Es causa aquello que crea, el creador, tú, el plano mental (mundo interno). Es efecto todo lo creado, todo lo que se manifiesta en el plano físico de la experiencia (mundo exterior).

Mientras continuemos tratando de resolver nuestros problemas en el mundo de ahí fuera, continuaremos tratando los efectos en lugar de la causa, y por ende, buscando la solución donde no se encuentra…

No trates de solucionar los efectos. Dirige tus esfuerzos en la dirección de la sanación de la causa, QUE ERES TÚ, y como una consecuencia natural, los efectos habrán sanado también. Si tú eres abundancia, en tu vida no puede haber escasez; si tú eres bienestar, en tu vida no hay lugar para el dolor y la enfermedad; si tú eres Paz, tu mundo externo no puede reflejar otra cosa distinta…

Cuando tratas de resolver los problemas externos desde el mundo externo, estás cayendo en la falsa creencia de que lo que ves ahí fuera es real, CUANDO NO LO ES. Mientras la causa, o sea TU (mundo interno), no esté sanada, de nada servirán tus esfuerzos por que el mundo de ahí fuera (efectos) sea distinto.

Cada uno de nosotros estamos recreando nuestro sueño particular dentro de un sueño mayor; el sueño colectivo de que este mundo es real.

Estamos soñando. Puede parecernos un sueño más o menos agradable, o resultarnos totalmente desalentador e indeseable, pero en cualquier caso, es siempre un sueño. Nada de lo que perciben nuestros ojos físicos es real, no es verdad excepto para la mente que los está proyectando, y siendo como son sueños aislados, nacidos del pensamiento separado de Dios, no son nada: en ellos no estamos reflejando nuestra verdadera identidad, nuestra auténtica naturaleza.

A través de las decisiones que tomas, puedes pretender escapar de tus problemas, y así te lo puede parecer por un tiempo; puede parecerte que les “has dado esquinazo”, pero el problema continúa encontrándose dentro de ti, el problema no ha sido deshecho, de modo que tan sólo está esperando una ocasión más propicia para presentarse de nuevo.

Dentro del sueño tenemos la oportunidad de salir de él, de escapar, de despertar como hicieron Buda, Jesús y tantos otros Maestros.

Cada situación que se te presenta, y que te provoca cierto grado de molestia, grande o pequeña, es una maravillosa oportunidad para perdonar. Perdonar desde el reconocimiento de que NO ES REAL, SINO SOLAMENTE UNA PROYECCIÓN DE ESA PARTE DE TU MENTE QUE ES EGO;  perdonar desde la comprensión de que no hay nada que perdonar, puesto que no hay pecado ni pecador, nada que perdonar, pues si no hay culpa ¿cómo va a haber un culpable?.

Y cuando tú cambias (causa), el mundo de ahí fuera cambia contigo (efecto)…

Todas las situaciones SON VALIOSÍSIMAS OPORTUNIDADES DE RECORDAR QUIENES SOMOS A TRAVÉS DEL PERDÓN, Y SÓLO EL PERDÓN NOS CONDUCIRÁ DE VUELTA A NUESTRO VERDADERO HOGAR, y mientras estemos aquí, al menos lograremos que el nuestro, sea un sueño feliz.

A menudo percibimos nuestra vida como “una carrera de obstáculos”. Ello se debe  a que frecuentemente optamos por el camino de mayor resistencia. En vez de aceptar lo que recibimos, en vez de andar por el camino que la propia vida nos sugiere, renunciamos a ello en pos de un sueño más grande, uno más lejano, y que creemos será mejor para nosotros.

¿Pides al Espíritu Santo que te ofrezca sólo aquello que te ayude a recordar Quién Eres?. Si lo estás haciendo, es porque tú no sabes qué es lo que más te conviene, y si tú no sabes qué es lo que más te conviene desde el punto de vista del Espíritu, tampoco sabes cuál es el propósito de nada.

