EL PAPEL DE LA MEDITACIÓN EN LA PRÁCTICA DEL CURSO

 

Libera Tu Ser - Kenneth Wapnick "EL PAPEL DE LA MEDITACIÓN EN LA PRÁCTICA DEL CURSO"



Publicado por la Foundation For a Course in Miracles, escrito por Kenneth Wapnick y traducido al castellano por Juan Illan Gómez.

 

Pregunta: ¿Qué papel tiene la meditación en la práctica de Un Curso de Milagros?

Respuesta: La meditación como tal no forma parte integral del currículum del Curso. Ciertamente se puede considerar a las lecciones del libro de ejercicios, y a su programa de entrenamiento de un año, como ejercicios de meditación. Pero se supone que son sólo para un año. Sin embargo, Jesús nunca se opondría a que sus estudiantes pasen un rato de tranquilidad con él, pidiendo ayuda para apartar los obstáculos de culpabilidad y odio que interfieren con la consciencia de su presencia amorosa. Con todo, Jesús advierte específicamente a los estudiantes en contra de hacer ídolos de sus periodos de práctica espiritual, aunque puedan seguir necesitando estructura, parte de la cual pueden ser ratos de meditación y tranquilidad:

«¿Pero qué ocurre con aquellos que todavía no han alcanzado la certidumbre que él [el maestro de Dios avanzado] posee? Ésos aún no están listos para una falta de estructura así. ¿Qué es lo que tienen que hacer para aprender a entregarle el día a Dios? Hay algunas reglas generales a seguir, aunque cada cual debe usarlas a su manera como mejor pueda. Las rutinas, como tales, son peligrosas porque se pueden convertir fácilmente en dioses por derecho propio y amenazar los mismos objetivos para las que fueron establecidas» (M-16.2:1-5; cursivas añadidas).

En «No tengo que hacer nada», su mensaje especial a Helen que citamos antes, Jesús discute de manera específica que su Curso no es un curso de meditación, sino que tiene un enfoque muy distinto. Esto no lo hace necesariamente mejor que otros senderos, pero deja establecido lo diferente que es de ellos:

«Son muchos los que se han pasado toda una vida preparándose y ciertamente que ellos aprendieron en el tiempo, pero sí se propone ahorrar tiempo [...] Es extremadamente difícil alcanzar la Expiación luchando contra el pecado. Son muchos los esfuerzos que se llevan a cabo tratando de hacer santo aquello [el cuerpo] que se odia y se aborrece. No es necesario tampoco que dediques toda tu vida a la contemplación, ni que te pases largos períodos de tiempo meditando con objeto de romper tu atadura al cuerpo. Todos esos intentos tendrán éxito a la larga debido a su propósito. Pero los medios son tediosos y requieren mucho tiempo, pues todos ven la liberación de la condición actual de insuficiencia y falta de valor en el futuro.

Tu camino será diferente, no en cuanto a su propósito, sino en cuanto a los medios [...] No aprovechas el curso si te empeñas en utilizar medios que le han resultado muy útiles a otros, y descuidas lo que se estableció para ti» (T-18.VII.4:4-5,7-11; 5:1; 6:5; cursivas añadidas en 4:9).

Y así, sería una tontería que los estudiantes de Un Curso de Milagros no meditasen si tal práctica es beneficiosa para su sendero espiritual. Y Jesús, insisto, malamente buscaría disuadirlos. Sin embargo, les advertiría, como hemos visto, contra hacerse dependientes de la práctica de la meditación. Debería ser un medio y no un fin. Además, sería ciertamente una equivocación que esos estudiantes pensasen que todos los estudiantes de Un Curso de Milagros tienen que meditar, sencillamente porque ellos lo hacen. Los estudiantes nunca deberíamos olvidar que el currículum está muy individualizado, y que cada currículum individual se emprende entre cada estudiante individual y el Espíritu Santo.

Hay otra advertencia sobre la dependencia de la meditación. El objetivo claro de Un Curso de Milagros, y más concretamente del libro de ejercicios, es que los estudiantes generalicen sus lecciones y principios en todo momento y a todos los aspectos de sus vidas cotidianas. Estaría directamente en contra de este objetivo que los estudiantes necesitasen salir de una situación difícil para poder apartarse y estar externamente tranquilos. Claramente esto nunca funcionaría en un atasco de tráfico, en una reunión complicada, en una sesión de psicoterapia, en un aula, en un coche lleno de niños revoltosos, etc. Si la tranquilidad no se hace interna de manera que uno sepa que Jesús o el Espíritu Santo siempre están presentes en la mente, entonces la meditación ha sido de poca utilidad. Los estudiantes deberían aspirar más bien a generalizar esos momentos de tranquilidad a todos los momentos, aprendiendo lo accesible que está su verdadero Maestro.


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