EL MUNDO NO TIENE CAUSA REAL ALGUNA

 

Libera Tu Ser - David Hoffmeister "EL MUNDO NO TIENE CAUSA REAL ALGUNA"



Del Libro de David Hoffmeister "Sosiega la Mente - De Regreso a Dios" (Unwind Your Mind - Back to God) - LIBRO II - Capítulo I
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.

 

David: La lección 182 del Libro de Ejercicios utiliza la metáfora de que hay un niño dentro de ti que necesita tu protección. No se trata de proteger al ego. Yo diría que hay cierta confusión en el enfoque de las terapias que hablan de proteger al niño herido. No interesa proteger al ego, porque ahí es donde se encuentran todos los mecanismos de defensa. Todos los mecanismos de defensa son intentos de proteger a un yo dividido que está herido. Hay que abandonar las defensas.

El sendero del Curso difiere de esos trabajos con el niño interior de llevarlo a un lugar seguro o volver a escenificar acontecimientos del pasado. El Curso trata sobre contemplar tus interpretaciones, incluyendo los llamados “recuerdos del presente”, ese soñar despierto en el que las cosas vienen a ti. A lo que reaccionas es a tu interpretación de lo que ocurre. Tu interpretación es lo que provoca las emociones.

Participante: Recuerdo que uno de los mensajes principales del programa de los doce pasos [de AA: Alcohólicos Anónimos], es que somos impotentes frente al alcohol, como si el alcohol fuese un diablo, frente al cual no tenemos poder alguno. ¡El mensaje podría igualmente ser "soy un cuerpo"!

David: Se trata de forma y contenido. Yo veo un paralelismo entre la idea de AA de ser impotentes frente al alcohol y "el guión ya está escrito". Eres impotente frente al guión. El guión ya está escrito. No puedes cambiarlo en la forma. La única elección que te queda es cómo lo contemplas. Hace falta verdadera apertura mental para ver que en realidad uno no tiene control sobre los acontecimientos, sino sólo sobre la manera en que percibe las cosas. Esto significa abandonar los intentos de arreglar a la gente y de cambiar las cosas en la pantalla.

Participante: ¿No se podría decir que en cierto sentido tenemos control? En todo momento tenemos elección sobre con quién nos identificamos. ¿No es eso lo que estás diciendo, que en cierto sentido mi percepción está determinada por el guía que elijo? Si mañana por la noche yo estuviese conduciendo de vuelta a casa y tuviese un accidente de tráfico, podría considerar que, en cierto nivel, lo he pedido yo. Soy responsable y, en consecuencia, de ninguna de las maneras posibles soy una víctima.

David: Es un buen argumento. Podemos entrar un poco más profundamente en la relación causa/efecto. En el paso siguiente la gente puede sentir algo así como: Tengo cáncer, yo soy el responsable de esto o tuve este accidente de tráfico y perdí este brazo. Yo soy el responsable de esto. ¡Aack! ¡Esto sigue siendo culpabilidad a lo grande! Uno se pregunta: ¿Qué estoy haciendo mal? o ¿Por qué me eché esto encima? La relación causa/efecto pura, la real, está en el Cielo. Dios es el Padre, y el Hijo es el efecto. Pensar que tienes algún poder causativo en la pantalla, o sobre el guión, es confusión de niveles: toda causa es mental. Cuando nos adentramos en la idea de manifestar, la mente cree que hay cierta capacidad creativa conectada con la forma. Tenemos que empezar a darnos cuenta de que la causa se encuentra siempre en el nivel mental.

Una vez que comenzamos a ver que nada de lo que hay en la pantalla nos puede quitar la paz -que ahí fuera no hay ningún efecto que nos pueda quitar la paz-, nos demostramos a nosotros mismos que nada de lo que ocurre tiene de hecho causa real alguna. Esto es demostrar la falsedad del ego por reducción al absurdo. Obviamente, si este mundo no tiene ningún efecto, entonces nunca podrá quitarnos la paz, y esto lo podemos extender a cualquier situación. Así es como lo "demuestra" el Espíritu Santo: ¡ajá! entonces es que el mundo no tiene causa real y esto demuestra la falsedad del ego. Eso desvanece todos los sentimientos de culpabilidad, porque en realidad nunca nos hicimos nada a nosotros mismos. Como siempre dice nuestro amigo: "Podemos decir que el guión ya está escrito, pero es un guión irreal".

