UNA INTERPRETACIÓN NUEVA - PARTE 4
CHARLA SOBRE EL GUIÓN Y EL TIEMPO LINEAL
Del Libro de David Hoffmeister "Unwind Your Mind - Back to God" - Capítulo III
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.
David: Estamos hablando de ir al propósito. ¡Se niega tanto el propósito! Suelo usar una analogía con un rascacielos, en la que el propósito es una luz que está en el sótano. Ése es el propósito del Espíritu Santo. ¡Está tan enterrado y tan oculto! Por eso hace falta un montón de práctica para soltar el interés que hemos puesto en ciertas cosas. Mientras tengamos expectativas, éstas nos ocultarán ese propósito.
Participante: Pero aún quiero dar marcha atrás y dejarle al otro la plaza de aparcamiento, porque aún estoy eligiendo la paz, ambos son pacíficos, aún estoy decidiendo.
Participante: Oigo lo que dices. ¿Hay una sensación de que si realmente estuvieras en paz sentirías que cuando te metes en una plaza de aparcamiento nadie se disgustaría por ello?
David: Nuestro amigo está señalando un punto clave. Es lo que el Libro de Ejercicios intenta enseñar a la mente: que no hay separación entre causa y efecto. En otras palabras, no hay cosas hipotéticas. Eso no le gusta al ego. Cuando empezamos con todos nuestros ejemplos, incluido el de las plazas de aparcamiento, nos estamos metiendo en el hipotético ¿y si...?.
Participante: Es el ego el que dice ¿y si...?.
David: Si lo tomásemos así, tendríamos que tener una fórmula, un libro gigantesco, un catálogo enorme o algo así –cuatro trillones ochocientos noventa y nueve millones de situaciones. Se puede ver que hay una cantidad inacabable de variantes. En realidad se queda en la sensación de sencillez de esta oración:
No tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará. T-2.V.
Esto es un principio: cuando llegue el momento seremos guiados. Pregúntate: "¿Cómo me siento en este mismo momento?" Siempre es útil monitorizar las reacciones y emociones propias justo en el momento. ¿Cómo te sientes ahora mismo?
Participante: Si soy guiado, ¿se me guía conforme a como está escrito el guión?
David: Te daré otra frase. El Curso dice:
No necesitas orientación alguna excepto a nivel mental. T-2.VI.3.
Ahí es donde la necesitas. Dicho de otra manera, los cuerpos no consiguen que se les guíe. Las mentes consiguen ser guiadas. Si de verdad estás abierto y dispuesto, serás guiado.
Participante: Cuando dices que el guión está escrito ¿quieres decir que el guión está escrito en el nivel mental?
David: En lo perceptible (la forma), todo ha ocurrido ya. "Escrito" es tiempo pasado. Jesús entra en ello desde el mismo ángulo cuando dice en las lecciones 5, 6 y 7 de Libro de Ejercicios: "Nunca estoy disgustado por la razón que creo", "Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí" y "Sólo veo el pasado". "Sólo veo el pasado" es otra manera de decir que el guión está escrito. Lo que percibe la mente cuando percibe cuerpos, aparcamientos, estrellas, aviones y alfombras, es todo pasado. Y la razón de que se disguste tanto con el pasado es porque cree que no ha terminado.
Participante: ¿Entonces "el guión está escrito" significa que sólo vemos el pasado?
David: Sí.
Participante: ¿Es eso lo que significa?
David: ¡Es eso!
Participante: ¡Lo pillé! [risas].
David: ¿Y cuándo está disponible la verdad? ¡Siempre está disponible ahora! Cuando te disgustas por lo que es pasado, es obvio que no crees que el pasado ya pasó. De lo contrario, ¿por qué te ibas a disgustar? En realidad, el Curso es simplemente el sendero para ayudarnos a ver que el pasado ya pasó. Vamos a dar un paso más, porque sólo hemos llegado a la lección 7. La lección 7 explica las siete primeras lecciones. Y la lección 8 es: "Mi mente está absorbida con pensamientos del pasado". Ahora estamos llegando al nivel mental. La única razón de que yo vea todas esas sombras de cosas en la forma, es porque tengo en la mente todos esos pensamientos oscuros que son como un proyector. La luz brilla y aquí están los pensamientos oscuros –el proyector–, y ahí, en la pantalla, están todas las formas. ¿Sabes lo que pasa si sueltas los pensamientos oscuros? ¡Luz! Tienes sólo luz pura porque no hay nada que la obstaculice. Ese es el escape. El escape es la lección 23: "Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque". Él recorre todo el camino de las primeras 22 lecciones para llegar a eso. Entonces, ¡de verdad que es sencillo! Todo lo que tengo que hacer ahora es ponerme en contacto con esos pensamientos de ataque y no tenerles miedo. Tengo que ser capaz de traerlos a la conciencia, mirarlos y verlos tal como son, un manojo de pensamientos al revés, y luego soltarlos. ¡Eso es lo que es la salvación! ¡Es así de sencillo!