Seguramente has leído mucho sobre la ley de atracción, y te has creído, como también lo creí yo, que todos nuestros deseos egóicos están aquí para satisfacerse. ¡Ten cuidado!... párate un momento, y decide de una vez por todas a qué mundo deseas pertenecer: AL MUNDO DEL EGO o AL MUNDO DEL ESPÍRITU… no puedes servir a dos amos… ¿quieres seguir viviendo dentro del sueño, o prefieres volver a Casa con tu Padre?... no persigas ilusiones que te aten más al mundo de la ilusión, persigue solamente la verdad que te liberará de él.

Observa por un momento las decisiones que tomas. Cuando te decantas en una u otra dirección, lo haces en base a lo que consideras resultará más beneficioso para ti,  ¿beneficioso para ti desde el punto de vista del ego, o beneficioso para ti desde el punto de vista del espíritu? Constantemente se te están presentando oportunidades de recordar Quién Eres, oportunidades donde practicar el perdón (cada disgusto o desagrado con que tropiezas es una oportunidad), oportunidades de despejar uno a uno los muchos obstáculos que has interpuesto al AMOR, ¿por qué las rechazas?, ¿Porque tu ego ha decidido que tu felicidad no se encuentra ahí?. Tú no sabes dónde se encuentra tu felicidad, y mientras creas que está fuera de ti, seguirás jugando el juego del ego de buscar donde jamás podrás encontrar (ésta es su máxima).  Mientras sigas pensando que lo que te hará feliz será hacer tal o cual cosa, tener esto o aquello, ir aquí o allá, CONTINUARÁS CON TU PARTICULAR CARRERA DE OBSTÁCULOS.

La Voluntad de Dios es una: QUE VOLVAMOS CUANTO ANTES JUNTO A ÉL, A SU AMOR, A SU PAZ, A SU SEGURIDAD.

La Voluntad del ego es una también: que nos quedemos donde estamos, buscando, buscando sin jamás encontrar, pues lo único que le interesa es su propia supervivencia, QUE NO LA TUYA.

El Plan de Dios para nuestra vuelta a Casa es uno: QUE PERDONEMOS, QUE DESPEJEMOS LOS OBSTÁCULOS. QUE DESPERTEMOS DEL SUEÑO ENTENDIENDO QUE SÓLO ES UN SUEÑO, Y DESPERTAR SÓLO ES POSIBLE A TRAVÉS DEL PERDÓN, MEDIANTE LA TOTAL IDENTIFICACIÓN CON LO ÚNICO QUE REALMENTE SOMOS.

El Plan del ego, es uno también: Que sigas creyendo en todo lo que tus ojos físicos ven. Y lo intentará por activa y por pasiva. Y tratará de convencerte de millones de formas distintas: la enfermedad, la falta de dinero, la injusticia, la desigualdad, el dolor, la pérdida… Y tratará de convencerte de que es posible encontrar la felicidad en este mundo de sueños. Y te dirá que cuando tengas más dinero serás feliz, y te dirá que cuando aquel ser querido, que está enfermo, sane de su “enfermedad”, tú podrás ser feliz. También lo intentará con una casa mejor, o un lugar mejor donde vivir, o un trabajo distinto. Y TODO ES MENTIRA, NO ES MÁS QUE UNA TRAMPA. No lo conseguirás por ese camino, pues después de un deseo, aparecerá el siguiente, y otro, y otro más, y continuarás yendo de aquí para allá, sin comprender que no hay nada que debas ser, ni nada que debas tener, ni nada que debas hacer EXCEPTO VOLVER JUNTO A TU PADRE CUANTO ANTES, donde eres todo, donde todo lo tienes ya, y donde Él se ocupa de todo por ti.

Y si permites que el Espíritu Santo guíe tus pasos (eso quiere decir que te haces a un lado, y vas donde Él te lleve), tu camino será en línea recta hacia la morada de Dios.