Participante: Si ahí fuera en la pantalla no hay nada, entonces lo que hacemos no puede tener efectos sobre nada. Intentar enseñar el Curso, por ejemplo, o intentar enseñar que es posible cambiar de mentalidad... en realidad no podemos hacer eso, ¿verdad?

David: Eso, en el sentido definitivo, es verdad. Usar expresiones como "los demás hermanos" o "ayudar" es usar la metáfora de una mente que parece estar dividida. Piensa en la idea de hacer algo que afecte a la mente de otra persona, parece como un viejo truco de vudú. Incluso si lo tomamos en el sentido metafórico de que todo el mundo tiene una mente separada, Jesús nos dice que todas las mentes son iguales. Él dice que no puede liberarnos del miedo porque eso sería interferir en la ley básica de causa y efecto. T-2.VII.1. Él no puede interponerse entre nuestros pensamientos y sus efectos. Ahí es donde viene otro gran alivio. ¿Quieres decir que nunca he podido hacer daño a nadie? ¿Y que nunca nadie ha podido hacerme daño? La idea es inmensa.

Participante: Dice en la sección Desarrollo de la confianza del Manual para el Maestro:

La siguiente fase es ciertamente un "período de inestabilidad". El maestro de Dios debe entender ahora que en realidad no sabía distinguir entre lo que tiene valor y lo que no lo tiene. Lo único que ha aprendido hasta ahora es que no desea lo que no tiene valor y que sí desea lo que lo tiene. Su propio proceso de selección, no obstante, no le sirvió para enseñarle la diferencia. La idea de sacrificio, tan fundamental en su sistema de pensa­miento, imposibilitó el que pudiese discernir. M-4.I.A.7.

Todavía no estamos en paz. Todavía creemos que sabemos determinar qué es valioso y qué no lo es. Nuestra creencia en el sacrificio hace que esto sea completamente imposible, porque el sacrificio no es real aunque creamos que lo es. Y así es que no tenemos ninguna base para hacer ningún juicio sobre ninguna cosa.

David: El Curso trata de devolverle la causación a la mente. Dicho de otra manera, antes de poder darle otro propósito a este sueño, primero tienes que dar marcha atrás, dejar de identificarte con "el personaje del sueño" y ver que eres "el soñador del sueño". Cuando sabes que eres el soñador del sueño, puedes aceptar otro propósito y tener un sueño feliz.

Participante: Tienes tanta paz porque no juzgas ninguna cosa. Me parece que no proyectas ningún pensamiento de ataque. Cuando no estás fabricando pensamientos de ataque, aparece el amor, el Amor que verdaderamente somos. Cuando ese amor aparece, uno no juzga ninguna cosa porque el amor lo acepta todo tal como es. Cuando mi estado mental está libre de lo que pasa en la pantalla, puedo ver que no hay ningún efecto real y que, por lo tanto, no puede haber ninguna causa real.

David: Nos estamos metiendo en esto bastante profundamente. Las relaciones de causa/efecto son las relaciones de la vida cotidiana. En este mundo, si riegas y abonas una planta, la planta crecerá. Esto se ve como causa y efecto. Si se va la luz, la idea puede ser comprobar la caja de fusibles o atribuir el corte de la luz a una tormenta. ¿Ves cómo se da por hecho que en el mundo hay causas y consecuencias? Son relaciones de causa y efecto espurias. No es más que una pantalla y nunca hay ninguna causa. Esto es bastante drástico cuando lo aplicas a tu propia vida. Todos los juicios "maduros" que hacemos sobre lo que es y lo que no es un buen resultado, todos los juicios del mundo están basados en el aprendizaje de esas relaciones causa/efecto espurias. Nada de esto es verdad. Empezar a comprender esto puede resultar alucinante porque el mundo tal como lo conocemos está construido sobre todas esas relaciones causa/efecto irreales.

Participante: ¿Usa el Espíritu Santo nuestra idea de causa/efecto? Como cuando al practicar el Curso se tiene el efecto de más tranquilidad de espíritu, ¿tendría esto que considerarse otra relación de causa/efecto espuria de este mundo? ¿Usa el Espíritu Santo estos efectos espurios para ayudarnos a salir de la ilusión, hacia la percepción corregida? Parece útil pensar que lo que sacas fuera vuelve a ti. Si lo que sacas fuera es amor, eso es lo que ves.