Participante: Estuve viendo una serie de TV sobre el cerebro y la memoria. El neurocirujano señalaba un asunto interesante: sin memoria no hay sensación de yo, lo que creo que es delicioso porque en realidad eso es lo que intentamos hacer, desprendernos de esa sensación de yo que viene del ego. Sin ella sólo somos. Decían que la memoria es lo que nos hacer mirar atrás.
David: ¡Sí! Se suele asociar la palabra memoria con el pasado. Hay una sección del Curso llamada El recuerdo del presente, en la que Jesús dice que la memoria es una capacidad que desarrollaste después de la separación, pero dice que la puedes utilizar para recordar el presente. Esto es una reinterpretación de las asociaciones de la mente memoria/pasado y pasado/memoria.
¡Leer esa sección te ofrece un camino nuevo! El momento presente es revelador; es pura luz. No es perceptual. No tiene nada que ver con imágenes ni formas. La mente siente verdadero terror a recordar el presente. Por eso sigue intentando mantenerse en el pasado.
Participante: Cuando llegas al punto de poder ver o recordar el presente, ¿ves aún el guión?, ¿ves aún el pasado?
David: El presente es el instante santo, y en ese punto revelador, ni siquiera se percibe. Jesús los llama los Grandes Rayos, con “G” y “R” mayúsculas. Lo describe de otra manera en la sección No tengo que hacer nada. Dice: "No hay ni un solo instante en el que el cuerpo exista en absoluto. Es siempre algo que se recuerda o se prevé". T-18.VII.3. Dicho de otra manera, cuando piensas ¿cómo reaccionará fulano?, estás usando pensamientos que se proyectan en el futuro. Y cuando piensas en lo que pareció ocurrir en el pasado, la manera en que alguien reaccionó hacia ti, etc., ves que siempre se trata del pasado o del futuro. Pero el presente es pura luz; es literalmente una experiencia de revelación o el instante santo. No es ni siquiera perceptual en ese sentido.
Participante: No entiendo los recuerdos. Aquí es el presente cuando acaba de decir que es pasado. ¿Entonces para qué es la memoria?
David: El Espíritu Santo –la luz– está enterrado y hay capas oscuras, recuerdos del pasado apilados sobre él porque la mente tiene miedo a la luz. La luz es el presente. Nuestro portal a la eternidad es la luz del Espíritu Santo. Ese es un recuerdo que está enterrado muy, muy profundamente en la mente. Todo el mundo, todo el concepto del yo que la mente fabricó, fue hecho para olvidarse de esa luz. Por eso la mente tiene que dejar de juzgar completamente antes de que pueda recordar la luz.
La metáfora de pelar una cebolla aporta una especie de idea del proceso, pero todas las capas de la cebolla son la misma. El ego es como el tronco de un árbol. Aquí están las ramas del árbol. El ego y las ramas son idénticos, y hasta que veas que el tronco y las ramas son idénticos, puedes pasar por un montón de pensamientos-ramita como: Parece que tengo una creencia en el tiempo y el espacio, un concepto de tamaño, un concepto de cuerpos, etc. Esos son como todas las ramas principales, las otras ramas y las ramitas. Pero en el instante en que la mente puede ver que el hacedor de imágenes (el tronco) y las imágenes son idénticos, entonces el ego se desvanece.
El concepto del yo hace que parezca que estás apegado a un cuerpo, una plaza de aparcamiento, una persona o un trabajo. Esas son todas las ramas grandes y pequeñas. Pero la mente no quiere mirar a lo que hizo todas esas ramas. ¿Quién es este "yo" que está tan apegado a este cuerpo y tan apegado a diferentes personas y a todo? Al final tienes que volver al hacedor de imágenes. Puedes pasarte la vida contando las imágenes (cuatrocientos noventa y nueve mil millones). Parece que hay todas esas imágenes, pero al final tenemos que volver al hacedor de la imágenes. Y cuando la mente ve que las imágenes y su hacedor son lo mismo, ¿qué es lo que ve eso? Tiene que ser una mente muy clara, una mente que no se mantiene en el engaño de ninguna manera, una mente que ahora ha dado un paso atrás del hacedor de imágenes.
