CUESTIONAR LA REALIDAD DE LAS DEUDAS Y LA RECIPROCIDAD
Del Libro de David Hoffmeister "Sosiega la Mente - De Regreso a Dios" (Unwind Your Mind - Back to God) - LIBRO III - Capítulo II
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.
David: La decisión de salir de deudas en el sentido mundano es una decisión tomada desde el instante profano. Hay que mirar de verdad el concepto de deuda, y empezar a entrar en el estado místico desde donde se ve que la idea de deuda es tan extraña como la idea de "justicia en este mundo". Al principio uno cree que hay equidad y justicia en el mundo, pero cuando uno profundiza en el Curso empieza a cuestionar los conceptos de equidad y justicia. Se empieza así también con las deudas y luego, al profundizar, se las empieza a ver como algo más bien raro. Hay que creer en las leyes de la economía para poder creer en las deudas. Hay que creer en los intercambios y la reciprocidad para poder creer en las deudas. No tendría sentido hablar de deudas si uno no creyese en las leyes de la economía, la reciprocidad y el intercambio.
La apariencia de que uno salda sus deudas en la forma es sólo el principio, un punto de apoyo para cruzar al otro lado. Hay que cuestionar las leyes de la economía, la reciprocidad y el intercambio. Tener las deudas saldadas está en la superficie, pero luego hay que hacer el verdadero trabajo: cuestionar la realidad de las deudas. [risa] Cuando cuestiones la realidad de las deudas y de la reciprocidad, te garantizo que regresarás a considerar la idea de ser una persona. Sabes que vas a regresar de nuevo a eso porque, con toda certeza, no hay ninguna deuda ni reciprocidad alguna en el Cielo. Ni siquiera en el mundo real hay ninguna deuda ni reciprocidad alguna, y para llegar al Cielo hay que pasar por el mundo real.
Parece sencillo, parece que seguimos hablando siempre de lo mismo, contemplándolo desde todos estos ángulos diferentes. Así es como parece ir el proceso hasta que uno puede dar el salto. El saldar las deudas y el tomar caminos separados que parecen tener lugar en las relaciones de este mundo, son sólo representaciones simbólicas en la pantalla de como la mente vuelve atrás, a seguir la pista de sus propios pasos. Todas las creencias falsas fabricadas por la mente están representadas en la experiencia aparente de ser una persona en el mundo, con deudas y obligaciones, responsabilidades y deberes. Así es como parece en la pantalla. Cuando uno empieza a seguirle el rastro a esas decisiones, puede parecer que la pantalla cambia, que las cosas se simplifican en la vida de uno, pero en realidad eso todavía son interpretaciones que se hacen en la pantalla.
Uno podría decir: Yo estoy completamente libre. No tengo a nadie que cuente conmigo en ninguna relación. Ya no tengo facturas que pagar. He despejado mis cosas. ¿Y dónde estás? ¿Has alcanzado el estado de iluminación sin llegar a entender que causa y efecto son simultáneos, que no existe el tiempo lineal, ni existe ninguna secuencia de los acontecimientos? Si aún haces juicios y crees que has abandonado todas estas cosas, entonces ¿dónde estás? Sigues estando en ninguna parte. Aún tienes la ilusión de estar en el mundo. Cuando hablamos de ocuparse de los asuntos y saldar las deudas en la pantallas, es sólo un símbolo de aflojar...
Participante: De dar marcha atrás.
David: Dar marcha atrás en la mente. Te conviene seguir el rastro de los pasos que parece que has dado, esos pasos que parecen hacerte creer que eres un cuerpo en el mundo. Y si a veces seguir ese rastro te parece doloroso, no dejes que te engañe esa voz. En la sección El concepto del yo frente al verdadero Ser,Jesús habla de la desazón que puede parecer formar parte del proceso:
La idea de un concepto del yo no tiene sentido, pues nadie aquí sabe cuál es el propósito de tal concepto, y, por lo tanto, no puede ni imaginarse lo que es. Todo aprendizaje que el mundo dirige, no obstante, comienza y finaliza con el solo propósito de que aprendas este concepto de ti mismo, de forma que elijas acatar las leyes de este mundo y nunca te aventures más allá de sus sendas ni te des cuenta de cómo te consideras a ti mismo. T-31.V.8
¡Necesitamos al Espíritu Santo!
Ahora el Espíritu Santo tiene que encontrar un modo de ayudarte a comprender que el concepto de ti mismo que has forjado tiene que ser des-hecho si es que has de gozar de paz interior. Y no se puede desaprender, excepto por medio de lecciones cuyo objetivo sea enseñarte que tú eres otra cosa. pues de lo contrario, se te estaría pidiendo que intercambiases lo que ahora crees por la pérdida total de tu ser, lo cual te infundiría aún mayor terror. Por tal razón, las lecciones del Espíritu Santo están diseñadas de manera que cada paso sea fácil, y aunque a veces puede producirse cierta incomodidad y angustia, ello no afecta lo que se ha aprendido, sino que constituye una reinterpretación de lo que parecen ser las pruebas a su favor. T-31.V.8-9
Mientras la mente crea en la separación verá pruebas de la separación. Lo que tiene que ser reinterpretado es el mundo que ves: "...constituye una reinterpretación de lo que parecen ser las pruebas a su favor".
La única salida de esta situación aparentemente aterradora es re-percibir el mundo, o reinterpretar la percepción del mundo de manera que la mente ya no busque pruebas del dolor, el sufrimiento y los daños, sino que busque otras pruebas, porque se aferra a otro propósito. Aunque pueda no ser cómodo, "ello no afecta lo que se ha aprendido, sino que constituye una re-interpretación[...]". La resistencia es sólo la idea de progreso que tiene el ego. Cuando parece que uno tiene dificultades con alguna de estas ideas, sólo es la interpretación del ego. El progreso y el crecimiento, por así decirlo, están ocurriendo. El movimiento se está produciendo, el movimiento del Reino, el movimiento de Cristo. No te alarmes, estás cumpliendo con tu horario, estás justo donde necesitas estar. No te quedes colgado de las interpretaciones de los acontecimientos que hace el ego.
Participante: Estoy justo donde necesito estar.