DISGUTOS, VALORES Y CREENCIAS

 

Libera Tu Ser - David Hoffmeister "DISGUTOS, VALORES Y CREENCIAS"



Del Libro de David Hoffmeister "Sosiega la Mente - De Regreso a Dios" (Unwind Your Mind - Back to God) - LIBRO II - Capítulo V
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.

 

David: ¿Alguien tiene una lucha con algo que no sea la comunicación? Podemos entrar en ello.

Participante: Para mí se trata de comunicación y control. Parece que últimamente tengo conflictos de control.

David: ¿Cómo se expresan? ¿Cómo los percibes?

Participante: Hay un montón de cosas que parecen perturbar mi paz. Primero, estaba irritado por lo que ocurría en el restaurante donde trabajo. Había mucho trabajo, y los cocineros, camareros y otros empleados, estaban gritándose los unos a los otros, y pidiendo encargados a gritos. No había trabajo en equipo. Se descompuso en una especie de cada cual a lo suyo. Estaba intentando animar a la gente con palmadas en la espalda y diciéndoles que lo estaban haciendo estupendo, pero sentía que no quería quedarme mucho tiempo en ese ambiente. Estaba pensando que por unos pocos dólares no merecía la pena. Me sentía cansado físicamente de permanecer tanto tiempo en el mismo sitio, y allí dentro hacía calor. Pero creo que podría haber pasado por alto todo aquello mucho más si la gente se hubiese comunicado y animado los unos a los otros. Además, echaban perejil en los platos sólo por el gusto de que hubiese perejil en los platos, y todo ello me parecía muy falso. Lo pasé mal con aquello.

Luego tuve otro conflicto con mi compañera. Ella quería que yo encerase la furgoneta. Creo que se le metió en la cabeza que yo tenía que hacerlo para contribuir. Le dije: "Voy a encerar la furgoneta contigo, pero tengo la sensación de que nos estamos metiendo en expectativas con esto, y esa furgoneta es grande e iría mucho más rápido si lo hiciesen dos". Vino y lo hizo. Al final, saqué el asunto de que la furgoneta es grande, mantenerla cuesta mucho tiempo y dinero, y consume mucha gasolina. Entonces le pregunté: "¿Para qué la queremos realmente?". Ella dijo: "No tengo que responder a eso. Me gusta la furgoneta y basta". Me frustré, y ella ni siquiera quería hablar del tema. Me dijo: "Mira, ¿para qué vamos a hablar de eso? No vamos a vender la furgoneta". Yo estaba diciendo: "No se trata de vender o no la furgoneta. Sólo quiero hablar de por qué crees que la necesitas". Después de pensar en ello, volví y le dije: "Estoy seguro de que no se trata de la furgoneta, pero estoy disgustado con algo, y ahora mismo parece que la furgoneta fuese el centro. Lo básico es que necesitamos comunicarnos". Vinimos juntos a una sesión del grupo, las cosas fueron un poquito mejor y nos sentimos bien, pero si nos paramos ahí y decimos que estamos en senderos separados, que sencillamente vamos a vivir en esta casa sin comunicarnos, creo que las cosas se van a descomponer otra vez. Parecía que ella estaba de acuerdo en eso, pero dijo que no iba a ir corriendo al grupo cada vez que yo creyese que había un problema. Dijo, básicamente, que no sacaba nada en claro de las sesiones.

David: Seguimos volviendo a las elecciones y seguimos volviendo a las creencias. He hablado de cómo para ir hacia arriba hay que seguirle la pista a los pasos en espiral hacia arriba, así que tal vez podamos hablar más de la espiral, de qué es esa espiral. El principio del Capítulo 24 es un buen punto de arranque. Consideremos el control. Tal vez en tu caso se percibe un conflicto de control con encerar la furgoneta, o a lo mejor hay conflictos de control con el dinero o con el trabajo. Parece que todo el mundo experimenta conflictos de control sin parar. Parecen tomar muchas formas diferentes. El Capítulo 24 habla de decisiones, y habla de creencias:

Aprender este curso requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que abrigas. Ni uno solo debe quedar oculto y encubierto, pues ello pondría en peligro tu aprendizaje. Ninguna creencia es neutra. Cada una de ellas tiene el poder de dictar cada decisión que tomas. Pues una decisión es una conclusión basada en todo lo que crees. Es el resultado de lo que se cree y emana de ello tal como el sufrimiento es la consecuencia inevitable de la culpabilidad, y la libertad, de la falta de pecado. T-24.in.2.

