¿ES LA FUNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO TRADUCIR REALIDAD A FORMA?
Del Libro de David Hoffmeister "Unwind Your Mind - Back to God" - Capítulo II
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.
Hola David,
¿Es traducir realidad a forma la función especial del Espíritu Santo?
No, Amado,
Este es un error muy básico. La función del Espíritu Santo no es "traducir realidad a forma", sino exactamente lo contrario. El Espíritu Santo reinterpreta el sueño, de la misma manera que el error se lleva ante la verdad y la oscuridad se lleva ante la luz, y no viceversa. Comprender esto es fundamental para el Despertar. Es imposible llevar la verdad ante la ilusión ni la realidad ante la fantasía. Esa es una enseñanza fundamental de UCDM.
Tú que te has pasado la vida llevando la verdad a la ilusión y la realidad a la fantasía, has estado recorriendo el camino de los sueños. Pues has pasado de la condición de estar despierto a la de estar dormido, y de ahí te has sumergido en un sueño todavía más profundo. Cada sueño te ha llevado a otros sueños, y cada fantasía que parecía arrojar luz sobre la oscuridad no ha hecho sino hacerla aún más tenebrosa. Tu meta era la oscuridad, en la que ningún rayo de luz pudiese penetrar. Y buscabas una negrura tan absoluta, que pudiese mantenerte oculto de la verdad para siempre en un estado de completa demencia. Mas de lo que te olvidabas era de que Dios no puede destruirse a Sí Mismo. La luz se encuentra en ti. La oscuridad puede envolverla, pero no puede extinguirla. T-18.III.1
El Espíritu Santo no ve el cuerpo como lo ves tú porque sabe que la única realidad de cualquier cosa es el servicio que le presta a Dios en favor de la función que Él le asigna. T-8.VII.3.6
La Biblia dice: "El Verbo (o pensamiento) se hizo carne". Estrictamente hablando. Eso es imposible, puesto que parece implicar que un orden de realidad pasó a ser otro. Los distintos órdenes de realidad, al igual que los distintos grados de dificultad de los milagros, tan sólo dan la impresión de existir. EI pensamiento no se puede convertir en carne excepto mediante una creencia, ya que el pensamiento no es algo físico. T-8.VII.7
Todas las figuras del sueño son ídolos, concebidos para que te salven del sueño. No obstante, forman parte de aquello para salvarte de lo cual fueron concebidos. De esta manera, el ídolo mantiene el sueño vivo y temible, pues, ¿quién podría desear un ídolo a no ser que estuviese aterrorizado y lleno de desesperación? T-29.IX.3
El Espíritu Santo, sonriendo dulcemente, percibe la causa y no presta atención a los efectos. ¿De qué otra manera podría corregir tu error, cuando has pasado por alto la causa enteramente? Él te exhorta a que lleves todo efecto temible ante Él para que juntos miréis su descabellada causa y os riáis juntos por un rato. Tú juzgas los efectos, pero Él ha juzgado su causa. Y mediante Su juicio se eliminan los efectos. T-27.VIII.9
Llevar ilusiones ante la verdad, o el ego ante Dios, es la única función del Espíritu Santo. T-14.IX.1.4
El Espíritu Santo se extiende desde el Cristo en ti hasta todos tus sueños, y los invita a venir hasta Él para que puedan ser transformados en la verdad. Él los intercambiará por el sueño final que Dios dispuso fuese el fin de todos los sueños. Ej-pII.6.4
La mayor dificultad a la que te enfrentas para poder perdonar realmente, es que todavía crees que tienes que perdonar lo que es verdad, no lo que es ilusorio. Ej-134.3
Esta enseñanza metafísica es esencial para experimentar el perdón tal como es, y no meramente intelectualizar conforme al plan del ego. El ego recomienda que el Espíritu Santo vaya por ahí traduciendo la Realidad a formas. El perdón es una traducción inversa de la percepción (Expiación) que es la entrada a la Realidad, que es Abstracta y Eterna. La Realidad, o Conocimiento, están mucho más allá de la percepción y no se pueden traducir ni reducir a forma ni a percepción.
Sin esta comprensión, no hay experiencia del perdón, y se queda en un concepto del ego que sirve para hacer real el error en la conciencia, o reforzar la creencia en que las ilusiones son verdaderas. Hay que llevar el error ante la verdad y no viceversa. La Realidad no se puede traducir a, ni llevar ante la forma.
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