LA PREOCUPACIÓN POR EL CUERPO

 

Libera Tu Ser - David Hoffmeister "LA PREOCUPACIÓN POR EL CUERPO"



Del Libro de David Hoffmeister "Sosiega la Mente - De Regreso a Dios" (Unwind Your Mind - Back to God) - LIBRO II - Capítulo II
Traducido al castellano por Juan Illan Gómez.

 

Participante: Mientras hacía unos recados, sintiéndome con náuseas y desconectada de la Fuente, observé mi mente. Me di cuenta de que estaba brotando un montón de miedo en relación con la seguridad de mi amiga, que iba a salir de viaje en auto-stop. Me di cuenta de la cantidad de asuntos relacionados con el cuerpo que sigo teniendo. Me di cuenta de cuánto miedo tengo a dejar que esas cosas salgan a la superficie y entregárselas al Espíritu Santo sencillamente. Me siento culpable y me siento sin valía. Con el viaje de mi amiga me di cuenta de que las cosas siguieron brotando todo el fin de semana, y yo sólo me mantuve viéndola tener un encuentro santo. Pero hay algo más profundo que está saliendo a relucir y ni siquiera tengo la certeza de qué es. Pero estoy dispuesta a entrar en ello y a sanarlo.

David: Entonces, ¿de alguna manera sentiste preocupación por su seguridad?

Participante: Básicamente fue eso. Intenté mirar mi pasado a ver qué era lo que esto tocaba en mí. Obviamente hay algunos pensamientos sobre estar de verdad abierta y vulnerable con Dios, que me hacen sentir sin certeza ni seguridad sobre ello.

David: Me está viniendo a la mente una frase de la lección 48 del Libro de Ejercicios: "No hay nada que temer". En verdad –en la realidad– no hay nada que temer, pero esto no es verdad para los que creen en las ilusiones. Mientras uno cree en las ilusiones, uno tiene necesidad de tener miedo debido a la manera en que uno ha definido la realidad y se ha definido a sí mismo. Es interesante seguirle el rastro a todo ese concepto de vulnerabilidad y riesgo. A menudo se dice que el viaje espiritual requiere vulnerabilidad para poder ver lo que hay dentro. Eso es sólo lo que le parece al ego. La interpretación que hace el ego de mirar las creencias que hay en mi mente, es que se trata de una empresa de alto riesgo y vulnerabilidad. Es natural que tenga que percibirlo así, pues sabe que si este proceso continúa, tendrá, por así decirlo, que cerrar el negocio. A través de la lente del ego se tiene que percibir así. Aunque sea otro el que esté dando los pasos, todavía puede requerir un acto de confianza. Si tu amiga está abriéndose realmente a la Guía del Espíritu Santo y parece que deja que se lleve el viento las medidas de protección y seguridad, visto a través de la lente del ego, se tiene que percibir como una amenaza. ¡Si otra puede hacerlo, significa que yo puedo hacerlo! ¡Ay Dios mío! No sé si soy capaz de hacer esto.

En el sistema del ego hay una creencia básica en que la oscuridad tiene la capacidad de ocultar. Una de las primeras cosas por las que atraviesa el maestro de Dios es la idea de que la oscuridad no tiene el poder de ocultar. Esto se puede experimentar como algo doloroso. Puede incluso alargarse en el tiempo y retrasarse cuando la mente está todavía dándole vueltas al asunto de si la oscuridad puede ocultar o no. Pero una vez que eso se transciende, la mente llega a un sitio donde empieza a ver que aunque pudiese, ¿para qué iba a querer ocultarle nada a Dios? Ahí es donde empieza a venir la facilidad y comienza a sentir cada vez más seguridad. Nuestras sesiones de esta semana me han demostrado lo fuerte que es vuestro compromiso. Estáis mirando a todo tipo de pensamientos que han surgido. Cuando se hace semejante esfuerzo coordinado, y se tiene la disposición a no saber,y a sólo compartir lo que se está pensando y a mirarlo, eso es muy amenazador para el ego. Muchas veces puede incluso parecer que hay una reacción violenta.

Participante: Tuve que ir al dentista para un raspado de encías y salió todo este asunto del cuerpo. No es un sitio adonde yo realmente quiera mirar, porque mientras estoy centrada en ello es muy difícil centrarme en el Espíritu y la Unicidad. Así que estoy intentando soltar eso y mientras tanto tengo que ir a esta cirugía de las encías. No estoy en absoluto preparada para cancelar todas las citas, tengo demasiado miedo de que aún le esté pasando algo al cuerpo. Todavía siento que lo voy a superar pero quiero estar sin defensas contra las enfermeras tanto como sea posible, porque tengo mucho miedo. Verdaderamente necesito mirar la idea de enfermedad, porque hay una parte de mí que ve que si puedo soltar la sensación de que el cuerpo es real, entonces puedo soltar todo esto, pero aún no estoy preparada para soltarlo.

David: Entonces sanar se asocia con una pérdida de ser.

Participante: Sería la pérdida del cuerpo.