Todos esos puntos en que hay que tomar una decisión –si ir o no a una entrevista de trabajo, si enviar o no otro currículo aquí o allá, si encerar o no la furgoneta– todo eso no son más que pseudo decisiones. Es una lección de humildad empezar a darse cuenta de que todo lo que parece una decisión en este mundo, es sólo una pseudo decisión. Como en un programa de ordenador, las creencias forman parte de lo que ya está programado. La ejecución del programa depende de lo que se haya cargado en la memoria. A veces uno se siente como un pollo al que le han cortado la cabeza, porque el programa ya parece estar cargado, parece que se ejecuta y funciona, como un robot, aunque parezca que hay luchas sobre cosas concretas que ocurren. Una decisión es una conclu­sión basada en todo lo que crees. Todo lo que crees en un momento dado determina qué decisión tomas. Una decisión puede ser tan pequeña como poner o no poner perejil en un plato.

Participante: Parece arbitrario, pero no lo es. ¿Qué más da si un plato lleva perejil?

David: En cierto sentido es el determinismo total. La gente dice que el ambiente determina lo que hacemos, pero estamos yendo mucho más profundamente. Lo que determina lo que haces en cada instante es tu sistema de creencias. Un conflicto de control que parece tener lugar entre personas, es en realidad la primera creencia que se tomó en serio: la creencia en la separación de Dios. Sobre ella se han amontonado toneladas de sustituciones, para intentar compensar, para intentar aliviar la culpabilidad de aquella primera creencia. Hay pilas sobre pilas de pilas de creencias en la mente.

Al profundizar empecé a sentir que me convenía estar completamente libre de todo ello. Y pensé: ¿Cómo puedo estar libre mientras tenga relaciones, tal como las percibo? Percibí que el control parecía estar implicado en todo tipo de relaciones, fuesen relaciones padre-hijo, relaciones marido-mujer, relaciones entre novios, relaciones empresario-trabajador e incluso amistades.

Para mí ha sido útil ver que yo he construido este mundo en el cual creo ser una persona o un cuerpo. Creo que tengo todas esas clases de relaciones y situaciones, pero todo está inventado basándose en las creencias a las que me aferro. Se hizo visible que no puede haber integridad total mientras parezca haber dependencia o confianza en las personas, los lugares o las cosas que se muestran en la pantalla. ¿Cómo voy a tener una sensación total de integridad si tengo que responder a todos y a todo lo que hay en la pantalla, no importa lo que parezca ser… el gobierno de los Estados Unidos, un marido o una esposa, un novio o una novia, un padre o una madre? Creo que puede verse, como yo lo vi inicialmente, que para “desconectarse” va a hacer falta un examen completo de todo. ¿Cómo voy a participar en el mundo como si formase parte de él, y  estar libre del mundo? ¡No puedo! No hay manera de reconciliar la mente con jugar un juego o representar un papel en este mundo.