David: El Espíritu Santo no mira los efectos. Él es la Presencia de la Luz en nuestras mentes. Trabaja con las creencias de la mente inferior. La mente mira dentro y a la vez busca pruebas externas de lo que ve dentro. El Espíritu no hace nada con la proyección de diapositivas de la pantalla. Sólo trabaja con la mente, para que abandone las creencias oscuras que producen la proyección de diapositivas. Pero puede parecer que, como acaba de decir nuestro amigo, "Si estudio el Curso y lo aplico diariamente, habrá una sensación de paz más consistente". Esto sería una relación causa/efecto espuria, porque aquí hay una persona estudiando el libro y yendo por la vida, y parece que la paz viene cada vez más, pero lo que está teniendo lugar realmente es que dejamos de juzgar y dejamos de interpretar las cosas. En realidad no tiene nada que ver con leer un libro. Eso no es más que una forma de que la mente engañada pueda aceptarlo. El símbolo, o la representación de la Luz del recuerdo de Dios, es la aparente llegada de este libro al mundo, a esta persona que parece leerlo. ¿Ves que nuestra condición de personas y nuestra individualidad son también símbolos?

Participante: ¿Estás diciendo entonces que el guión ya ha sido escrito y puesto que todo es una ilusión no se puede cambiar de manera alguna?

David: Si sabes darle otro propósito, parecerá que te hace feliz.

Participante: Así que si interpretas de manera incorrecta que "el guión ya está escrito" lo conviertes en otra manera de decir que el mundo es real. Pero la única realidad es el pensamiento, la idea de Dios en la mente. Así, "el guión ya está escrito", se puede resumir en la diminuta y alocada idea y en el hecho de que todos estamos en muy buena forma. ¿Significa "el guión ya está escrito" que todo ha pasado ya, que todos estamos de vuelta en casa?

David: Es útil mantenerlo en ese contexto: que el guión está en el pasado. Como el Curso no para de decir, el pasado ya pasó. Si el pasado aún parece estar presente, si aún se experimenta "el guión ya está escrito" como algo del presente, la sensación es de ¡Oh no!

Participante: Veo lo que dices. Pensar que puedes cambiar el guión sólo sirve para hacerlo real. Es el ego intentando hacer algo, intentando tener efectos.

David: Para mí la alegría se centra en dejar de participar en el guión. Uno está muy acostumbrado a "hacer" y a "esforzarse" en este mundo. Cuando das marcha atrás, cuando dejas de esforzarte, puedes oír a tu alrededor mensajes como ¡Estás chiflado! ¡Has perdido la cabeza! Casi necesitas una base metafísica, algo donde apoyar tus pies por así decirlo, para empezar a retirarte del esfuerzo y la participación constantes. Ahí es donde ayuda el Curso. Puedo retirarme. Puedo acercarme cada vez más a la sección No tengo que hacer nada, donde dice que hacer algo siempre involucra al cuerpo. Dice que eres mente y que en tu mente hay un sitio muy silencioso y muy tranquilo. Puedes llegar a ese sitio y ahí no hay hacer. En un punto de esa sección dice "No hay ni un sólo instante en el que el cuerpo exista en absoluto. Es siempre algo que se recuerda o se prevé". T-18.VII.3. Ésa es una afirmación profunda. Se puede ver que el cuerpo viene sólo por medio de pensamientos sobre el pasado y el futuro. Y todo el hacer y todo el esforzarse son sólo capas encima de eso. ¡Esta sección es fenomenal! Conozco gente que ha estudiado el Curso durante años y cuando llegan a ese par de frases, sencillamente pierden la chaveta. Aquí estás trabajándote las lecciones, trabajando duro para atravesar mil cuatrocientas páginas, y entonces llegas a la sección No tengo que hacer nada. Y piensas: ¡Caramba!, ¿de qué trata esto? En esta sección Él dice: "Sería mucho más efectivo ahora que te concentrases únicamente en esto [no tengo que hacer nada], que reflexionar sobre lo que debes hacer". T-18.VII.5. ¡Ay Dios! Estoy intentando seguir esto, leyendo y haciendo todas estas lecciones, y él viene y me dice que sería mucho más efectivo que me concentrase sólo en que no tengo que hacer nada. ¿Ves que realmente esa sección es un alegato a favor de venir a la tranquilidad y sencillamente soltar todas las ideas y todos los conceptos?

Un instante que tú y tu hermano paséis juntos os resti­tuye el universo a ambos. Ya estás listo. Ahora sólo tienes que recordar que no tienes que hacer nada. T-18.VII.5.

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