David: Que forma parte del ser tal como el ego lo ha construido, de manera que en este sentido, se tiene miedo a sanar si se percibe así. No es sorprendente que, con tus antecedentes de enfermería, medicina y promoción de la salud, la mente reciba lecciones en el área y con los símbolos con los que está familiarizada. Cuando tenemos una lección por aprender la vamos a aprender de una manera en que la mente pueda captarla. No es accidental que parezca que tienes todas esas citas médicas haciendo cola, y que parezca que has estado trabajando en el campo médico. Todo está culminando porque tenemos que captar de verdad el contraste entre mente y cuerpo, y todo esto te ofrece una manera muy directa de hacerlo. Ahí dentro hay una preocupación por los cuerpos. Viene a la mente el principio de la lección 135. Viene antes de la lección 136, que es: "La enfermedad es una defensa contra la verdad".

Es un buen trampolín empezar a captar qué es esta cosa que te preocupa tanto. ¿Qué es lo que estás defendiendo? Sería bueno empezar a seguirle el rastro, darle un vistazo a lo que está pasando a un nivel más profundo, más allá de todas esas preocupaciones superficiales. Se trate de medicaciones, o de cerrar con llave las puertas, o de tomar medidas de seguridad cuando se transporta cuerpos de un sitio a otro, todo eso no son más que maneras de hacer magia.

Cuando la mente está demasiado atemorizada, una mezcla de magia y milagros puede ser útil para reducir el miedo. Jesús habla de eso en la sección del Manual para el Maestro titulada ¿Cómo se logra la curación? Dice que la mente del paciente puede decir: "No tengo ninguna necesidad de esto" M-5.II.2, y  sencillamente levantarse sin ayuda del médico. O puede ser que "agentes especiales parecen atenderle", lo que puede ser, por ejemplo, las citas con el doctor. Se puede ver a médicos y enfermeras como agentes especiales que parecen atender al paciente aún desde fuera de la mente en apariencia pero esto, por así decirlo, sólo es una forma que la mente puede manejar. Es una interpretación de manera que la mente pueda ver que la curación puede tener lugar. Parece que se alarga en el tiempo, aún hay miedo a la curación instantánea. A través de la lente del ego la curación instantánea es temible debido a todo lo que el ego tendría que abandonar. El ego pregunta: ¿Qué va a desaparecer de mí? ¿Qué es lo que voy a perder si sano? Y entonces parece que esto se representa más bien en el tiempo lineal.

Utilicemos la lección 135:

Si me defiendo he sido atacado. ¿Quién se defendería a sí mismo a menos que creyese que ha sido atacado, que el ataque es real y que defendiéndose es cómo puede salvarse? En esto radica la insensatez de las defensas, las cuales otorgan absoluta realidad a las ilusiones y luego intentan lidiar con ellas como si fuesen reales. Ej-135.

Cada vez que hablamos de cosas como viajar con seguridad de un sitio a otro, se deduce que creemos que son problemas reales, asuntos reales con los que tengo que lidiar y, por lo tanto, es por eso por lo que tengo esas citas con el médico y todas esas cosas. En cierto sentido hay que dar marcha atrás lo suficiente para poder dar un buen vistazo a la manera en que le estamos otorgando total realidad a las ilusiones. Incluso si utilizas el pensamiento: Bueno, es en esto en lo que estoy ahora -se trate de la nutrición, o de síntomas del cuerpo, o de lo que sea- cuando dices que en realidad así es como es el problema, lo has definido como un problema que está en el mundo. Eso es otorgarle total realidad a las ilusiones, y entonces ¿qué más hay que hacer? ¿Qué haría una persona madura sino defenderse y tomar medidas para aliviar los problemas? Eso es definir el problema de una manera que lo hace irresoluble. Sólo hay un problema que sólo tiene una solución, y ambos -problema y solución- están en la mente. El problema está en definir que el asunto está ahí fuera, en términos lineales y en el mundo de las formas. Da igual que sea un problema de las encías o de tener una deuda grande y querer pagarla en su integridad. Se puede ver como ambas cosas son definir el problema. Alguien no tiene su dinero y yo tengo que devolvérselo. Eso es definirlo en términos concretos. Y con las encías, me ha diagnosticado el dentista, y los médicos lo han mirado, y me han venido estas complicaciones. Eso es definirlo ahí fuera en el mundo y con una forma. O incluso con el ejemplo del miedo por la seguridad de una amiga, miedo de que le pueda ocurrir algo a un cuerpo que es demasiado confiado y abierto. Otra vez eso es definir el problema como si estuviera ahí fuera. Esto nos proporciona tres formas concretas muy diferentes. Empezamos a ver que cuando definimos un problema como si estuviera en el mundo, lo hacemos real. Hago reales las ilusiones y luego cualquier cosa que haga para intentar lidiar con ellas va a ser a la defensiva. Tenemos que ir más profundo, darle un vistazo a si el problema es lo que creemos que es.

Ello no hace sino añadir más ilusiones, a las ilusiones, haciendo así que la corrección sea doblemente difícil. Y esto es lo que haces cuando tratas de planear el futuro, reactivar el pasado u organizar el presente de acuerdo con tus deseos. Ej-135.1.

