¿EL SEXO Y LA ESPIRITUALIDAD VAN DE LA MANO?
Del Libro de David Hoffmeister "Sosiega la Mente - De Regreso a Dios" (Unwind Your Mind - Back to God) - LIBRO III - Capítulo I
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.
Se me ha pedido que comparta mis pensamientos sobre este tema y he llevado a la oración esta petición. Si es auténtico, el viaje espiritual es voluntario. Todo lo que es real se experimenta por medio de la aceptación, y todo lo que temporalmente parece real se experimenta por medio del deseo y la creencia, hasta que llega el Despertar. El Espíritu es Eterno, es el Estado de Ser sin deseos. El deseo hace girar el cosmos espacio-temporal lineal. El objetivo de la espiritualidad es experimentar el Ser Inmutable del Espíritu. Este objetivo implica disolver la creencia en el sacrificio. Aceptar la Realidad no puede ser un verdadero sacrificio, pero hasta que llega el Despertar, parece que la creencia en el sacrificio se refleja en el proceso del Despertar.
La sexualidad es una de las muchas experiencias del continuo lineal de la ilusión. No es mejor ni peor que cualquier otra experiencia del continuo, aunque puede parecer que se exalta y glorifica, o se rebaja y se considera vergonzosa por el ego. El deseo de recibir y dar amor sexual a un compañero es un signo de que las creencias y deseos del ego aún están activos. Pero es posible y es útil permitir que una relación comprometida sea utilizada por el Espíritu para elevar esas creencias y deseos a la Luz interior. Teniendo disposición, esas creencias y deseos desaparecerán y dejarán en paz a la mente.
Las pruebas y las luchas en las relaciones ponen al descubierto la falsedad en la mente, y esto ayudará a tomar la decisión definitiva que abre el corazón al recuerdo del Amor de Dios. De manera natural a la mente se le quedarán pequeños los pensamientos corporales, aunque mientras el cuerpo parezca formar parte del ser, renunciar a él sería utilizar la negación de manera incorrecta. Cuando surgen las luchas, pon al descubierto y suelta las creencias y los pensamientos por el procedimiento de no protegerlos. Entrégaselos al Espíritu Santo. Los múltiples deseos decaerán, pero esto no se puede forzar. La mente tiene que estar lista.
Expresa el amor y el afecto tal como seas Guiado y permite que la mente los reciba. Ten disposición a pasarle al Espíritu Santo cualquier contenido de la mente que sientas que no es amoroso. Toda relación tiene por objeto reconocer a la Mente Única. Esto se descubre cuando se hace evidente que no hay ningún pensamiento que pueda mantenerse privado. No mantengas ningún secreto y se hará evidente que sólo el amor se puede compartir. Este Amor Divino está por completo más allá del cuerpo, pero uno tiene que empezar por donde uno se percibe a sí mismo en este momento. Todos somos dignos del Amor de Dios, todos experimentaremos lo que buscamos en lo profundo de nuestro interior por medio de la lección del perdón.
El miedo al apego es en realidad miedo a la intimidad. No es miedo a la intimidad sexual, sino miedo a revelar el Ser Más Interior por creer que se puede producir rechazo o apego. El amor y el afecto se refrenan por la creencia en las expectativas que se les asocian. Para ser Amor, el Amor tiene que darse de manera gratuita, y lo mismo ocurre con el afecto. Si se pone condiciones al amor y al afecto, hay expectativas que no se cumplen. Uno tiene siempre la oportunidad de abrirse y sentir lo bien que se siente uno al extender el amor. Conforme uno practica el extender el amor y cultiva el expresar el afecto tal como el Espíritu Santo lo Guía, parecerá cada vez más natural. Las viejas inhibiciones desaparecen en nuestro Propósito compartido. Los límites que se puso a la mente empiezan a aflojarse y disolverse. El motivo cambia de conseguir a dar sin expectativas. Y a uno lo Guía una sensación de Facilidad sin fallos.
Al hacer el trabajo Interior del perdón uno se siente mejor sintonizado con el Espíritu y provoca pruebas de ese estado mental. Todo el mundo refleja el estado mental que mantiene. El milagro demuestra la calidez y el afecto que fluyen de nuestro Propósito compartido. Cuando el Propósito se convierte en el foco puede parecer que uno lleva puesta la sonrisa casi siempre, y nota sonrisas y risas en todos sitios. El amor y el afecto son evidentes cuando nuestro Propósito es evidente.
¿Es buena o mala, es útil o es perjudicial la expresión sexual? Lo que uno hace viene de lo que uno piensa, por eso el Despertar es una purificación del pensamiento. Por lo tanto la modificación de la conducta nunca es la meta, porque la conducta no hace sino seguir al guía al que la mente elige escuchar y seguir. El deseo sexual no es mejor ni peor que cualquier otro deseo del mundo, sin embargo el Despertar es un estado de satisfacción libre de deseos.