Participante: ¿Puede ver esto una mente parcialmente clara?
David: No estaría clara "parcialmente" en el instante en que ve. Se ve o no se ve.
Participante: Parece como si yo, por un instante, pudiera tener la mente clara y ver algo. Sigo intentando desenmarañar este asunto del ego, y me hace sentirme como un loco, pero cuando puedo acordarme de que el Espíritu Santo está en mí y le puedo pedir que mire conmigo lo que está pasando en este instante, de repente puedo sentir cómo entra la paz, pero no siempre me siento capaz de mantener esa claridad de ideas.
David: Hay una sección del Curso llamada La inminencia de la salvación. T-26.VIII. Si sigues la manera de pensar de Jesús en esa sección, tiene muchísimo sentido. Él pregunta por qué iba Dios a poner la salvación en el futuro. Si te paras a pensarlo, eso es lo que la mente engañada cree en este mundo: Vale, ahora me leo este Curso y, si lo hago bastante y de verdad lo practico bastante, entonces como resultado de un proceso (en el futuro) conseguiré la salvación (o la mente totalmente clara). ¿Por qué iba Dios a poner la salvación en el futuro? ¿No sería cruel? Si Dios te dio la salvación ¿no la habrá puesto en el presente en lugar de en el futuro? ¿No sería cruel por parte de Dios ofrecerte la zanahoria y decir "Ja, ja, la conseguirás dentro de un milenio"?
Participante: Vale, nosotros hacemos ese futuro. Es obvio que la salvación tiene que ser ahora. El problema es aceptarla. Ese es el único problema que tengo.
David: El tiempo es una proyección del ego; es un invento. Pero no siempre es útil decir que sólo es una ilusión, en el sentido de que podrías utilizar eso como una especie de negación de tu realidad mientras aún crees que estás en el tiempo. El Curso nos ofrece un trampolín para darnos cuenta de que el tiempo es sólo una ilusión. Hace lo mismo que hace con todo, con el cuerpo, las relaciones y todo lo demás: Dice: Vale, hiciste el tiempo. ¡El Espíritu Santo también sabe usar el tiempo! Sabe usar todo lo que tú hiciste. Hiciste un mundo. ¡Él sabe usarlo para guiarte fuera de él! Hiciste cuerpos. ¡Él sabe usarlos! ¿Cómo usan el tiempo el Espíritu Santo y el ego? Al ego le conviene fomentar la visión lineal del tiempo. El Espíritu Santo nos enseña que no hay más que un tiempo: ¡Ahora! Y el ego dice: No, ahí está el pasado, aquí está el presente, y allí el futuro.
Es realmente útil mirar la totalidad de lo que el ego dice acerca del tiempo, que es básicamente que eras culpable en el pasado. Eres un cuerpo. Mira todas las cosas de tu vida que no hiciste y deberías haber hecho, y mira todas las que has hecho y no deberías haber hecho. Mira todas esas cosas de las que te sientes culpable ahí detrás. Lo que dice el ego es básicamente: La tienes hecha, eras culpable en el pasado, de eso no hay duda. Y el presente es sólo el portal del futuro. Has sido culpable en el pasado, no puedes hacer nada con ello en el presente y vas a ser culpable en el futuro ¡El infierno! ¡El infierno te espera en el futuro! Un mundo temible te espera en el futuro. La idea lineal del tiempo del ego es, básicamente, que pagarás en el futuro por los pecados que cometiste en el pasado.
Es útil ver el papel que juegan el placer y el dolor en esto. Tanto el placer como el dolor refuerzan la idea de que el cuerpo es real. Ésta es la malintencionada trampa del placer, el ego pregunta: ¿No te gustó aquello? Recuerda aquella experiencia del pasado (lo que fuera que asociaste en tu mente con el placer, puede ser cualquier cosa). Piensa en un acontecimiento realmente placentero y dime, ¿no quieres repetirlo en el futuro? Así es como el ego hace que continúe el tiempo lineal. Tuviste placer en el pasado, y si haces tal y cual y esto y lo otro, lo puedes repetir en el futuro. Así es como continúa el tiempo lineal, la mente aún cree que hay algo valioso en el pasado que quiere perseguir y repetir en el futuro. Eso mantiene el tiempo lineal. Hemos hablado de que el placer y el dolor son las dos caras de una misma moneda: "Es imposible tratar de obtener placer a través del cuerpo y no hallar dolor". T-19.IV.