Esta semana mi amiga y yo entramos en algunos de los pequeños detalles del desorden en la casa, como huellas de los dedos en un espejo o restos de café molido sobre el mostrador de la cocina. Esto ajusta en la última categoría: organizar el presente de acuerdo con tus deseos. La mente puede pensar que insistir en que las cosas de la pantalla tengan que ser de una manera determinada, como si eso fuera a aportar orden a una vida y a una mente caóticas, es una buena defensa contra el Espíritu. Se puede ver que la última frase "Y esto es lo que haces cuando tratas de planear el futuro, reactivar el pasado u organizar el presente de acuerdo con tus deseos", verdaderamente abarca muchas cosas.

Actúas basándote en la creencia de que tienes que protegerte de lo que está ocurriendo porque ello encierra una amenaza para ti. Sentirte amenazado es el reconocimiento de una debilidad inhe­rente; es asimismo, la creencia de que hay un peligro que tiene el poder de incitarte a que busques una defensa apropiada. El mundo está basado en esta creencia demente. Y todas sus estruc­turas, pensamientos y dudas, sus castigos y su pesado arma­mento, sus definiciones legales y sus códigos, su ética, sus líderes y sus dioses, no hacen sino perpetuar esta sensación de amenaza. Pues nadie andaría por el mundo cargando con una pesada armadura si no fuese porque el terror le encoge el corazón. Ej-135.2.

Hay mucho en ese párrafo. Jesús recita de un tirón todo sobre la manera en que se ha construido el mundo con todas sus definiciones legales y sus códigos. Toda la profesión médica con la que te has familiarizado por medio de tu formación, forma parte de la defensa: la idea de que hay una amenaza real y de que todos esos procedimientos sirven para reducir la amenaza.

Participante: Incluso la idea de medicina holística o alternativa sería lo mismo.

David: Sí. Esto es radical, pero ¿no está bien empezar a llegar realmente al fondo de las cosas? Puede parecer amenazador, algo así como: ¡Ay Dios mío, qué voy a tener que cuestionar para llegar al fondo de las cosas! Pero por otra parte ¡Aleluya, ya he estado dándole bastantes vueltas a la noria! Es hora de ir de verdad al fondo de las cosas. Estuve mirando un libro titulado Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo. La mente es intemporal, pero todo ese asunto de que el cuerpo no tiene edad ¡no, no, no! Estuvimos hablando de expandir la duración de la vida, cuando la definición de vida aún se vería dentro del cuerpo y la longevidad parece ser alargarla. Miremos esto. Es juego limpio poner sobre la mesa cualquier cosa que surja porque nos importa ser de verdad exhaustivos en nuestra mirada a esto.

Las defensas son atemorizantes. Surgen del miedo, el cual se intensifica con cada defensa adicional. Crees que te ofrecen segu­ridad. Sin embargo, lo que hacen es proclamar que el miedo es real y que el terror está justificado. ¿No te parece extraño que al elaborar planes para reforzar tu armadura y afianzar tus cerrojos todavía más, jamás te detienes a pensar qué es lo que estás defen­diendo, cómo lo estás defendiendo y contra qué? Ej-135.3.

Eso es lo que hace falta cuando a veces la mente parece ir y volver una vez tras otra a sus maniobras defensivas: pararse en un momento de reflexión. Puede parecer temible porque puede parecer una bola de cera demasiado grande. Jesús me pide que mire a todas las creencias que mantengo en mi mente. A veces parece más fácil limitarse a repasar algunas de las defensas y preparaciones como siempre he hecho. Ya sabes, has pasado ya por ello. Eso puede ser el ego diciendo: Ya has hecho esto antes ¡adelante! Pero el punto de la liberación viene de pararse a hacer lo que estamos haciendo ahora: darle un buen vistazo. Él nos plantea una petición de que nos paremos preguntarnos qué es lo que defendemos, cómo lo defendemos y contra qué. Ahí vamos:

Examinemos en primer lugar qué es lo que defiendes. Debe ser algo muy débil y vulnerable. Algo que es presa fácil, incapaz de protegerse a sí mismo y que, por lo tanto, necesita que tú lo defiendas. ¿Qué otra cosa sino el cuerpo adolece de tal fragili­dad que para proteger su insignificante vida es necesario pres­tarle un constante cuidado y preocuparse en gran manera por su bienestar? ¿Qué otra cosa sino el cuerpo flaquea y es incapaz de ser el digno anfitrión del Hijo de Dios? Ej-135.4.

Participante: Vale, lo que me está viniendo a la mente es que estuve leyendo sobre un asesino en serie al que iban a ejecutar. Tengo un hijo de quince años, de manera que cuando leo esto hay un montón de sitios en los que necesito pararme. Donde me vuelvo débil es con la idea de que mi hijo podría estar haciendo auto-stop y un asesino en serie podría recogerlo y asesinarlo de una manera espantosa. Así que tengo que ir al hecho de que los cuerpos no son reales, pero sólo de pensar en eso... Lo que estoy defendiendo es que creo que esto tiene mucha realidad.

David: Sólo la idea de dejarlo entrar a la consciencia da mucho miedo.

