¿POR QUÉ ES IMPORTANTE DESHACER EL EGO?

 

Por Anna Horno

Es el ego el que nos mantiene atrapados en el sueño de este mundo, atrapados en el universo de la dualidad, del sufrimiento, de la culpabilidad, del desamor, de los ciclos de vida y muerte…

El ego, entendido como un pensamiento equivocado, un pensamiento que no tuvo su origen en el Amor de Dios, y no es, por tanto, compartido por Él. Es el velo que cubre nuestra verdadera identidad y nos mantiene ajenos a nuestra realidad espiritual en el universo sin formas.

Puede parecernos que la que estamos experimentando ahora es una vida más o menos tranquila, más o menos placentera. Puede parecernos que en realidad no hay necesidad de despertar del sueño, puesto que el sueño nos resulta agradable. Pero recuerda que ésta, es sólo una pequeña parte del sueño, y que el sueño, está compuesto en su mayoría por lo que a los ojos del cuerpo son “problemas”.

Siendo así, puedes estar completamente seguro de que los “problemas” aparecerán en algún momento, y entonces, sí habrá necesidad de deshacer todas esas falsas ideas acerca de nosotros mismos y de los demás, que tanto sufrimiento nos causan, de modo que ¿por qué no adelantarnos a lo que inevitablemente ha de acontecer?, ¿por qué no comenzar ya con el proceso de deshacimiento del ego?, de este modo, cuando los “problemas” lleguen, tú estarás preparado para afrontarlos, preparado para percibirlos de un modo distinto, preparado para, a través del perdón, sanar tu mente de la culpa inconsciente, que es la única razón por la que tú percibes este mundo como único y real, y también el único motivo por el que crees estar aquí.

Existes tú en la unidad, en el perfecto amor y en la paz y la dicha absolutas. Existe tú como espíritu, como el Cristo, el Hijo Único de Dios, pero en tanto decidas “servir” al ego, tu realidad eterna e inmortal, se mantendrá fuera de tu conciencia… no puedes servir a dos amos, de igual modo que no puedes estar dormido y despierto a la vez… tú decides si continúas depositando tu lealtad en el mundo del ego, o si prefieres retornar a tu realidad en Dios. En el primero vives aprisionado en las limitaciones del cuerpo, el tiempo y el espacio, mientras que en el segundo, experimentas continuamente el gozo y la paz que proceden de saberse Uno en el Amor del Padre.