Todo lo que hablamos va a ser sobre cuestionar las creencias sobre el mundo y sobre uno mismo que uno conserva. Las creencias que sostienes sobre el mundo y las creencias que sostienes sobre ti mismo son idénticas. No es que estés lidiando con una pequeña personalidad solamente. El cosmos entero es tu concepto del yo. No es que de alguna manera tengas que liberarte de y transcender la pequeña personalidad. No es que haya una pequeña máscara, y si se te ocurre cómo dejarla a un lado podrás ser una persona verdadera, genuina y auténtica. El mundo entero y el cosmos entero tal como están construidos –la creencia en la economía, la creencia en la política, la creencia en la medicina y la enfermedad– ¡todo eso es el concepto del yo! Nada de ello es verdadero. Nada de ello tiene realidad alguna. Si crees en parte de ello, en realidad crees en todo ello, puesto que es uno. No hay manera de dejar un trocito de ello sin tener que dejarlo todo. Cuando leemos: "Aprender este curso requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que abrigas", T-24.in.2, estamos hablando de cada uno de los valores: ¡todos y cada uno de los valores!

Participante: Y debajo de cada valor hay una creencia, porque tengo que creer que tiene algún valor. Tiene que haber una ordenación. Si algo tiene valor, tengo que haberlo puesto en ese orden, y tengo que haberlo ajustado en algún sitio de mi jerarquía de más alto y más bajo.

David: Literalmente es todo o nada. Si este conflicto de control está de verdad arraigado en la creencia en la separación, y la creencia en la separación es lo que parece mantener todo este mundo de ilusión, entonces para llegar al final de este problema de autoridad o conflicto de control, hay que cuestionar el mundo entero. Mientras crea que puedo hacerme a mí mismo, mientras crea que este circo de imágenes es mío para que yo elija, estoy negando que mi única alternativa real sea aceptar mi realidad como Espíritu. Ahí es donde va a parecer que los conflictos de control surgen una y otra vez. Va a parecer que el problema sigue apareciendo. No se trata de ningún conflicto de control concreto, sean las finanzas, las relaciones o el gobierno. No se trata del sistema, no se trata de nada de lo que parecía tratarse. Se trata de que yo creo que puedo hacerme a mí mismo, en vez de aceptar mi realidad tal como fui creado.

Participante: Y tampoco se trata de evitar el sistema ni decir: No voy a lidiar con nada de eso de ahí fuera. Cuando hablaba con un amigo durante la comida de hoy, salió el tema de que uno siempre ve lo que cree. De manera que si uno mira con los ojos del cuerpo y escucha con los oídos del cuerpo, se ve y se oye sólo lo que uno cree. No es que haya una demora, como si cambiases de ideas y unos pocos días, o unos pocos minutos después vieses el cambio correspondiente en la forma. Siempre estás mirando un mundo que representa lo que la mente cree, ¡y está chiflada! Jesús estaba diciendo que cuando uno está disgustado puede no parecer que, como en las lecciones 5, 6 y 7: "Nunca estoy disgustado por la razón que creo". Creo que estoy disgustado porque aquí todo va muy rápido. Creo que estoy disgustado porque los camareros le gritan a los cocineros y viceversa. Creo que estoy disgustado porque echan cosas en los platos, pero nunca estoy disgustado por la razón que creo. Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí. Eso lo pone en un contexto completamente nuevo. Estoy viendo un mundo que no existe. Eso disgusta.

David: Alucinar disgusta.

Participante: Y creerse las alucinaciones disgusta.

David: Esa es la parte que disgusta. No es nada concreto. La otra cara de la moneda sería: ¡Oh, cuánta paz tengo! Sentado aquí observando las olas ir y venir, escuchando cómo chocan con la orilla. Se puede, incluso, montar como: Esto es un ambiente mucho más pacífico que la salvaje escena del restaurante los sábados por la noche, pero se sigue viendo un mundo que no está ahí, y eso es lo que disgusta. Las lecciones siguen hasta llegar a: "Un mundo sin significado engendra temor". Ej-53.3 ¿Por qué engendra temor? Engendra temor porque no es de fiar. El mundo que se experimenta por medio de los cinco sentidos no es nada de fiar. Siempre parece estar cambiando, no tiene estabilidad. Parece caótico. Eso lo que le hace parecer temible, eso es lo que le hace parecer... Puedes rellenar el espacio en blanco con cualquier palabra derivada del miedo.

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