Participante: Mucho, y sencillamente soltarlo también parece temible. Incluso he pensado que este cuerpo necesita que yo lo cuide, y si no lo hago se va a caer a trozos. Inmediatamente pienso en todas las veces que mi mente no estaba en mi cuerpo y nunca le ocurrió ningún síntoma porque mi mente no estaba centrada en los síntomas, no estaba centrada en el cuerpo. Esto es algo grande porque esto es lo que me está ocurriendo ahora mismo con el cuerpo, el auto-stop y todo este asunto. Me cuesta mucho soltarlo. Puedo ver la libertad que hay en soltarlo, pero ahora mismo no tengo eso.

Sin embargo la otra noche le dije a mi amiga: "¡No puedes decirme que no soy un cuerpo!" Y ella me dijo: "Yo no quedarme sentada aquí a alinearme con ese pensamiento tuyo". Le pregunté: "Si yo no soy un cuerpo ¿qué es lo que soy? Ella dijo: "Amiga mía, eres una mente" Eso realmente me encajó. Siento que hizo posible un gran cambio. El Espíritu Santo estaba funcionando esa noche, seguro. He oído decir eso tantísimas veces y entonces de repente fue algo así como un ¡Ah, claro!

David: Sí, la idea que sigue viniendo a la mente es lo útil que es juntarnos y hablar de nuestras percepciones, creencias y pensamientos. Las mentes tienen creencias, percepciones, y pensamientos. Cuando les seguimos la pista continuamente, tiene que llegar el momento de una transformación de la experiencia, una sensación de soltarse y aligerarse de ello. Se puede hablar de mente recta y de mente errónea: desde la perspectiva de la mente errónea el cuerpo es la realidad y los cuerpos tienen mentes privadas. Cada cuerpo tiene una mente privada asociada a él y una perspectiva de la mente errónea "más elevada" es cuando uno se mete en todo ese asunto de almas, cuerpo/mente/espíritu y otro montón de mezcolanzas que todavía pertenecen a la mente errónea.

Realmente tenemos que llevar esto por encima del campo de batalla, que es donde está la mente recta; ella sabe sin la menor duda que yo soy Mente y que todas esas imágenes, proyecciones, conceptos falsos y creencias no son lo que yo soy. Desde ahí arriba tiene buena vista, encaramada arriba desde donde puede ver la mente errada, el mundo entero y el cosmos. Y cada cosa que hacemos es un intento de aclararnos cada vez más. Si tienes antecedentes de enfermería, vas a necesitar ver que todo este asunto del cuerpo, la neurología, el cerebro y todas esas cosas que suelen verse como sabiduría convencional no son sabiduría en absoluto. Hace falta mirar desde una perspectiva más alta para empezar a ver que es una falacia. Eso es un gran salto. Sencillamente sigue así.

Participante: Otro asunto del cuerpo que salió a relucir este fin de semana fue la idea del aborto. He visto el bebé en el monitor y he pensado: Eso de ahí dentro es un cuerpo, puedo verlo formándose. Este asunto del cuerpo me está tocando de verdad. Desorienta un poco, nada tiene sentido. De hecho, mi cuerpo se está cayendo a trozos, lo cual me desorienta completamente. Mi marido y yo estuvimos hablando de trabajo y yo dije: "Ahora mismo nadie me contrataría". No sería capaz de terminar ninguna tarea. Ni siquiera soy capaz de pensar en trabajar.

Otra causa de mucho miedo es la educación de mi hija. El otro día había todo un lío en el periódico con que el coste de la educación ha subido el 9,4%. No he soltado eso. Creo que es muy importante que ella tenga una educación; lo que me da miedo es que si me dedico a enseñar Un curso de milagros y no gano dinero, voy a dejar tirado a todo el mundo. Ahí es donde estoy. Todo esto está saliendo a relucir. Ahora mismo está haciendo estragos.

David: El Curso vuelve una vez tras otra a la percepción, dice que tu percepción está retorcida. Lo que concibes como un futuro bueno y una buena educación, una buena manera de crecer para tus hijos, para otros niños... Todo eso es un montaje. Al principio haz sencillamente lo que puedas para llevarlo de vuelta a esa idea única de que se trata de un problema perceptual. Puede parecer algo traído por los pelos el preguntarse cómo va a pagar los gastos de la facultad de tu hija una solución de tu problema perceptual.

Recuerdo a tu hijo preguntándote: "Mamá, ¿tengo que ir a la facultad o puedo estudiar sólo Un curso de milagros?" Eso es un giro diferente con toda certeza. El tema es que hay algo más profundo que puede no ajustarse a la estructura con que la sociedad y el mundo están construidos.

Participante: La idea de planear el futuro es muy inquietante para mí ahora mismo, en términos de carrera profesional. Acabo de terminar la licenciatura, pero ¿qué voy a hacer con ella? ¿Va siquiera a tener algún sentido? Entonces me encuentro recayendo en la trampa del mundo, de que he llegado hasta aquí con los estudios, de que todo el mundo cree que esto es necesario y mis chiquillos tienen necesidades; pero se trata de un asunto de confianza: una vez más tengo que volver a sentirme en la fortaleza de Cristo en lugar de en la debilidad del ego, porque la debilidad del ego puede hacer que me sienta realmente muy vulnerable.