Todos los apetitos son mecanismos del ego para conseguir. La fantasía es el intento de hacer falsas asociaciones y obtener placer de ellas. Conforme el milagro se expande y se vuelve consistente en la experiencia, esos apetitos se debilitan, se atenúan y desaparecen. El ego era la creencia en las carencias, y todos los apetitos reflejaban esta creencia. El ego intentaba colocar diversas conductas dentro de sistemas de juicios morales y éticos, pero en la Perspectiva sanada sólo se experimenta la integridad, y el pasado ha desaparecido. No hay ninguna jerarquía de ilusiones, ningún grado de dificultad de los milagros y ninguna preferencia en la Expiación. El ego era un único error y no se le puede descomponer en errores "agradables" y errores "punibles", errores "morales" y errores "inmorales", ni errores "éticos" y errores "poco éticos". Tanto la masturbación como la monogamia y la castidad son sólo conceptos trampolín en el sendero de vaciar la mente de todos los conceptos, perdonar la ilusión, y Despertar a la Pura Unicidad. La sexualidad sagrada es una contradicción en sus propios términos, porque el Espíritu transciende por completo a la forma y es imposible mezclar el Espíritu con la materia.
El placer y el dolor son el mismo error. El milagro transciende el error mostrando su falsedad, su imposibilidad. Es imposible buscar el placer sin encontrar el dolor, porque ambos son el mismo error: el intento de reforzar la "realidad" del cuerpo y del mundo. Cristo es Espíritu, no un cuerpo, y experimentar la Mente Divina es olvidarse por completo del cuerpo. Despertar requiere entrenamiento mental. Da un paso atrás y presta atención a los pensamientos que vienen a la consciencia. Siente tu deseo de sanar. Las preferencias son juicios, cuando la mente se rinde a la Perspectiva sin juicios del Espíritu Santo, el Despertar es obvio. Observa que mientras parezcan existir los apetitos, el ego tendrá las defensas de la represión y la complacencia. Ninguna de ellas es mejor ni peor que la otra porque ambas son la misma ilusión. El milagro ofrece una alternativa real, y cuando la mentalidad de uno está orientada al milagro de manera consistente, las defensas ya no se necesitan.
El sexo en una relación amorosa dedicada al Espíritu Santo y Guiada por el Espíritu Santo es (en este sentido) un acto de afecto y puede seguir siéndolo hasta que el Propósito de la mente se haya unificado tanto que ya no haya ansias ni deseos de ningún tipo de forma. Cuando esta ausencia de deseos ocurre se produce verdaderamente el milagro de la Expiación, y Cristo se realiza en el Amor Divino de Conocer a Dios en el Espíritu. El milagro de la Expiación transciende o disuelve la atracción por la culpabilidad de la mente durmiente. El sexo con el propósito del placer y la gratificación de los sentidos es una motivación del ego que intenta reforzar la "realidad" del cuerpo, y esto siempre implica la ilusión de la culpabilidad. ¡Cuando uno profundiza en el Despertar los deseos por cosas de este mundo se evaporan y la Alegría irradia desde dentro! Todas las aparentes necesidades desaparecen en el Amor Divino.
El ego usa las relaciones para su gratificación, y al ser impulsivo e inestable no tiene ni idea de lo que es el compromiso. El compromiso con una relación interpersonal monógama es una etapa que el Espíritu Santo puede utilizar, como cualquier otro compromiso o disciplina, para abrir la mente al único compromiso definitivo que se puede tomar: aceptar la Expiación, Despertar al Amor de Dios.
Me he referido al propósito del ego para las relaciones como "relaciones de usar y tirar". Parece que el ego tira sus relaciones en cuanto parece conseguir lo que cree que quiere y pasa a la siguiente relación. Las relaciones sexuales simultáneas, o relaciones "abiertas" como se les ha llamado, sólo parecen aumentar la complejidad. Una relación monógama interpersonal puede ofrecer una bandeja llena de oportunidades de poner en evidencia y perdonar al ego. El deshacimiento del ego (el perdón) es el único Propósito de todas las relaciones. El darse cuenta definitivo (el darse cuenta del Ser) es el reconocimiento de que el Creador y la Creación comparten el mismo Espíritu de Amor. En sus mejores aspectos, todas las relaciones perceptuales reflejan el Amor de Dios, y este Amor Ágape inspira el perdón y los milagros.
La atracción por el cuerpo es la atracción por la culpabilidad. La iluminación es el reconocimiento del Espíritu más allá del cuerpo y la experiencia de la Inocencia Divina. El aparente "proceso" de Despertar es un desaprender, o deshacimiento del ego, en el que la mente se vacía de todos los conceptos concretos para abrirle paso al perdón, a ver lo falso como falso.
