LA CRIANZA DE LOS NIÑOS
Kenneth Wapnick
Publicado por la Foundation For a Course in Miracles, traducido al castellano por Juan Illan Gómez.
EXTRAÍDO DE: "Las 72 Preguntas más Frecuentes sobre UCDM" - Pregunta nº 64
¿Cómo se debería Criar a los Niños según Un Curso de Milagros?
Como dice el Curso: "El programa de estudios es sumamente individualizado, y todos sus aspectos están bajo el cuidado y la dirección especial del Espíritu Santo" (M-29.2:6). Por tanto, Un Curso de Milagros no enseña en absoluto conductas específicas, incluido cómo criar niños. Pero lo que el Curso enseña es que si eres padre, o madre, o trabajas con niños, te corresponde pedir continuamente ayuda al Espíritu Santo. Así, todo lo que pienses, digas y hagas, vendrá de tu mente sana y no de tu ego.
Muchos estudiantes de Un Curso de Milagros nos han contado que una vez que empezaron a estudiar el Curso, se sentían reacios a hacer juicios sobre la conducta de sus hijos, e incluso a someterlos a disciplina, por miedo a juzgarlos y decirles que estaban equivocados. Esto es una distorsión de lo que Jesús enseña.
Primero: se puede comprender que ser padre, o madre, o trabajar cerca de niños, es un aula muy intensa que hemos elegido, precisamente por los juicios que constantemente hay que hacer sobre lo que más les conviene – decisiones que un niño no sabe tomar –, cuando el niño claramente elegiría algo que sería dañino para él. Como dice Jesús en el texto: “Los bebés gritan de rabia cuando se les quita un cuchillo o unas tijeras; a pesar de que, si no se hiciese, podrían lastimarse” (T-4.II.5:2).
Segundo: aprender a quitarse de en medio para acceder a la mente sana, y tal vez disciplinar a un niño diciendo –sin culpabilidad ni ira– "No, este comportamiento no va a ser tolerado", pueden ser hitos muy importantes en el proceso de crecimiento de uno mismo.
Por tanto, y como con todo lo demás, no hay manera correcta ni incorrecta de criar niños, ni manera específica de hacerlo conforme a Un Curso de Milagros. Lo único que hay es la forma individual de pedir ayuda al Espíritu Santo para practicar el perdón. Su Amor es siempre el mismo y encuentra su expresión particular por medio de cada individuo particular en cada circunstancia particular. Nuestra responsabilidad es suprimir, con Su ayuda, las interferencias de nuestro ego, de manera que podamos ser guiados más directamente por este Amor –en todas las relaciones, con niños y con adultos.
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