David: Hubo un caballero en un retiro que bebía antes de estudiar el Curso. Dijo: "Ahora mi consolador es el Curso en lugar del alcohol". Pero fue también el mismo caballero quien dijo: "Si Jesús viviese hoy no sé si podría conseguir salir con alguien. Quiero decir que camina por ahí hablando del Reino de los Cielos y diciendo que hay que dejar atrás todo y seguirlo. ¡No sé cuántos tíos podrían conseguir una cita con esa historia! ¡Hasta les dijo a sus apóstoles que dejasen sus empleos y no trabajasen!"

Seguiremos yendo a los principios metafísicos, que son la base de todo esto, pero hasta que la mente se suelte lo suficiente para poder dejar entrar algunas de estas cosas, necesita símbolos; por eso yo recomendaría leer El libro de Urantia, Parte IV. Jesús pasa por un período de formación y continúa cuestionando cosas mientras sigue comprometido con lo que parece ser su familia. Se describe como ayuda a cuidar de los niños –sus hermanos y hermanas pequeños– enseñándolos, sin abdicar de sus   responsabilidades. Además, cuando va más allá hasta dejar a la familia, parece que los prepara para su marcha. Luego llama a los apóstoles. Algunos de ellos están casados: Tomás está casado y con hijos y Pedro tiene tres chiquillos.

Una vez más es muy similar a la situación en que se encuentra nuestra amiga. Está estudiando Un curso de milagros. Jesús la está llamando de una manera tan directa como si hubiera llamado a su puerta y le hubiera dicho: "Sígueme". Parece que tiene familia, como Pedro y Tomás y otros más. Pero él los está llamando a una situación de enseñanza/aprendizaje intensivos en la que se están centrando en estas ideas elevadas. Dejémonos de subterfugios, esta llamada es muy importante. Durante ciertos períodos de tiempo vuelven a visitar a sus familias. ¿Tuvieron Tomás y Pedro sensaciones de pérdida? Acabo de leer en El libro de Urantia, Parte IV que Tomás era un tan temperamental que cuando fue llamado a marcharse y seguir a los apóstoles, su mujer pensó ¡Qué bien, sí, vete con mi bendición! Eso es un enfoque diferente.

Por ahí es por donde está pasando nuestra amiga, en el sentido de que su marido ha empezado a hablar de lo que está pasando. Hay todas las interpretaciones de las que se ven a sí mismas como madres. Están enfadadas con ella, desde su perspectiva de madres las elecciones de ella son muy amenazadoras. Otro caballero con quien habló su marido dijo: "Bueno, tiene que tener un hombre en otra ciudad. ¿Por qué iba nadie a marcharse con tanta urgencia?" Hay todas esas diferentes interpretaciones, como puede haberlas entre tú y tu marido cuando podáis ponerlo sobre la mesa y decir "esto es lo que está pasando". Su marido ha llegado al punto en que comprende que no es que se vaya con otro hombre, ni que abandone a sus hijos, ni que sea una madre cruel que nunca se ha preocupado ni mostrado interés por sus hijos. Sabe que hay algo mucho más profundo a lo que ella está siendo llamada. Las conversaciones siguen pero aún hay miedo. Hay síntomas físicos y todo tipo de maneras en las que se manifiesta el miedo. El libro de Urantia, Parte IV fue de gran ayuda para mí en ponerlo todo en una perspectiva más grande. Empecé a sentirme a veces desorientado con el Curso porque no sabía a donde me estaba guiando. El libro de Urantia, Parte IV me dio una perspectiva mejor para ver cómo se despliegan las cosas. No darle mucho crédito al futuro o ni siquiera hacer ningún plan es un buen trampolín para soltar las cosas.

Participante: Este fin de semana estuve observando a mis padres. Yo estaba con la lección "Tengo el poder de decidir" Ej-152 del Libro de Ejercicios. Yo dije: "Papá, es una oportunidad". Él sabe que estoy en esto y eso es para él casi una oportunidad de darme tormento. Me sentí como si sólo quisiera irme y él estaba diciendo: "Todos somos inspirados. Yo creo que todos somos inspirados", y yo le dije: "Eso es verdad, papá", e intenté encontrar un terreno común. Dije: "Según el Curso, que es muy querido para mí y me ayudó a comprender estos conceptos, el Espíritu Santo vino y nos fue dado cuando nos separamos. Él dijo: "¡Bueno, esto tiene que ser la mayor broma que he oído en mi vida!". Esta es una experiencia muy poderosa para mí porque mi padre escribió un libro titulado ¿Qué es la verdad? Me ha estado sermoneando y predicando toda la vida y ahora que estoy en esto estoy viendo que está muy atemorizado. "Tengo el poder de decidir" siguió viniendo a mi mente, yo quería que el aprendiese esta lección. Seguí explicándole cosas, y "Tengo el poder de decidir" siguió volviendo a mi mente. Esta es mi propia lección, ¡estoy hablando conmigo misma! Seguí pensando ¡Si él captase esta lección yo podría venir a casa y podríamos hablar de esto! A él le encanta hablar las cosas. Si él captase esta lección podríamos discutir esto. Pero entonces me di cuenta de que yo no lo estaba captando. Cuando yo capte esto, podremos ser capaces de discutirlo.

