremos, que podemos estar solos–, es del ego. Extender la mano al amor de este mundo para disipar esos sentimientos es el propósito de las relaciones especiales. Nunca pueden proporcionar libertad, paz y felicidad. Son una tapadera encima de la muerte. Todas las comparaciones, todos los pensamientos de superioridad e inferioridad son del ego, y están basados en sus ideas de éxito y fracaso.
Tú eres el Cristo, el Hijo Perfecto y Santo de Dios; no hay nadie ni nada que comparar contigo. Si te olvidas de tu verdadera identidad por un momento, sencillamente para, déjate caer al suelo y rueda. Recuérdate a ti misma que deseas sólo la Paz de Dios. Pídele al Espíritu Santo/Jesús que te tome de la mano y esté contigo ahora mismo, para ayudarte con lo que estés experimentando.
¡Muchísimas gracias por tu disposición a soltar las relaciones especiales! Esto es decir sí al Amor, al Amor Real.
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