LA CURACIÓN DEL CUERPO
Publicado por la Foundation For a Course in Miracles, escrito por Kenneth Wapnick y traducido al castellano por Juan Illan Gómez.
Pregunta: Explica, por favor, los muchos pasajes acerca de la curación que parecen referirse a la curación del cuerpo. Me parece que, aunque el Curso es muy claro sobre el proceso de curación de nuestras mentes de la falsa percepción de nuestra realidad, es igualmente evidente que un cuerpo sano es un efecto de una mente que está curada. ¿Cómo se traduce esto en nuestras vidas personales como estudiantes del Curso? Yo estaría totalmente satisfecho con ignorar mi cuerpo y su condición si no fuera por estos muchos pasajes. Me quedo pensando que, aunque la meta de un cuerpo curado no es el objetivo de las enseñanzas, parece ser algo que podemos esperar si seguimos la voz del Espíritu Santo. ¿Por qué se molesta Jesús en hablar de esto, si no es algo que debamos considerar?
Respuesta: Tienes razón al decir que un cuerpo curado no es el objetivo de las enseñanzas de Jesús, ni debería ser el objetivo de nuestra práctica del Curso. Jesús habla tanto sobre el cuerpo no porque él crea que es importante o real, sino porque nosotros creemos que es importante y no hemos reconocido su propósito en la estrategia del ego para mantenernos alejados de nuestras mentes.
Una parte importante de la estrategia del ego es hacernos pensar que nuestros cuerpos son totalmente vulnerables a las fuerzas externas, que las enfermedades y las curaciones provienen del exterior. Por lo tanto, Jesús corrige esto enseñándonos acerca de la relación de causa y efecto entre la mente y el cuerpo. Ese es el objetivo de todas sus referencias a un cuerpo curado. El foco está en el poder de nuestras mentes, no en tener un cuerpo curado: "El milagro no tiene ninguna utilidad si lo único que aprendes es que el cuerpo se puede curar, pues no es ésta la lección que se le encomendó enseñar. La lección que se le encomendó enseñar es que lo que estaba enfermo era la mente que pensó que el cuerpo podía enfermar; proyectar su culpabilidad no causó nada ni tuvo efectos" (T.28.II.22:6-7). Esto es lo que quiere señalar.
Él nos está enseñando sobre el sistema de pensamiento del Espíritu Santo en el contexto de lo que sabemos y con lo que podemos relacionarnos mejor; y para casi todos nosotros, eso es el mundo de los cuerpos. Por lo tanto, utiliza nuestros cuerpos para enseñarnos, en última instancia, que no somos nuestros cuerpos. Esa conciencia, sin embargo, llega al final de un largo proceso, que para la mayoría de nosotros, toma muchos años para completar. Simplemente ignorar nuestros cuerpos, por lo tanto, sería negarnos a nosotros mismos una multitud de oportunidades para aprender y aplicar los principios del curso.
Nuestro cuerpo físico/psicológico necesita experiencias que constituyan el currículo que Jesús puede utilizar para enseñarnos a interpretar y percibir nuestras vivencias corporales de una manera que nos ayudará a deshacer la separación en lugar de reforzarla. Mientras seguimos pensando que sin oxígeno ni alimentos vamos a morir, entonces aún creemos que somos cuerpos, y sería perjudicial para nuestro avance espiritual ignorar o hacer caso omiso de lo que creemos que todavía es real.
Como Jesús nos advierte en este sentido, "El cuerpo es sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico. Se puede exagerar el valor de sus capacidades y con frecuencia se hace. Sin embargo, es casi imposible negar su existencia en este mundo. Los que lo hacen se dedican a una forma de negación particularmente inútil." (T.2.IV.3:8,9,10,11).
El foco, una vez más, debe ponerse siempre en la formación de nuestras mentes y la manera en que pensamos, para que al final, simplemente ya no elijamos las limitaciones. Esto es bastante diferente de simplemente hacer caso omiso del cuerpo. Como dice en la sección "Más allá del cuerpo" en el capítulo 18: "Lo que realmente sucede es que has renunciado a la ilusión de una conciencia limitada y has dejado de tenerle miedo a la unión." Él nos está enseñando cómo llegar a esta etapa.
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