También he estado mirando al tema del control. Estuve observando a mi madre llamar por teléfono a todo el mundo para que fuesen a la iglesia con ella. Entonces me di cuenta de todo el control que he ejercido sobre mi familia, sobre mi marido y sobre mi casa. Cuando vi la intensidad de mi deseo de que mi padre mirase la idea "Tengo el poder de decidir", empecé a ver la cantidad de asuntos de control que tengo en realidad. Incluso dejé el libro abierto por esa página para que pudiese leerlo cuando me fui de paseo. ¿Oyes lo que quiero decir?

David: El Curso es un sistema de creencias nuevo, y a veces uno se siente como: Aquí lo tenéis. A ver si sois capaces de captar esto. Pero incluso la teología de cómo ocurrió la separación no es más que teología, porque Jesús dice que nunca ocurrió de ninguna de las maneras. Así que él ofrece su propia historieta a la que la mente pueda agarrarse como algo en lo que creer durante un plazo de tiempo. Pero al final está una experiencia que vendrá. Todo lo demás se desmoronará, incluidas las historias del Curso. Pero todo el asunto de querer tener la razón y ejercer el control es algo en lo que hay que entrar en profundidad.

Es útil leer la introducción a la Clarificación de términos. Dice que los que buscan la controversia la encontrarán con toda certeza y los que buscan la claridad también la encontrarán, siempre que estén dispuestos a pasar por alto las controversias. Sólo se encuentra la consistencia en la experiencia, en lugar de en la teología. La incertidumbre sólo termina una vez que hay experiencia. Al principio la tentación puede ser ponerle un marco de referencia teológico, pero eso nunca va a traer la paz. Es muy directa. Podrías leerte esa sección antes de ir a ver a tu padre.

Participante: La lección de hoy es "En mi indefensión radica mi seguridad". Ej-153 Hay una frase que dice: "El precio de las defensas es el más alto de los que exige el ego. La locura que reina en ellas es tan aguda que la esperanza de recobrar la cordura parece ser sólo un sueño fútil y encontrarse más allá de lo que es posible". Ej-153.4. He retenido esa frase en la mente. Me pregunto si siendo esto un sueño vano, ese recobrar la cordura podría ser realmente imposible para mí. A lo mejor es posible para ti. Pero luego tengo que volver a ver que puedo jugar a eso, a la debilidad del ego y puedo mantenerme en la fortaleza de Cristo. Lo que me ha ayudado hoy ha sido pensar: Vale, te puedes sentar ahí y ser esa cosita débil que va a todos esos médicos, ¡y puedes ser fuerte y ver qué lo que se supone que vas a aprender de esta experiencia!

David: Al principio la mente sólo está empezando a darse cuenta de estos mecanismos de defensa del ego, como tomar nota del aparente deseo de tener razón de tu padre, de las tendencias controladoras de tu madre, etc. Estos mecanismos de defensa se han mantenido fuera de la consciencia durante años. Cuando empiezas a trabajar con el Curso, todo empieza a surgir. Todas estas intrincadas conspiraciones, maniobras y juegos vienen derechos a la consciencia, pero la mente todavía tiene interés en el ego, ¡así que ve las defensas en los demás! Cuando te enfadas o te frustras con un hermano por utilizar una defensa en particular -ser controlador o lo que sea- estás dejando de perdonarte a ti mismo por intentar exactamente lo mismo, aún crees que la defensa tiene realidad. Lo estás viendo ahí fuera pero cuando empiezas a dar marcha atrás a tu mente, empiezas a ver los asuntos de control en ti mismo. La culpabilidad de transferirlo de lo que parece ser una persona/cuerpo a lo que parece ser otra persona/cuerpo es enorme. En vez de echarle la culpa a tu hermano la culpa se revuelve contra lo que parece ser tu propio cuerpo, pero esto sigue siendo el mismo error. Tenemos que ver que Yo soy una mente, esa identidad que quité de encima de los hombros mi hermano pero sigo viendo en mí mismo es también un montaje de mi mente. De lo contrario ¿de qué sirve transferirla? Ya no estoy tan enfadado echándole la culpa a mi padre o a mi madre, pero sigo enfadado echándole la culpa a quien creo que soy yo. Se transfiere el error pero aún no se suelta. Es sólo un paso.

Participante: Entonces no lo dejemos en mi cuerpo. ¿Cuál es el paso siguiente?

