EL SUFRIMIENTO EN LAS RELACIONES DE PAREJA
Anna Horno

 

Libera Tu Ser - Reflexiones personales: "EL SUFRIMIENTO EN LAS RELACIONES DE PAREJA"

 

En este mundo de ensueño, todos tendemos a confundir situaciones, conceptos, sentimientos y tantas otras cosas… ¿por qué sucede de este modo?, porque el propósito de este mundo no es otro que el de que busquemos la tan ansiada felicidad donde jamás podamos encontrarla, a saber: fuera de nosotros.

Si observas, casi todo el mundo tiene problemas… problemas económicos, problemas de salud, problemas amorosos… parece que la felicidad se nos resiste…

Y fíjate que digo «parece», pues eso es lo que es… un sueño, una ilusión, una apariencia, una proyección, en definitiva: UNA GRAN MENTIRA inventada por nuestro ego, y que nosotros alimentamos con nuestras creencias, depositando nuestra fe en «la falsa realidad de lo que vemos».

Y fíjate que digo «casi todo el mundo», pues existen unos pocos seres que son felices, a pesar de las aparentes circunstancias externas. Estos seres han reconocido el sueño, y han despertado de él, de ahí que el mundo ya no les afecte.

Querid@ amig@, tú ya eres perfect@, tú ya estás complet@, sólo que no lo recuerdas, y crees que las cosas, o en tu caso, las personas, más concretamente una persona, va a poder proporcionarte algo que te falta y que te hará feliz.  Pero eso no es así…

Lo que tú llamas «amor», nada tiene que ver con el amor, sino con la falsa creencia en la necesidad, con la falsa creencia de que alguna otra persona puede llenar tu vacío. El amor es un estado del ser, no una situación… tú amas, independientemente de lo que suceda en el mundo. Tú amas, independientemente de lo que la otra persona haga o deje de hacer. Tú amas, independientemente de que la otra persona esté a tu lado o lejos de ti.

Y el amor, JAMÁS ES SUFRIMIENTO, sino todo lo opuesto a éste. El amor es gozo, es alegría, es un deseo de compartir, sin tener en cuenta con quien se comparte. El amor va de dentro hacia fuera, NUNCA AL REVÉS.  No son los demás los que hacen que tú sientas amor, puesto que sólo se puede despertar en ti aquello que tú ya eres: sólo porque eres amor, puedes sentir amor, así que no necesitas a nadie en particular para sentirlo.

El «amor-sufrimiento»  es únicamente el «amor romántico» que tanto daño nos ha hecho y tanto nos ha desviado del verdadero camino, especialmente a las mujeres.

Cuando limitamos nuestro «amor» a unas cuantas personas, es que no es amor, o mejor dicho, es que no somos amor. Y cuando no somos amor, el mundo que percibimos, me refiero a todo lo que perciben nuestros sentidos físicos, tampoco es amor. Y de ahí surgen situaciones que no comprendemos y que nos hacen entrar en conflicto, y, por supuesto, sufrir.

El mundo, el mundo que nos rodea, el mundo fuera de nosotros, es un reflejo del mundo dentro de nosotros. De manera que observa el mundo, y estarás viendo esa parte inconsciente que también eres tú.

No somos víctimas del mundo, el mundo no es más que el espejo donde ver reflejado el contenido de nuestra propia mente.

El sufrimiento nace con nuestras expectativas, con nuestros deseos (no satisfechos)… cuando estos desaparecen, ya no hay cabida para el dolor y sólo queda el amor, el amor de verdad, libre, incondicionado, no enfermizo, sin apegos.

Cuando nos enamoramos, depositamos muchos de nuestros anhelos en la otra persona, esperamos que la otra persona satisfaga un sinfín de «necesidades», de modo que cuando las cosas no salen tal y como esperábamos (y siempre sucede tarde o temprano), todo lo que hacemos es lamentarnos de nuestra «desgracia». Pero sólo porque así lo decidimos…

Hace algunos años, viví una historia de amor «imposible». En aquel tiempo me sentí morir, sin ganas de nada y profundamente triste. Hoy lo veo todo con otros ojos: lejos de lo que a simple vista parecía, no fue una tragedia, sino una maravillosa oportunidad de aprender a amar de verdad, que en aquel momento yo no supe percibir de ese modo. Y aquella experiencia, mejor dicho, lo que sentí hacia aquella persona, es mi referente desde entonces, la muestra de lo que el amor, ese maravilloso estado,  debe ser. Y ese recuerdo, me ayuda a practicar el amor todos los días, con todas las personas que se cruzan en mi camino.

Las cosas, todas las cosas, tienen siempre dos lecturas: La lectura del ego te dice que eres víctima de lo que te sucede, y que debes sentirte, por tanto, profundamente infeliz, y te exige reparar la situación buscando en el mundo, fuera de ti… otra persona, otro trabajo, otro lugar donde vivir…

Pero existe una segunda lectura, es la lectura del Espíritu, que es lo que realmente eres tú, de la mano del amor. Con esta lectura aprendes que todas las situaciones son magníficas oportunidades que te acercan a tu realidad en Dios, mediante el perdón.

Constantemente estamos eligiendo, tomando decisiones que nos alejan (lectura del ego) o nos acercan (lectura del Espíritu) al amor. Y son decisiones a nivel mental, que se traducen en una actitud concreta en el mundo, hacia todo lo que nos rodea. Elegimos siempre entre el miedo y el amor… y todo lo que es contrario a la felicidad y la paz, forma parte del miedo, así que elige de nuevo.

Hay una película preciosa, muy a propósito de esto último, se titula «Atrapado en el tiempo».

Tú eliges querid@ amig@, desde aquí te animo a que a partir de este momento, elijas siempre el amor.

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