El ego no quiere que esa idea se traiga a la conciencia. Incluso podrías notar cierta resistencia empezando a aparecer ahora mismo, es por la importancia que tiene esa idea para la supervivencia del tiempo lineal, y al ego le importa mucho que la mente no vea la conexión. Es una de esas cosas que empiezas a ver mejor cuanto más profundo te metes. ¿Ha leído alguien en el Curso la expresión "atracción por la culpabilidad? T-19.IV. ¡Superficialmente, esto parece grotesco! ¿Atracción por la culpabilidad? ¿Por qué iba yo a querer ser atraído por la culpabilidad? ¡De la culpabilidad es de lo que quiero librarme! Y sin embargo, ¿por qué dedicó Jesús tantas páginas a hablar de ello? Porque cuando la mente se encuentra sumida en el engaño, se siente, de hecho, atraída por la culpabilidad. Quiere usarla para perpetuar el engaño. En este mundo, es la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Eso es lo que significa tener buen juicio, saber lo que es bueno y buscarlo y evitar las cosas dolorosas. Y lo que dice el Curso, básicamente es: Hijo mío, tienes la mente muy retorcida. Hay un montón de oscuridad en ella y ni siquiera sabes cuál es la diferencia entre los dos. Hay una cosa llamada gozo que no tiene nada que ver con lo físico, es completamente intrínseco; es como si brotase de dentro. Tu gozo viene de cumplir tu función, y cuando escuches al Espíritu Santo y seas útil de verdad, ¡sentirás un gozo tan intenso y tan indescriptible! Hacer la Voluntad del Padre es una felicidad que no se puede describir. Esas otras cosas que parecían hacerte feliz, esos trocitos de placer, esos pedacitos de cosas efímeras a los que te aferras en el mundo, desaparecerán de tu conciencia porque ese gozo se expandirá. Ahora ¡A por eso sí que puedo ir! Si sólo tomas la primera parte de la ecuación del placer y el dolor, dices Oye, ¿y para mí qué es lo que hay? Cuando dices gozo es lo que hay para mí, eso es hacia lo que vamos. Esa es la experiencia positiva.
Además, si crees que sabes de verdad lo que es el placer, si estás de verdad seguro de que lo has experimentado y tienes en mente algo que quieres repetir para traerlo de vuelta, hay privación durante el intervalo entre ahora y el momento en que puedas conseguirlo. A lo mejor te apetece beber y a lo mejor hay ciertas clases de bebidas, cerveza, o un refresco, en los que vas pensando según te diriges por la calle hacia el bar…
Participante: …se te hace la boca agua.
David: Sí, sólo de pensarlo. Hay una sensación de carencia hasta el Ahhh. Como en aquel antiguo anuncio de Fresca: Llena tus sentidos y luego hazlo volar. Se puede ver que hay una sensación de privación o de carencia hasta que se la sacia con alguna cosa externa.
Participante: Creo que lo más común de lo que podemos hablar es el sexo, usar el cuerpo para buscar el placer. O incluso comer caramelos, no es tan distinto. Me encantan los caramelos Red Hot [llevan chile picante y aroma de canela]. A veces me muerdo el labio. Todo lo que siento es dolor. Es un truco del ego: si siento dolor, no puedo estar en paz. Solía preguntarme por qué me daba golpes en un dedo y cosas así. ¿Qué tiene eso que ver con el sentirme separado de Dios? Tiene mucho que ver. Eso es parte de la cortina de humo del ego para mí. Si puedo sintonizar con la paz cuando me levanto por la mañana, esa es mi función durante el día. Si cojo un caramelo picante y me lo como, ya he perdido mi función. Es absurdo, pero no sintonizo con la paz mientras mi boca está masticando. Tengo que alejarme del cuerpo.
Participante: Eso es lo que yo veo, no importa si es placer, dolor, sexo o seguridad, todo es buscar, es proyectar y perseguir; sólo persigo mi propia zanahoria.
David: "No busques fuera de ti mismo". T-29.VII.1. Tienes todo el derecho a la felicidad, es tu herencia, pero no puedes buscarla en la pantalla. Está dentro de ti, es el Propósito del Espíritu Santo. Y sobre el placer y el dolor, hagámosle frente: en este mundo el dolor y el placer parecen ser muy diferentes. Como experiencias, parecen ser muy diferentes. Entonces ¿qué los unifica? Son dos cosas que comparten el mismo propósito; eso es lo que hace que sean lo mismo. ¿Qué propósito comparten el placer y el dolor? Ambos refuerzan al cuerpo como cosa real. Es lo mismo que estés extasiado comiendo algo que te encanta, o que estés padeciendo un dolor de cabeza palpitante. ¿Está Dios en tu conciencia en cualquiera de ambos extremos?