David: El siguiente paso es hacer más contacto con la idea de que Yo soy una mente. No soy un cuerpo de la pantalla, del mundo. No soy un montaje lineal. Tienes que empezar a soltar las maneras en que siempre te has concebido a ti misma: como una persona con un pasado, que tiene aspectos de los que no está muy contenta, con un armario repleto de quejas, con preferencias por ciertas personas y situaciones, con el deseo de que las cosas sean diferentes de como son, etc. También tienes que soltar las maneras en que te has concebido a ti misma en el futuro, sea en relación con una carrera profesional o sea en el contexto espiritual de moverse hacia la Expiación. Eso es poner la salvación en el futuro: en vez de una carrera profesional en el mundo, ahora es la salvación. Hasta eso lo tienes que cuestionar: ¿de qué sirve la salvación en el futuro? ¿Para qué sirve la futura felicidad? Pareció ser un trampolín útil hasta cierto punto hasta que empezaste a leer La inminencia de la salvación: "No te contentes con la idea de una felicidad futura". T-26.VIII.9. No proyectes la Expiación sobre el futuro. La tienes que traer de vuelta al presente. Para traerla de vuelta al presente tenemos que soltar la manera en que nos hemos concebido a nosotros mismos y a todos los que nos encontramos.

Si concibo a las personas como esos montajes lineales, con pasados reales y futuros reales, y me concibo a mí mismo como un montaje lineal, con un pasado real y un futuro real, entonces ¿cómo voy a evitar dirigir contra este montaje lineal de mí mismo la culpabilidad que quito de las espaldas de los demás? La transformación está en ver que la mente no está en un montaje lineal. La mente recta está en el presente. La mente recta no tiene pasado ni tiene futuro. Es como la cumbre en lo alto de una montaña. Si puedes llegar a la cima, la vista es espectacular. Puedes mirar todos los caminitos que hay por debajo, y todas las rayitas que parece que sigues y que parecen seguir los demás; desde ese punto todo se puede ver sencillamente como una única cosa falsa.

Así es como ha ido esto para mí. Siempre vuelve a: Yo soy un punto y no una línea. Es una  manera sencilla de recordar que no eres culpable. Siempre que te sientas culpable por lo que sale a relucir, o preocupado por los cabos sueltos que quedan, o por una mala relación, sencillamente vuelve al pensamiento de que Yo soy un punto y no una línea.

Participante: Me estoy dando cuenta de que he estado intentando llevar la verdad ante la ilusión en lugar de llevar la ilusión ante la verdad. Ahora estoy viendo sencillamente mi unicidad con Dios y que todo palidece al lado de eso.

David:
¿Qué otra cosa sino el cuerpo adolece de tal fragili­dad que para proteger su insignificante vida es necesario pres­tarle un constante cuidado y preocuparse en gran manera por su bienestar? ¿Qué otra cosa sino el cuerpo flaquea y es incapaz de ser el digno anfitrión del Hijo de Dios?Sin embargo, no es el cuerpo el que puede temer o ser algo temible. Las únicas necesidades que tiene son las que tú mismo le impones. No necesita complicadas estructuras que lo defiendan, ni medicamentos para conservar la salud, ni cuidados, ni que te preocupes por él en absoluto. Ej-135.4-5.

Esa es obviamente una visión enormemente diferente de la importancia que el mundo le otorga al cuerpo. Es útil pensar en el cuerpo como una marioneta o un títere. A veces me gusta pensar en él como un recurso de aprendizaje, similar incluso a una pluma o un lápiz. En mi mente tengo que igualarlo con algo que pueda ser un símbolo de lo insignificante que es. Quiero decir que normalmente uno no consideraría necesario tener tanto interés, preocupación y vigilancia con un lápiz. Se usa un lápiz para lo que es, para escribir, y luego se deja. Le sigues sacando punta mientras lo necesitas y cuando se vuelve tan corto que ya no puedes sostenerlo, se ha terminado. Lo dejas a un lado. En ese sentido pensar en que el cuerpo es como un lápiz es una metáfora útil.

Si defiendes su vida, le haces rega­los para embellecerlo o construyes murallas para su protección, estarás declarando que tu hogar está a merced del ladrón del tiempo, que es corruptible, que se está deteriorando y que es tan vulnerable que tienes que protegerlo con tu propia vida. Ej-135.5.

Podrías "defender su vida" por medio de sistemas de seguridad, llevando una maza, o con intervenciones médicas. "Hacerle regalos para embellecerlo" puede ser adornar el cuerpo; hacerle cumplidos es en realidad hacerlo ser más de lo que realmente es.

Participante: Mi madre me regaló esta pulsera por mi graduación y mi respuesta no fue la que ella buscaba. Dijo: "¿Es que no te gusta?" Y yo dije: "¡Claro que sí! Es un símbolo de ti maravilloso, gracias". Ella dijo: "¡Un símbolo! ¿Qué quiere decir eso?" Intenté explicárselo, le dije: "Lo puedo mirar como un símbolo, pero no quiero verlo como un adorno porque eso de alguna manera le quita el propósito.”

David: Ese fue el mejor uso de la pulsera, porque para ti fue un punto de partida para sencillamente compartir. Abrió una conversación que llevaba a algún sitio y en ese sentido no es ni buena ni mala. El Espíritu Santo sabe hacer uso de todo, pulseras incluidas.