Los impulsos milagrosos son la Llamada a volver a Casa con Dios, pero cuando pasan por el filtro de carencias y necesidades del ego se presentan a la consciencia distorsionados como apetitos, fantasías y "mecanismos para conseguir". El Amor Ágape no sabe de necesidades ni carencias. El "amor" sexual romántico brota del intento de buscar "amor" en la forma. La verdadera unión abre camino a la comunicación y disuelve el filtro, permitiendo que los impulsos milagrosos lleguen directamente a la consciencia. En verdad una relación es sólo un medio para obrar milagros y extender el Amor. Este Propósito muestra que el cuerpo no tiene significado y revela que el Espíritu lo es Todo.
Aprender a dar en el sentido más completo lo sacará a uno de la sensación de tener una voluntad separada de la Voluntad de Dios. Mientras uno se aferre a un concepto del yo, uno tiene que querer conseguir algo que está fuera del Ser Único, y tiene que creer que es posible hacerlo. La tarea de uno con un compañero sexual, y de hecho con todo el mundo con quien uno se encuentra, es aprender a dar totalmente, completamente, sin distinciones ni condiciones de ningún tipo. Todo el mundo está pidiendo lo Sagrado. Escucha cuidadosamente al Espíritu, porque lo que uno pide es lo que todos están pidiendo. Dar y recibir es lo mismo. Este es un sendero de devoción. Al dedicarse uno a una única meta (el perdón) se pierde toda sensación de intereses separados y de seres separados. Ninguna petición es demasiado grande ni demasiado pequeña desde esta Perspectiva. Lo único que uno puede hacer es unirse a esta Perspectiva, la Perspectiva del soñador, nunca al sueño. El Amor no se opone a nada. No hay nada con lo que pelear, ni contra lo cual defenderse, ni sobre lo que tener razón. Y la devoción requiere confianza, pues la confianza en el Espíritu disuelve todas las dudas.
Hasta que la mente haya Despertado – por medio de un nuevo aprendizaje y una nueva traducción a través del Espíritu Santo – parecerá que hay causas en el mundo. El hambre, la sed, el deseo sexual y el deseo de estímulos parecen basarse en el cuerpo y el cerebro, pero surgen de impulsos milagrosos distorsionados que han pasado a través de la lente de la carencia. Todos los miedos, ansias y necesidades son percepciones de la mentalidad errónea, pero responder a la Llamada a ser un obrador de milagros producirá muchos milagros y disolverá la lente de la carencia. Hasta que se disuelva por completo la lente de la carencia la mente dormida experimentará ansias. Las ansias o se obedecen y quedan satisfechas temporalmente, o se reprimen y se niegan en la consciencia. Ninguno de estos enfoques va a producir satisfacción duradera, pero los milagros abren la puerta a la paz, la alegría, la libertad y la felicidad duraderas. Todas las aparentes necesidades humanas se satisfacen sin esfuerzo por los milagros. El milagro final de la Expiación pone fin para siempre a la creencia en la necesidad, la carencia y el miedo.
La percepción es selectiva. Uno puede elegir enfocar la mente al Propósito del Espíritu Santo, lo cual trae Alegría. No hay ningún sacrificio. Los placeres de este mundo son fugaces y transitorios. Si se mira esto con sinceridad se ve que es así. El placer de una comida deliciosa, de un panorama agradable, o el placer de un orgasmo siempre tienen límites temporales. Empiezan y terminan. No ofrecen alegría duradera. No son regalos reales porque son ofrendas del ego. Perpetúan la amnesia del Ser de Cristo. Los juicios del mundo hacen que algunas imágenes sean atractivas. La mente cree que son valiosas y no quiere soltarlas. Aún está convencida de que son reales, y por lo tanto valora los resultados de esas cosas que aún quiere. Son como la pirita, "el oro de los tontos". Parecen bellas, pero cuando las tocas o las abrazas se disuelven, no duran.
Deja que el Espíritu interior te Guíe en todas las cosas, momento a momento. El ego se pone al descubierto y se elimina en las relaciones. Alinearse con el ego trae experiencias ilusorias de placer y de dolor. Los impulsos milagrosos distorsionados llegan a la consciencia como ansias, y en este aspecto el ansia de sexo es lo mismo que el ansia de comida, bebida, cierta temperatura, estímulos, etcétera. El ansia siempre implica carencias y preferencias, y el milagro conduce más allá de esta percepción distorsionada del mundo. Conforme se cuestiona, se pone al descubierto y se suelta el sistema de creencias del ego, se despejan todos los obstáculos a la paz de la "lente de la carencia". Cuando esto ocurre, los impulsos milagrosos se experimentan en la consciencia directamente como Amor y Peticiones de Amor. La integridad y la compleción son características naturales de la mente que el milagro devuelve a la consciencia.
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