¿No es este cuadro aterrador? ¿Cómo puedes estar en paz con semejante concepto de tu hogar? Sin embargo, ¿qué fue lo que dotó al cuerpo con el derecho de servirte de esta manera sino tus propias creencias? Fue tu mente la que le asignó al cuerpo todas las funciones que percibes en él, y la que fijó su valor muy por encima del pequeño montón de polvo y agua que realmente es. ¿Quién defendería semejante cosa si reconociese que eso es lo que es? Ej-135.6.

¡Tanto alboroto por un pequeño montón de polvo y agua! ¿Quién defendería esto? Pero la clave es oír esto: Lo que dotó al cuerpo con el derecho de servirte de esta manera son tus propias creencias. ¡Es tu mente! No tenemos que culpar al cuerpo ni a los cuerpos de los demás si parecen llevar a cabo una representación, si parecen estar utilizando esos mecanismos de defensa, ni si parecen estar amontonando riqueza y propiedades. Nada de eso importa. Es mi mente. ¿Qué valor le he asignado al cuerpo y al mundo? El único sitio donde tienes el poder de cambiar es dentro de tus propias creencias. Siempre que, por así decirlo, intentas cambiar los cuerpos o las situaciones –digamos que con algo como un aborto– es que ya has decidido que hay una amenaza real. Una vez que haces reales las ilusiones, tienes que salir con la manera correcta de lidiar con lo que sea que percibes ahí fuera.

"El cuerpo no necesita ninguna defensa. No podemos hacer suficiente hincapié en esto". Ej-135.7. Cuando Jesús dice esto, es literalmente lo que quiere decir.

El cuerpo se mantendrá fuerte y salu­dable si la mente no abusa de él asignándole funciones que no puede cumplir, propósitos que están fuera de su alcance y eleva­das metas que no puede alcanzar. Tales intentos ridículos, aun­que celosamente atesorados, son la fuente de los múltiples y dementes ataques a que lo sometes. Pues el cuerpo parece frus­trar tus esperanzas, tus valores y tus sueños, así como no satisfa­cer tus necesidades. Ej-135.7.

Si crees que es tu hogar, naturalmente tendría sentido que pusieses en él un montón de esperanzas, un montón de necesidades y de valores. Puede verse que se pensaría en el cuerpo como si fuese más que un montón de polvo, si lo vieses como tu hogar. La identidad es la cosa más poderosa que hay: la mente defenderá cualquier cosa con la que se identifique. Si está identificada con el Espíritu, entonces no hay nada que defender porque el Espíritu es invulnerable. Está en estado de gracia. Si identificas a otro cuerpo como un amigo íntimo, entonces podrías sentir la necesidad de defender su cuerpo. Y ese estar a la defensiva llegará más allá del cuerpo, hasta otros símbolos de tu identidad, como tu coche, tu casa o tu empleo.

Participante: Mis chiquillos...

David: Sí, tus chiquillos. Esas no son más que extensiones de este concepto del yo como cuerpo.

El "ser" que necesita protección no es real. El cuerpo, que de por sí no tiene valor ni es merecedor de la más mínima defensa, sólo requiere que se le perciba como algo completamente ajeno a ti, para convertirse en un instrumento saludable y útil a través del cual la mente puede operar hasta que deje de tener utilidad. Pues ¿quién querría conservarlo una vez que deja de ser útil? Ej-135.8.

La transformación de la experiencia de llegar a percibir el cuerpo "como algo completamente ajeno a ti" es algo que viene de manera gradual: ¡se parece más a un chorrito que se vuelve un arroyo que a un río! Al principio, cuando empecé a estudiar el Curso, yo sólo estaba intentando captar algunas de las ideas, se iban encendiendo algunas bombillas, pero yo aún no estaba siendo utilizado como un maestro de Dios. No estaba en el río. Pero el chorrito es una manera de empezar y doy gracias por el chorrito: es lo que siempre había querido. Luego, cuando de verdad empiezas a aferrarte a esto como tu único propósito y te comprometes a ser utilizado como maestro de Dios, todas y cada una de las situaciones se utilizan para ello. Los demás papeles empiezan a retroceder porque has puesto por delante tu compromiso y tu propósito. El chorrito se transforma en una corriente. Para mí, la experiencia fue algo así: ¡Caramba, parece como si realmente todo estuviese orquestado! Todos hemos visto destellos de esto. Cuando el compromiso crece, es como si te transportase una corriente, y empieza a parecer una corriente bastante rápida. Y antes de darte cuenta estás en el río. Cuando estás en el río el cuerpo se percibe "como algo completamente ajeno a ti". Es entonces cuando todos los planes, intereses y preocupaciones con el cuerpo se han apartado tanto de la mente, que la mente está sencillamente con la mirada fija en el Propósito: ¡hay tanto fluir y tanta alegría! Esa transformación de la experiencia de no pensar en mí mismo como un cuerpo me ha sucedido. Cuando empiezas a centrarte de verdad en el momento, todas las cosas que parecen estar ocurriendo, sean temperaturas extremas o cosas afiladas que vuelan, todo eso se difumina en el segundo plano. El cuerpo ya no es el centro de la atención. Se parece más a un lápiz que estás utilizando.

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